2017, un año para olvidar

F. Javier Blasco. Coronel Retirado

Escribo este trabajo a pocos días de que finalice el año 2017, un año que muchos tratan de verlo como algo positivo y que al contrario para otros –entre los que me incluyo-, ha sido el año de los grandes fracasos, muchos retrocesos y el preludio de mayores males a muy corto plazo.

A finales de enero de este año escribí un trabajo titulado “2017, un año crucial” [1] en el indicaba que “2017 será el año de nuestra última o penúltima oportunidad. Oportunidad para redefinir de verdad lo que somos y lo que queremos ser, para quitarnos las vendas de los ojos, remangarnos y ponernos a trabajar, pero de verdad”. A la vista de lo acaecido, mucho me temo, que mis vaticinios y deseos no se han visto cumplidos ni en un mínimo porcentaje.

Sin tratar de ser exhaustivo en las referencias tomadas para justificar lo dicho, debo aceptar que una gran parte de personas tratan de alegrarse, o al menos consolarse, pensando que la gran crisis económica, arrastrada desde varios años atrás, está tocando a su fin y ya se empiezan a apreciar grandes cambios y muchas expectativas en el way ahead tras una efectiva recuperación.

EEUU acaba de subir los intereses del dinero prestado, se han bajado notablemente los impuestos, su economía está tirando fuertemente del país hasta el punto que la Bolsa de New York se ha revalorizado en un 25% en este año y la tasa de paro alcanza cotas insospechadas años atrás. Donald Trump ya ha consumido el primer año de su mandato primero y, a pesar de su especial forma de ser y llevar las riendas de la, hasta ahora, primera potencia mundial y de los vaticinios de todas las predicciones en su contra, viene cumpliendo o encauzando aquellas promesas electorales que con mayor o menor acierto proclamó y ya ha desmontado gran parte del entramado levantado por su predecesor Obama.

China continúa mejorando sus capacidades económicas y trata de expandir sus lazos comerciales materializando nuevas rutas, afianzando las existentes y firmando diversos tratos y compromisos comerciales de sumas multimillonarias. Ha estabilizado y afianzado su cabeza y dirección política de tal forma que Xi Jinping se ha consolidado como el único líder del gigante asiático, no solo indiscutido voluntaria o forzosamente, sino que también lo será por un tiempo indefinido, lo que reduce el número de obstáculos y pone fin al anterior sistema de dirección colegiada puesto en marcha tras la muerte de Mao Zedong. Situación ésta que le puede llevar a alcanzar un mayor esplendor y convertirle en un elemento muy importante para encabezar el puesto de primera potencia mundial por el que continuamente lucha con el hasta ahora inalcanzable EEUU.   

Rusia, con Putin a la cabeza, sigue mejorando y mucho su posición económica y política y trata de no alejarse mucho de EEUU ni de China en el ranking de las superpotencias con vistas a intervenir y algo más que opinar en los conflictos más importantes, e incluso, en crearlos como una forma de atraer la atención y/o dejar bien claro que él siempre está ahí y que, además, es capaz de estabilizar o desestabilizar cualquier región del mundo. Putin lleva con mano férrea las riendas del país desde el año 2000 para lo que, no ha dudado en usar todo tipo de artimañas y forzar todo tipo de cambios legales para lograr sus objetivos, acaba de anunciar su candidatura a la reelección en el cargo, aunque esta vez lo haga como independiente. De ganar, cosa más que asegurada por anulación legal e ilegal de sus oponentes, se perpetuará en el puesto durante muchos años más y se convertirá en el dirigente más longevo de la antigua URSS y la Rusia de todos los tiempos.

Europa trata de llenar el nuevo vacío comercial, político y de influencia en el mundo tras la anunciada puesta en escena del Brexit y algunas cosas se empiezan a mover en los campos comerciales e incluso, una vez más, se han dado ciertos pasos en la intención y definición de su papel en los campos de la seguridad y la defensa global

La lucha contra el ISIS se ha declarado por finalizada oficialmente en Iraq y Siria. Tras dos años y medio de muchas atrocidades e intensos combates, los países afectados, fuertemente apoyados por una variopinta e incluso divergente cantidad de agentes y coaliciones externas, han conseguido abatir a muchos de ellos y expulsar al resto de las huestes yihadistas de los principales bastiones y ciudades de importancia, aunque no definitivamente de la totalidad de los respectivos territorios ocupados en su día.    

No obstante, lo anterior, podríamos decir que, sin dejar de ser importantes, son pocos los bagajes en las alforjas positivas ya que las negativas, tal y como veremos, están tan cargadas de tantos hechos de mucha relevancia que no solo contrarrestan los mencionados avances, sino que comparativamente, los llevan a proporciones ridículas.

Las políticas de Trump han llevado a grandes confrontaciones y tensiones en diversas partes del mundo e incluso internamente entre sus conciudadanos. No ha quedado nadie sin tocar; las relaciones con la UE, Rusia, China, México, Corea del Norte, Irán y el entorno de Israel son pruebas de ello. Las repercusiones en algunos casos no han pasado de las grandes discrepancias dialécticas, pero en otros pueden llevar a resucitar viejas o crear nuevas confrontaciones político-militares de mucha y global relevancia.

La creciente sequía y el constante calentamiento del globo, consecuencias de un galopante cambio climático no tienen visos de parar. Al contrario, se agravarán y mucho si se mantienen las políticas suicidas encabezadas por EEUU de abandonar los compromisos de mínimos alcanzados con el Acuerdo de París sobre el cambio climático y la adopción de medidas para combatirlo, o al menos, paliarlo. 2017 ha sido un año repleto de huracanes, inundaciones y grandes sequías; todas ellas consecuencias de esta situación insostenible que ya padecemos.  Los grandes incendios durante el año, como el que continúa sufriendo EEUU en una de sus zonas más pobladas, arrasan, en su conjunto, millones de hectáreas habitadas, de arbolado y cultivo que serán largas y tediosas, si no imposibles de recuperar en un horizonte cercano.

La escasez de agua, por otra parte, llevará a muy corto plazo a un éxodo creciente y constante en el tiempo en búsqueda de las zonas más verdes y de la necesaria cantidad de agua para el consumo diario. El deshielo de los polos por su calentamiento traerá como consecuencia una elevación de los niveles del agua del mar lo que dejará bajo ellas a amplias zonas costeras tremendamente pobladas al igual que ya comienza a influir negativamente en el ecosistema marítimo y limita cada vez más los cupos de pesca.

La misma lucha contra el ISIS, dada por concluida por algunos, no deja de ser más que una falacia ya que la mala semilla está sembrada y el extensamente repartido espíritu u adoctrinamiento yihadista no cesará en muchos años tanto localmente, donde nació, como en terrenos más o menos lejanos. El mundo civilizado y no tanto vive atemorizado por la importante probabilidad de ser golpeado por seguidores convencidos o conversos de sus teorías y sus variopintos objetivos pueden seguir amenazando tanto a unas pocas personas como a centenares de ellas musulmanes o no por el mero hecho de no pensar o creer como ellos. El pánico a las aglomeraciones, paseos en días festivos, viajes de todo tipo, vacaciones o celebraciones religiosas de toda creencia va en aumento y ya son muchos los que forzosamente han cambiado sus hábitos de comportamiento al respecto y cada vez resultará más difícil desplazarse sin ser sometido a estrictos controles.

A lo largo del año que ahora acaba, el mundo ha sufrido importantes flagelos en su intimidad personal, comercial, política y social. El mundo cibernético está en constante amenaza; tanto, que ya nadie es capaz de garantizar absolutamente nada de lo que necesariamente y como derivada de la modernidad ya solo se mueve en y por la red. Cualquier acto personal, social, económico, jurídico, político o de relación se encuentra amenazado por una gran variedad de ciberataques. A lo que hay que unir el excesivo empeño por el control sobre las personas y sus movimientos en cualquier localidad del mundo.

La opinión “publicada” está hoy en día totalmente manipulada, es falsa en un alto porcentaje y sumamente perjudicial al convertirse en "pública" para los intereses de las personas, los políticos, las empresas, los países e incluso las organizaciones internacionales. La proliferación de medios de rápida y sin contrastar difusión de noticias en todo tipo de redes, las propias redes sociales infectadas hasta la saciedad, la poca o nula preparación y dignidad de los profesionales de la información o de sus editoriales y la falta de escrúpulos generalizada de la mayoría de las personas han encontrado un amplio eco y altavoz en una sociedad cada vez menos formada – a pesar de lo que se cree-, con muy pocos posos morales y muy tendente a escuchar solo aquello que le interesa. Este maremágnum o combinado de factores hace que hoy en día todo se ponga en cuestión, se juzgue, se cuestione o se tome partido contra cualquier persona, gobierno, empresa, decisión o acción adoptada por muchas que sean las razones legales o morales que hayan llevado a las mismas. Las dobles varas de medir y la exacerbada exageración de los hechos, junto a lo que hoy se conoce como la posverdad justifican que ni siquiera la Ley se deba cumplir.

Los populismos, nacionalismos y los extremismos tanto de derechas como de izquierdas a lo largo de 2017 han incrementado su presencia y actividad al encontrar un amplio nicho clientelar debido en parte a las consecuencias derivadas de una larga, profunda y mal gestionada crisis y mucho de lo expresado anteriormente. Aunque, también, por culpa de diversas infundadas, perjudiciales y poco o mal explicadas acciones de muchos gobiernos y demasiados casos graves de corrupción política en todos los continentes. En cualquier caso, es increíble cómo se puede observar la actitud adoptada por estos movimientos que acatan y defienden todo lo que venga de su inventado orden y legalidad justificando hasta el propio sacrificio, si fuera necesario, y las actitudes, acciones o violaciones del orden y la Ley general por parte de los suyos.

El victimismo es parte fundamental de su ideario y no son capaces de ver la realidad, aunque esté patente ante sus ojos por mucho que se les diga y explique. Un victimismo y cerrazón que les llevan a la destrucción de sus relaciones personales, familiares, laborales y económicas con tal de defender su postura o la de sus líderes por muy cambiante que esta sea.

Son grupos que se encuentran muy cómodos en su sistema, creencias y lanzan exabruptos contra todos y todo; que no dudan en no reconocer y desobedecer la Ley y los dictámenes jurídicos nacionales e internacionales cuando ellos actúan o delinquen, pero que están provistos de una piel tan fina, que ante el menor ataque o gesto contra ellos -al igual que todo el que se salta la ley- no dudan en recurrir a dichas instancias en demanda de “verdadera” justicia para lo que emplean a verdaderos lacayos que obran en su defensa legal por ser buenos conocedores de todos los recovecos y vericuetos de la ley y de cómo saltársela.

Hemos podido ver en peligro muchas convocatorias electorales nacionales y regionales en el seno de Europa y estamos sufriendo las consecuencias de decisiones adoptadas al integrar a estos grupos en grandes, regionales y locales gobiernos en todo el mundo por la obligada necesidad de llegar a coaliciones demasiado dispares por la cerrazón o el descalabro de partidos tradicionales, principalmente de corte socialista.

Los movimientos separatistas merecen un párrafo aparte en este relato. Si bien cumplen todos los requisitos expresados anteriormente, su fanatismo alcanza cotas máximas al no entender que, en un mundo globalizado, su vida por separado no tiene futuro sin el reconocimiento del resto de la Comunidad Internacional, o al menos de sus más próximos vecinos. Aparentan no saber que todas las promesas recibidas y en las que basan sus fundamentos son falsas fantasías; son consecuencia de ilegalidades orquestadas o disfrazadas de nobles ideales y que hoy, en el mundo de la comunicación abierta, no cabe el disimulo o el engaño generalizado. Pero, no obstante, a todo ello, siguen de forma pertinaz y fanática a sus artificiales y falaces dirigentes quienes no dudarán, llegado el caso, en dejarles expoliados y tirados en la cuneta social, económica y laboral como viene siendo habitual entre la mayoría de los ya conocidos y declarados falsos mesías.  

Últimamente se dice que la palabra “feminismo” es ya la palabra del año. Puede que sea cierto; mucho se ha hecho y avanzado al respecto, pero da vergüenza ajena ver cómo están saliendo a la luz tantos casos de acosos, abusos, actos de violencia tanto de género como de pornografía y pederastia en los que no hay un solo estamento político, social e incluso religioso que no se vea involucrado en ellos. Se dictan normas, buscan apoyos, se lucha en la concienciación de la lucha contra este tipo de actos viles y repugnantes; pero, la verdad es que no cesan de aparecer casos y la lista de víctimas por ellos, no para de crecer. Cosa similar podríamos decir de las persecuciones por razón de sexo en otras religiones no cristianas, las ablaciones y las bodas forzadas de niñas, el mercadeo de personas, el trato de blancas y la prostitución forzada. Un abanico de atrocidades que no solo no cesa, sino que, por el contrario, se incrementa y mucho.

Europa vive un momento de gran incertidumbre política, económica e incluso militar y de seguridad. Amenazada interna y externamente no es capaz de reaccionar a tiempo a todas las intimidaciones por mucho que estas vengan de largo. El Brexit y sus incertidumbres siguen aún sin resolverse; ha demostrado su incapacidad para el manejo de la crisis de los refugiados y para la obligatoria acogida de un reducido número de ellos por cada país miembro. Por mucho que nos empeñemos en afirmar que somos una Unión de tipo cuasi federal, la verdad es que cada uno atiende a sus problemas locales y a las exigencias de su electorado e industria nacional. Ni siquiera en el aspecto legal y de apoyo entre países miembros en este aspecto hemos sido capaces de cerrar un acuerdo limpio y claro. Estos últimos meses hemos visto como el sistema legal y jurídico belga ponía en duda la legalidad jurídica española y su garantía de aplicación. Situación inconcebible, pero cierta como la vida misma. 

Sus pasos dados en Seguridad y Defensa son siempre taciturnos, poco ambiciosos y nada realistas por no querer enfrentarse a los problemas que le impiden llegar a la verdadera solución del problema, que claramente exige un limpio y absoluto consenso. A pesar de que el pasado mes de noviembre 23 de los actuales 28 miembros de la UE firmaran el documento de adhesión a lo que se conoce como la Cooperación Estructurada Permanente (PESCO, por sus siglas en inglés), la iniciativa no deja de ser uno más entre los muchos intentos y esfuerzos de buenas intenciones llevados a cabo por la UE con mucho más ruido que verdaderas decisiones tangibles y de auténtico calado en este tema medular. Un parche más en un área que precisa de mucha cooperación, voluntad de sacrifico nacional e ingentes inversiones y transformaciones tanto en las políticas nacionales y de defensa como en detrimento del proteccionismo a la multitudinaria, dispersa y reiterada industria del ramo existente en toda Europa y de la que nadie quiere desprenderse

El mundo se está armando a pasos agigantados; 2017 ha sido uno de los años más importantes en este aspecto. Grandes potencias económicas o militares como EEUU, China, Rusia, La India, Turquía, Irán, Arabia Saudita, Qatar, Israel y una larga lista de países de menor entidad política y militar no han dudado en incrementar sus adquisiciones de material bélico sofisticado o potente. Debe resaltarse que este hecho no ha sido un repunte puntual, forma parte de planes plurianuales para mejorar sus capacidades de defensa, aunque nadie duda que tras dicha denominación se esconden ciertos y claros propósitos ofensivos.

Oriente Medio, no deja de ser un hervidero de conflictos en constante ebullición con grandes posibilidades de iniciar nuevas o reiniciar viejas rencillas pero con el agravante de que los años de lucha sin cuartel contra el ISIS, en los que toda fuerza sobre el terreno ha sido aceptada sin miramiento, asco o reparo alguno, han servido sin duda alguna de un claro y fuerte entrenamiento y mejora de fuerzas o grupos militares o paramilitares como: las diferentes facciones yihadistas, los Quds iraníes, Hezbollah, Hamás y los Peshmergas kurdos. Grupos que sin duda tendrán mucho que decir y hacer en un futuro inmediato.

No hay que olvidarse de las aspiraciones turcas –cuyas fuerzas militares también han recibido un buen entrenamiento en combate en su lucha contra el ISIS y los kurdos- para ser algo más que un país comercial, de tránsito y de acogida de refugiados en la zona. Ni por supuesto, de los problemas entre Irán y Arabia Saudita; países que atraviesan procesos de militarización con la mira puesta en la hegemonía y el liderazgo zonal. Las propias acciones y represalias del actual gobierno iraquí sobre las poblaciones en las zonas arrebatadas al ISIS pueden ser, de nuevo, fuente del resurgimiento de dicho movimiento. Cosa similar puede ocurrir en Siria tras el prematuro abandono oficial de la tutela rusa en el conflicto tal y como se acaba de anunciar.

Irán, a pesar de los esfuerzos y amenazas de Trump en deshacer lo estipulado en el conocido como Acuerdo Nuclear de Irán, sigue proliferando en temas de misiles y el tiempo sigue corriendo a su favor para poder convertirse pronto, oficialmente y sin cortapisas en un país con capacidades nucleares; situación ésta que le facilitará un paso muy fácil a convertirse en un país con armas nucleares, si se decide a ello; cosa que no dudo hará. Conviene no dar por cerrado este tema.

La apertura de la tercera Intifada en Israel por la decisión de Trump de reconocer contra todo consejo interno y externo a Jerusalén como la capital del país y trasladar allí su Embajada, está en sus pasos incipientes; pero, debido a lo dicho anteriormente, con un alto grado de probabilidad puede convertirse en un problema de mayores dimensiones en breve en función de las nuevas capacidades militares del lado palestino y el claro apoyo árabe que el forzamiento de esta situación está teniendo.

Los problemas internos en Arabia Saudita y sus abiertas o encubiertas luchas con Qatar o con Irán en Siria y en Yemen -como conflicto entre religiones- pueden derivar en problemas de calado profundo que pronto pongan la zona en una situación bélica de mayores proporciones.

La zona de Asia Pacífico está llena de incertidumbres; la expansión militar y comercial marítima  de China; la fuerte militarización de Corea del Sur y Japón como respuesta a las amenazas y tropelías de un desnortado Kim Jong-un que este año ha mostrado claramente la mejora de sus capacidades nucleares y que sigue estando dispuesto a llevar a su país a la perdición con tal de perpetuarse en el poder como sus antecesores dinásticos y a responder de tú a tú a las bravuconadas y amenazas de Trump. Actúa de esta forma gracias al tradicional apoyo implícito o explícito recibido de China y Rusia. En cualquier caso, todos ellos son elementos muy potentes que han alcanzado momentos de mucha tensión y que no parece que tiendan a disminuir en un futuro próximo.

Con respecto a las para mi infundadas esperanzas puestas en la firma y proclamación del Tratado sobre la Prohibición de la Armas Nucleares (TPAN) [2] por la Asamblea General de la ONU el pasado 7 de julio hay que decir que es un papel mojado más en este aspecto ya que solo se contó con la asistencia de 124 países, siendo Holanda el único país miembro de la OTAN que asistió al acto y fue el único que votó en contra. No se contó con la presencia de ninguno de los países proliferadores nucleares o con posesión oficial de dichas armas ni del resto de los miembros de la OTAN [3].

Rusia seguirá tratando de influir en su entorno geográfico de forma física o a través de la introducción de políticas desestabilizadoras en el Ártico, los países bálticos o Ucrania; así como en intentar copar un amplio abanico del espectro cibernético con la nueva faceta de guerra sucia que supone la creación y difusión de falsas noticias capaces de poner en tela de juicio la solvencia y legalidad de países que se enfrentan a determinados problemas internos, creados muchos de ellos bajo su apoyo efectivo o mediante tutelas e instrucciones eficaces. Sus actividades en este campo y en la guerra cibernética son tantas y de tanto alcance que no ha habido un proceso electoral en el mundo durante 2017 que no haya sido afectado por ello. Sus capacidades clientelares tras la venta de armamentos sofisticados están poniendo en grave peligro la estabilidad y continuidad de alianzas tradicionales (la venta este año de los misiles antimisil S-400 a Turquía).  

Tal y como lo demuestran las cifras alcanzadas durante 2017, una vez terminado o al disminuir el masivo flujo de refugiados huyendo de las zonas en conflicto, los llamados "inmigrantes económicos" seguirán su ruta hacia Europa de forma aún más masiva que anteriormente por encontrar el terreno más despejado y para aprovechar las estructuras creadas por las mafias que se dedican a su transporte. A las penurias económicas y de estabilidad política propias en sus países de origen, se unen las derivadas de la mencionada sequía y la globalización que les permite conocer en tiempo real las grandes diferencias entre las condiciones de vida en sus países con las de Europa.

No hay que olvidarse de los momentos convulsos que se viven en el continente americano en muchos de los países hispanoamericanos con graves problemas económicos o de corrupción política y de enfrentamientos electorales sin visos de una solución fácil y a corto plazo. Siendo catastrófica la situación en algunos de ellos y que puede derivar en conflictos locales de relevancia. 

Para darle aún más importancia al último punto que al resto de los tratados hasta el momento, cierro el trabajo con un tema que me preocupa y mucho; lo hago a unas pocas fechas del nuevo proceso electoral en Cataluña. Proceso, al que se ha llegado como consecuencia de una serie de actuaciones ilegales de un gobierno autonómico que, habiendo recogido los frutos de una larga y abrasiva campaña de adoctrinamiento -consentida por todos los gobiernos centrales desde 1978-, se lanzó a despreciar y vulnerar la legislación vigente, la propia Constitución española, los mandatos y resoluciones del Tribunal Constitucional y otros de menor categoría usurpando con ello los derechos de los propios catalanes y del resto de ciudadanos españoles. 

Según la media de las encuestas, puede -si en este caso no fallan cómo suele suceder últimamente- que nos encontremos ante una situación política muy similar a la que obligó a la aplicación del artículo 155 de la Constitución. No soy capaz de definir las razones que nos han llevado a este incomprensible punto; puede que dado el corto espacio de tiempo transcurrido desde dicha fecha (27 octubre) y la celebración de los comicios, la sociedad catalana no ha sido capaz de asimilar los peligros que corría con la culminación de un acto separatista ilegal e irreflexivo social y económicamente. O, puede que sea tan grande el sentimiento y fanatismo sembrado y crecido durante muchos años, que nada ni nadie, en tan corto espacio de tiempo, sea capaz de convencer a nadie de la necesidad de un cambio de posturas en aras del bien propio y en general.

Mucho me temo, que el próximo jueves 21 de diciembre las cosas cambiaran poco y que los españoles nos enfrentaremos a nuevos episodios tremendamente molestos y preocupantes. Situación ya conocida que, sin duda, pondrá en riesgo mucho más de lo que nos imaginamos. Tengo la sensación de que la escasa preparación, poca categoría y el exacerbado egoísmo de los dirigentes políticos de la época nos lleve a situaciones que pongan en peligro no solo la economía española, sino la propia integridad territorial y aumenten los hastíos, las diferencias y los odios entre españoles y sus regiones. Pero la repercusión más grave de todo esto, es que pueda ser el iniciador de un proceso en cadena en diversas regiones europeas que lleve al traste la propia Unión.

Deseo fervientemente que, si ocurren los vaticinios, no nos lleve a periodos dolorosos como los vividos en la primera parte del siglo pasado; que los poderes del Estado actúen con mayor celeridad como les corresponde, no duden en aplicar la Constitución en todo su capitulado cuando sea preciso y que las injerencias externas en dicho caso no sean tan falsas y voraces como fueron hace unos pocos meses. Por otro lado, espero que se haya aprendido y mucho de los errores en los que increíblemente se cayó durante los diferentes pasos del llamado process y durante su ilegal referéndum de autodeterminación [4].

Lo que nunca comprendería ni perdonaría es que tras tan largo periodo de tensiones, hartazgos y sufrimientos morales y económicos; este caso de tozudez contraria a la Ley de todos sirva de excusa para, de forma precipitada, abrir la Constitución como un melón y cambiar lo que nos ha llevado al periodo de mayor prosperidad de los tiempos modernos de España. Sé que hay irreflexivos o muy dirigidos partidos políticos –de nuevo o disimulado y viejo cuño que prefiero no nombrar porque me repugna hacerlo por su odio a España- que este es su objetivo y situación final deseada. En nuestras manos y en nuestros votos está que esta felonía no llegue a buen puerto y mucho menos, que el irreflexivo e ilegal sea el que acabe con el premio gordo a pesar de saltarse las leyes establecidas y comportarse como un desnortado traidor como histriónicamente propugnan algunos partidos. Habrá que estar muy atentos a los cánticos de sirenas y de pífanos que seguramente sonaran en los meses venideros y llegar a taparnos los oídos para no escucharlos, porque de no hacerlo, nos volveremos locos.                                                          

[1] https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/2017-el-ano-crucial

[2] No confundir con el Tratado para la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP)

[3]www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2017/DIEEEO97-2017_Prohibicion_Armas_Nucleares_CristianMartin.pdf

[4] https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/lecciones-aprendidas-del-1-o

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