Opinión

¿Que será de Turquía? (Segunda parte)

F. Javier Blasco. Coronel en la Reserva

Pie de foto: El presidente Recep Tayip Erdogan en uno de los funerales por una de las víctimas del fallido golpe de Estado en Turquía

El pasado día 16 de los corrientes publiqué un corto trabajo sobre el tema a las pocas horas del fallido golpe de Estado en Turquía. Por aquel tiempo, las cosas estaban muy poco claras, pero algunos hechos sorprendentes me hacían pensar en un autogolpe; creo que pocos analistas y periodistas hablaban de ello en tales momentos; pero debo confesar que me asaltaban ciertas dudas que hoy ya algunos otros comparten.

Ahora en el momento de escribir esta segunda parte, las causas y ciertas reacciones continúan de forma confusa aunque se pretende encontrar culpables entre los detenidos y ya, incluso, se da el nombre de un afamado general de la Fuerza Aérea como el máximo responsable, el general Akin Ozturk, cosa que él niega aunque admite que no le faltaban razones para llevarlo a cabo, si hubiera sido capaz de ello.

Los hechos son los que son y no quiero influir en la mente de los que lean estas líneas pero quiero relatar mis ideas acerca de algunos de ellos para que, además, cada uno saque sus propias conclusiones.

En primer lugar repito que me extrañó la escasa participación militar en un país en el que sus Fuerzas Armadas son tan grandes. Cualquier estratega sabe que en un entorno en el que las fuerzas son tan grandes, muy controladas por el Gobierno tras las recientes y grandes purgas, salir a la calle sin una cabeza de prestigio al frente y con unos pocos tanques, algunos aviones y varios helicópteros tiene muy pocos visos de éxito y la maniobra es más que descabellada.

Además, la repentina, masiva y rápida reacción popular daba la sensación de que debía estar bastante organizada o al menos planeada con la designación de los que debían mover los hilos y los mensajes que se debían dar para conseguir el éxito de ello.

Lo más sorprendente del tema es que los listados de las personas a detener debían estar más que preparados. A pesar de ser miles se procedió a su arresto con una rapidez inusitada y todos estaban perfectamente localizados y evaluados. Esto contrasta con lo que se ha tardado en identificar a una cabeza de turco como máximo responsable al que, a la vista de su cara en los medios, se hayan empleado con él los más que posibles métodos de interrogación fuera de todo control y sin mantener un mínimo respeto por los derechos humanos del arrestado.

Esto es de aplicación no solo en su caso, sino en muchos de los que salen aprehendidos y son mostrados al público en sus desplazamientos entre cárceles o centros de interrogación. El empleo de estos medios es, como todo el mundo sabe, el mejor para conseguir cualquier tipo de confesión de culpabilidad aunque te hubieras encontrado a miles de kilómetros de los hechos y aislado de cualquier sistema de comunicación.

Sorprende enormemente que los arrestos no se centraran exclusivamente sobre los mandos militares y aquellos que participaran materialmente en los hechos; miles de juristas entre jueces, fiscales y abogados han sido detenidos casi al mismo tiempo que los anteriores y aún no se ha dado ninguna razón por la que se ha procedido a ello.

Unos días más tarde, los arrestos de personas, aparentemente más ajenas al golpe, se han continuado extendiendo también por miles sobre policías, maestros y funcionarios de todo tipo, incluso se les ha privado a todo este gremio de sus correspondientes periodos vacacionales para este año. A todos ellos hay que sumar que casi 9.000 personas han sido apartadas de sus cargos aunque no se ha procedido a su arresto, de momento.

Los baños de multitudes con las masas de leales a Erdogan no se han hecho esperar y las exageraciones personales durante los funerales masivos han sido de auténtica tragicomedia de las más exageradas que se conocen en el mundo del teatro. Hay que destacar que al medio día del pasado lunes fue leída una misma plegaria en 85.000 mezquitas a lo largo y ancho del país sin que nadie se atreviera a cambiar ni una sola coma a dicha proclama.

Las incitaciones a las masas para la petición de la reinstauración de la pena de muerte -abolida en el país en el 2004 en un intento de acercarse a los estándares de la UE, aunque no se ejecuta a nadie en el país desde 1984- han sido tales que ahora parece que es el pueblo y solo el pueblo el que la pide a voz en grito y que su máximo dirigente no puede hacer oídos sordos a dichas peticiones populares; cuando fue él el primero en insinuarlo. En este sentido, puede que las tímidas voces levantadas desde Europa sobre el tema le hayan hecho pensar que debe ser aprobada en el Parlamento para así dejar en sus manos la responsabilidad de una decisión que, con alto grado de probabilidad saldrá aprobada.

El mantenimiento de ciertas medidas de seguridad de carácter popular en las principales poblaciones y de un número de vuelos de aviones militares sobre las mismas durante un cierto tiempo tras el golpe, tienen todo el aspecto de mantener el miedo y la llama viva para que el pueblo no se olvide fácilmente de lo que ha sucedido y siga apoyando a su ahora “amado líder”.

La socorrida acusación a EEUU de estar detrás del golpe por acción u omisión de responsabilidades por acoger al clérigo y antiguo compañero de fatigas, Fethullah Gülen, al que se le acusa formalmente de haber estado tras el golpe y del que hoy mismo se ha pedido oficialmente su extradición para ser juzgado en territorio turco, es un arma muy socorrida en esos lares, aunque algunas veces no les falta razón a los que la emplean. Pero que, en la mayoría de los casos, constituye la fórmula para echar balones fuera, distraer la atención interna y buscar un responsable que vale lo mismo para un roto como para un descosido. Por su parte, Gülen niega rotundamente todas las acusaciones y al parecer, se opuso al golpe desde el primer momento del mismo.  

La cifra oficial de muertos, proporcionada por el propio gobierno el lunes 18, durante el golpe asciende a 208 de los que 145 eran civiles, 60 policías y 3 soldados, todos ellos defendiendo la postura gubernamental y por parte de las fuerzas sublevadas el número de fallecidos asciende a 100. Números tremendamente extraños por la desproporción de medios y capacidad de fuego de las partes salvo que los contra golpistas acudieran armados o se masacrara a los sublevados una vez se hubieran rendido. Hemos visto muchas imágenes de los medios militares haciendo fuego, pero pocas y muy seleccionadas del momento de la rendición y arresto de los golpistas.

La reacción inicial de cortar el fluido eléctrico a la Base Aérea de Incirlik desde donde operan los aviones norteamericanos en su lucha contra el ISIS y el cierre del espacio aéreo durante más de dos días no ha encontrado respuesta en ningún momento.

La postura de apoyo incondicional desde Rusia al gobierno legalmente establecido sin ningún tipo de reproches sobre las reacciones y abusos que se vienen conociendo plantea ciertas dudas sobre las posibles intenciones ocultas de acercamiento y apoyo que Putin pueda tener sobre Erdogan siguiendo la máxima de, a rio revuelto…

Las tibias reacciones por parte de algunos pocos países europeos como Alemania y de ciertos dirigentes de la UE como su jefa de la Diplomacia, Federica Mogherini, ponen negro sobre blanco que pretenden advertir a Erdogan de que no tome un camino que le impedirá poderse integrar algún día en la UE por la imposición de la pena de muerte en su territorio; cosa que Erdogan, a pesar de las muchas y graves presiones que ejerce sobre la Unión con el tema del control de los refugiados, sabe que tiene pocos visos de realidad por las enormes reticencias a causa de las consecuencias que su incorporación efectiva supondría. En cualquier caso, estas no son posiciones maximalistas en absoluto, ni suponen un grave peligro para la continuidad de las relaciones de necesidad con ellos.

La cosa más sorprendente se encuentra en seno de la OTAN en la que sólo EEUU, en boca de sus secretario de Estado, John Kerry ha advertido y requerido la proporcionalidad de los métodos a emplear por Erdogan con respecto a los amotinados y sobre todos aquellos que están detenidos, aunque sin preguntar o exigir explicaciones de las razones para tanta y discriminada detención.

Por último, y no por ello menos importante, queda el punto no explicado del arresto de su ayudante de campo y principal consejero militar, el Colonel Ali Yazici, sobre quien han recaído fuertes acusaciones desde el mismo momento porque no acompañaba a Erdogan en sus vacaciones aunque no se sabe nada de su personal implicación en el golpe.  

Todo lo anteriormente descrito hace suponer que los pasos dados y sus consecuencias estaban muy estudiadas, que la realidad es que la popularidad de Erdogan ha subido como la espuma, que nadie internamente podrá oponerse a sus pretensiones o lo hará con muchas dificultades y que se ha iniciado el camino hacia los drásticos cambios en su Constitución y Leyes fundamentales que allanen el camino hacia la República Islámica de Turquía en menos de una decena de años.

Desesperado e impacientado por el retraso en la implementación de sus planes nacionales en los aspectos políticos y religiosos, cansado de esperar que se le abran las puertas de Europa para su integración efectiva en la Unión y lleno de temores internos al ser sabedor de que en cualquier momento se le podía montar un efectivo golpe de Estado a pesar de las importantes purgas, ha aprovechado la ocasión para limpiar de forma definitiva las malas hierbas que se le pudieran oponer mediante su ejecución.

Queda por dilucidar si esta ocasión es el resultado de un propio mini golpe mediante el engaño a determinados personajes de prestigio pero con poca capacidad de movilización de fuerzas o dejando correr e incluso impulsado incipientes movimientos reales de golpe transmitiendo la sensación de que no se enteraba, incluso se alejaba de vacaciones para facilitarlo dejando atrás a su propio consejero personal militar al que poder acusar de no haberle mantenido informado de lo que se estaba fraguando.

De momento, todo esto no es más que una teoría e incluso algo difícil de demostrar; pero la rápida búsqueda y determinación de culpables no es posible si no se tenían preparados los listados de antemano, la dilación en la aparición de una cabeza determinante y responsable del golpe, las rápidas y masivas reacciones populares, la corta duración de un golpe de escasa entidad frente cientos de miles de fuerzas leales, pero parados solamente por la población civil y el empeño en cambiar cuanto antes toda la legislación de forma que se le permita todo, incluso acabar de forma definitiva con sus potenciales oponentes y/o aquellos que no le siguen a pies juntillas; da mucho que pensar.

Puede que, no haya tenido nada que ver en el golpe y este le haya venido de la mano de Alá, como el propio Erdogan afirma; pero en cualquier caso, es un momento muy importante y totalmente crucial en la determinación del futuro de Turquía.

El incremento y mayor firmeza de las cuasi tibias reacciones de algunos líderes europeos y de la UE y una fuerte determinación de la OTAN son más que exigibles por necesarias; la continuidad en la tibieza o la no enérgica actuación colectiva externa e interna son las pruebas que Erdogan está esperando para dar su salto definitivo sin importarle en absoluto que se le amenace con no entrar en la UE, cosa que ya daba por descontada anteriormente, ni que se le pudiera expulsar de la OTAN, cosa francamente muy improbable a corto plazo.

Ambas cosas no le importan porque además sabe que Putin está deseoso de hacer grandes negocios con ellos en el mundo del transporte y explotación de los recursos energéticos y, si fuera preciso, quizá una alianza militar entre ambos, pudiera salirle más rentable y productiva que lo que hasta ahora ha sacado de la OTAN. Llevan tonteando y tendiendo puentes desde el derribo del avión ruso en sus fronteras con Siria.

Rusia y, en concreto, Putin están tratando de hacer alianzas en la zona dado que necesitan una gran facilidad de movimientos hacia el Mediterráneo a toda costa y que se disminuya o elimine la amenaza sobre él desde ese flanco. Ya lo intentó con Grecia cuando su importante crisis económica y ya veremos cómo aparecen las moscas si las cosas se complican con Occidente.  Aunque esto pueda no tener visos de fácil realidad, por intentarlo, que no quede.

La pérdida de este aliado para la OTAN tanto por el número de soldados y material que aporta a la misma, como por su posición geoestratégica sería incalculable. Hechos estos que todos valoran y ponen en los platillos de la balanza a la hora de tomar decisiones o de seguir con sus planes más que preparados. Estamos en un momento muy especial y ante una decisión claramente difícil de tomar.

Para Erdogan ha llegado la hora de apostar y no hay duda que lo hará y, muy fuerte. Ya veremos si la banca resiste y le hace desistir del empeño o le gana la mano. La solución final la veo muy difícil.