Arrecia la lucha contra el Daesh en Libia

Antonio Sánchez-Gijón/CapitalMadrid.com

Pie de foto: Trípoli, Libia. El caos político en el país dificulta las operaciones internacionales contra los yihadistas

Los choques armados en Libia se multiplican. También lo hace el número de víctimas mortales; y el de las agencias de seguridad exteriores con interés en que el Daesh no siga expandiéndose por el territorio libio. En paralelo, diversas milicias libias mantienen guerras particulares, sea en nombre de los grupos de poder asentados en la antigua capital, Trípoli, o en el del gobierno reconocido internacionalmente, instalado en Tobruk.

Con una po­bla­ción de seis mi­llo­nes, qui­nientos mil li­bios se han visto des­pla­zados de sus ho­gares por la vio­len­cia, y 300.000 re­fu­giados ex­tran­jeros es­peran en sus playas el mo­mento de dar el salto a Europa.

En la ma­dru­gada del do­mingo 28, aviones no iden­ti­fi­cados ata­caron un convoy de 15 ca­miones de las mi­li­cias del Daesh en las pro­xi­mi­dades de la ciudad de Beni Walid, si­tuada a 260 km al oeste del prin­cipal bas­tión del EI, en la ciudad cos­tera de Sirte, que este grupo te­rro­ris­ta-­yiha­dista había ocu­pado el pa­sado ve­rano.

El viernes 19 de fe­brero aviones de los Estados Unidos ata­caron un campo de en­tre­na­miento del Daesh en Ajaylat, en las pro­xi­mi­dades de la ciudad cos­tera de Sabratha, to­mada por el Daesh hacía pocas se­ma­nas. Se cree que en este ataque perdió la vida el or­ga­ni­zador de los asaltos contra ins­ta­la­ciones ho­te­leras en la costa de Túnez, el pa­sado ve­rano. El ataque aéreo causó al pa­recer se­senta bajas mor­tales entre los yiha­dis­tas, gran parte de ellos tu­ne­ci­nos. Ahmed Ouanaies, ex mi­nistro de Exteriores de Túnez, re­co­noció ante Watania 1TV la in­ter­ven­ción de la in­te­li­gencia tu­ne­cina en la ope­ra­ción.

El diario Le Monde re­veló la pa­sada se­mana que fuerzas es­pe­ciales fran­cesas es­taban ope­rando en te­rri­torio li­bio. El mi­nistro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, ha ad­mi­tido que aviones fran­ceses han lle­vado a cabo mi­siones de re­co­no­ci­miento sobre Libia. También ha re­co­no­cido la cons­truc­ción de una base mi­litar en Níger, en la pro­xi­midad de la fron­tera con Libia.

Informaciones pa­re­cidas han sido pro­por­cio­nadas por el Sunday Telegraph en re­la­ción con la par­ti­ci­pa­ción bri­tá­nica. Fuerzas de co­mandos es­ta­rían ope­rando en con­jun­ción con otras nor­te­ame­ri­canas en la zona de Misrata. El fin prin­cipal sería en­trenar fuerzas li­bias dis­puestas a com­batir al EI, cosa nada fácil porque mu­chos grupos ar­mados no yiha­distas están em­bar­cados en lu­char entre ellos, en una in­can­sable lucha por par­celas de poder te­rri­to­rial y po­lí­tico, que resta efi­cacia a la lucha contra el EI y tiene al país su­mido en una crisis eco­nó­mica.

Desde hace más de una se­mana está en marcha una ope­ra­ción contra mi­li­cias ad­ver­sa­rias del go­bierno re­co­no­cido in­ter­na­cio­nal­mente, ins­ta­lado en Tobruk, lan­zada por el ge­neral Jalifa Haftar, quien en lí­neas ge­ne­rales se in­clina a favor de este go­bierno, aunque Haftar no tiene status ofi­cial­mente re­co­no­cido. En esta cam­paña, las fuerzas de Haftar su­frieron hace tres o cuatro días 26 bajas mor­ta­les. En ven­ganza, sus fuerzas des­tru­yeron o dieron fuego a 50 casas de los su­puestos au­tores del mortal ataque y co­me­tieron abusos contra las per­so­nas. Pero en un gesto inusual, Haftar ad­virtió a sus fuerzas que quienes lle­vasen a cabo actos de ven­ganza contra las casas y fa­mi­lias de la otra mi­licia se­rían se­ve­ra­mente cas­ti­ga­dos. Y en un co­mu­ni­cado dis­tinto, el ge­neral pro­metió un juicio justo a las mi­li­cias del EI que se rin­die­ran, aunque se su­pone que esta oferta es sólo ‘pro for­ma’, porque no es pro­bable que miem­bros de la fa­na­ti­zada mi­licia yiha­dis­ta-­te­rro­rista se en­tre­guen.

La pa­sada se­mana un in­forme de los re­la­tores de las Naciones Unidas para los de­re­chos hu­manos emi­tieron un in­forme de­nun­ciando que todas las fac­ciones li­bias han co­me­tido crí­menes contra com­ba­tientes y ci­vi­les. El alto co­mi­sio­nado Zeid Ra’ad al-Hus­sein, señaló “la com­pleta im­pu­nidad que sigue pre­do­mi­nando en Libia, así como los fa­llos d su sis­tema ju­di­cial”.

Reservas ita­lianas sobre las ope­ra­ciones te­rres­tres

El go­bierno del país que más in­tereses geo­po­lí­ticos tiene en la paz en Libia, esto es, Italia, se muestra muy re­ser­vado en cuanto al em­pleo de sus re­cursos mi­li­tares contra el Daesh en el país si­tuado en­frente de su te­rri­to­rio. Un por­tavoz de su mi­nis­terio de Defensa de­claró el pa­sado día 25 que de mo­mento era “impensable” una in­ter­ven­ción mi­litar sobre el te­rreno. Por eso, las fil­tra­ciones sobre ac­ti­vi­dades de in­te­li­gencia de va­rios países oc­ci­den­tales en te­rri­torio libio no pueden re­cibir con­fir­ma­ción ofi­cial.

Esa re­gla, sin em­bargo, no se aplica al em­pleo de me­dios aé­reos oc­ci­den­tales sobre Libia. Un acuerdo du­ra­mente ne­go­ciado entre Washington y Roma per­mite a drones de Estados Unidos partir de la base aérea de Sigonella, en Sicilia, para mi­siones de ob­ser­va­ción y ata­que. Los ita­lianos se re­ser­van, no obs­tante, el de­recho de au­to­rizar el lan­za­miento de los pro­yec­tiles sobre las fuerzas sos­pe­cho­sas. Roma no cam­biará de ac­titud hasta que se cons­ti­tuya el go­bierno de unidad na­cional aus­pi­ciado por las Naciones Unidas, cuya for­ma­ción está blo­queada desde hace se­mana de­bido a desacuerdos entre las fac­ciones po­lí­ti­cas.

Bajo los aus­pi­cios de las NN.UU, las fuerzas po­lí­ticas li­bias se com­pro­me­tieron hace se­manas a formar un go­bierno, creán­dose en­tre­tanto, hasta que el par­la­mento le diese su apro­ba­ción, un con­sejo pre­si­den­cial de go­bierno. Desde en­ton­ces, el par­la­mento ha sido in­capaz de formar el nuevo go­bierno en re­pe­tidas oca­sio­nes, la úl­tima el pa­sado día 23. El en­viado de las Naciones Unidas para Libia, Martin Kobler, ha pre­si­dido siete acuerdos para su for­ma­ción, luego fa­llidos de­bido a la in­tran­si­gencia de una u otra fac­ción po­lí­tica, tribal o gue­rri­llera.

Es di­fícil pre­decir cuánto puede durar el blo­queo po­lí­tico, y cuánto tar­dará el Daesh en co­meter o pla­near desde suelo libio un ataque contra Occidente como el úl­timo de París con más de ciento veinte víc­timas mor­ta­les. Posiblemente ese sería el mo­mento en que los países oc­ci­den­tales no po­drían es­perar más.

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