El eje franco-marroquí

Ramón Moreno Castilla

Pie de foto: Imagen del presidente francés, Francois Hollande, en Tánger con el rey Mohamed VI de Marruecos    

El pasado fin de semana se escenificó en la ciudad marroquí de Tánger -donde está ubicado uno de los puertos (Tánger-Med) más importantes del Mediterráneo y del mundo-, los sólidos y estrechos lazos de amistad entre Marruecos y Francia. Y así como en Europa existe el todopoderoso Eje Franco-Alemán, que unifica criterios y las políticas de uno y otro país, con gran incidencia en todo el contexto de la Europa Comunitaria; ahora se ha consolidado y ha tomado carta de naturaleza el Eje Franco-Marroquí, que constituye un gran logro de las diplomacias de ambos países y, sobre todo, pone de relieve la clarividencia y visión de Estado del Rey Mohamed VI y el deseo del mandatario francés, François Hollande, de que Marruecos sea un “aliado imprescindible” en África, con todo lo ello implica en la política exterior del país galo.

En efecto, el presidente francés que el pasado sábado día 19 emprendió una importante visita oficial de amistad y de trabajo a Marruecos a invitación de Mohamed VI, subrayó la determinación de Francia de ir más allá en su partenariado excepcional con el Reino de Marruecos. “Mi mensaje es el de una ambición común. Queremos ir más lejos en nuestra cooperación con Marruecos, en un contexto donde las amenazas y las oportunidades no dejan de evolucionar”, afirmó Hollande en una entrevista al rotativo marroquí “Le Matin du Sahara et du Magreb” publicada ese día.

El presidente francés recordó que la reunión bilateral de alto nivel que tuvo lugar en París el 28 y 29 de mayo pasado, ha permitido definir “los grandes objetivos de nuestro partenariado de excepción para los próximos años”. En este sentido, dijo que evocará con el Rey “la puesta en práctica de las prioridades que fijamos juntos”. Al ser preguntado por los nuevos ámbitos de actuación en la cooperación franco-marroquí, François Hollande destacó la lucha contra la radicalización, la cooperación con África y el cambio climático. En cuanto al terreno de la seguridad, el mandatario francés insistió en una “estrecha cooperación bilateral”, destacando la “valiosa experiencia” de Marruecos en este campo. En la misma línea, alabó la labor de los servicios de seguridad marroquíes que han mostrado “su eficacia desmantelando numerosas células terroristas en los últimos meses”; destacando “la estrecha colaboración entre los servicios de información franceses y marroquíes” que ha permitido “prevenir cierto número de riesgos, amenazas y atentados” en Francia, Marruecos y Europa.

Durante esta visita de dos días François Hollande y el Rey Mohamed VI se esforzaron en consolidar la reconciliación franco-marroquí y dieron por zanjadas las desavenencias entre París y Rabat, multiplicando los gestos de amistad y proximidad. Las dificultades entre los dos países “no solo han quedado borradas, sino sobre todo superadas”, declaró Hollande ante la comunidad francesa reunida en el consulado de este país en Tánger. Al fínal de su visita, el pasado domingo por la noche, el presidente francés aseguró que “abrió” con Maohamed VI “una nueva etapa de la colaboración franco-marroquí.

Hay que significar que el objetivo de este desplazamiento a Tánger, el gran puerto del norte de Marruecos, era demostrar que ha quedado zanjada la crisis diplomática de casi un año provocada por las denuncias de “torturas” presentadas en Francia contra el jefe del contraespionaje marroquí, Abdellatif Hammouchi (recuérdese que a propósito de este incidente, Rabat suspendió en febrero de 2014 todos los acuerdos vigentes en materia judicial).Y que había llegado el momento de retomar los fuertes vínculos tradicionales entre Francia y Marruecos, aliado de peso en materia de seguridad , política y economía. “Mantenemos una cooperación que  nunca ha cesado” y “nada podrá alterar” afirmó Hollande  refiriéndose a la seguridad. Porque, precisó, los dos países están “confrontados a los mismos retos” en la lucha contra el terrorismo, sobre todo por parte del grupo yihadista del llamado Estado Islámico.

Francia y Marruecos, socios excepcionales, y que recientemente endurecieron sus respectivas legislaciones antiterroristas, decidieron sumar esfuerzos para la formación de imanes en el Instituto Mohamed VI que promuevan un Islam moderado y pacífico conforme a los “valores de apertura y tolerancia” y la “laicidad”. Según el equipo del presidente francés, “medio centenar de imanes franceses” al año podrían seguir una formación religiosa en el citado Instituto de Rabat, completada con una enseñanza cívica por parte de Francia. Este acuerdo fue firmado por el ministro de AA.EE de Francia, Laurent Fabius y el de Asuntos Islámicos de Marruecos, Ahmed Taufiq, en una ceremonia presidida por ambos mandatarios.

En el plano económico, el presidente francés reiteró la firme voluntad de su país de acompañar a Marruecos en su desarrollo, a sabiendas de que las 750 filiales de empresas galas que están instaladas en el Reino generan más de 120.000 empleos. Hollande dejó claro en esta visita que Francia desea reforzar el rango de primer socio económico de Marruecos en materia de inversiones, aunque ahora sea España el número uno en los intercambios comerciales. “Somos capaces de tener socios excepcionales”, sobre todo en los sectores del automóvil, aeronáutica e infraestructuras”, declaró; y recordando que esas “750 empresas francesas” están felizmente implantadas en Marruecos. Es el caso del fabricante de automóviles Renault que posee desde 2012 una megafábrica cerca de Tánger con una producción anual superior a los 200.000 vehículos. Asimismo, y acompañado por cinco ministros y una numerosa representación de empresarios, François Hollande descubrió los nuevos vagones del TGV (el AVE marroquí) suministrados por Alstom, tren de alta velocidad que debe entrar en servicio en 2017/2018 entre Tánger y Casablanca, la capital económica del Reino.

Por otra parte, Marruecos y Francia “van de la mano” en la lucha contra el cambio climático. Tal es así, que Mohamed VI y François Hollande firmaron el domingo 20 el “llamamiento de Tánger” de cara a la conferencia sobre el clima (COP21) que se celebrará en París del 30 de noviembre al 11 de diciembre próximos y la siguiente en 2016 en Marrakech. Los dos dirigentes prometieron “trabajar de la mano para el éxito de las dos citas”, y aunar esfuerzos para que “la comunidad internacional pueda encontrar las respuestas adecuadas” a esta problemática. Marruecos, por su parte ha hecho los deberes en su lucha por el calentamiento del planeta y ha sido el segundo país africano en entregar su contribución a la conferencia de París, con el proyecto de pasar a un 42 % de energías renovables de aquí a 2020 y un objetivo ambicioso de reducción de sus emisiones de gas de efecto invernadero de aquí a 2030.

Hay que señalar asimismo, que el Rey Mohamed VI, acompañado por el Príncipe heredero Moulay El Hassan y el Príncipe Moulay Rachid (hermano del Monarca) y el presidente francés François Hollande pusieron la primera piedra en el municipio urbano de Gueznaya en Tánger (norte) de las obras de construcción del Instituto de Formación en Oficios de Energías Renovables y Eficacia Energética (IFMEREE, siglas en francés). Este proyecto piloto con una inversión de 95 millones de dirhams y una superficie de 19..735 m2 permitirá acompañar la puesta en marcha de la estrategia energética nacional implementada en 2009. La construcción de este instituto se enmarca dentro de la aplicación del convenio de partenariado firmado el 31 de mayo de 2011 bajo la presidencia del Rey Mohamed VI, entre el Estado y el sector de las energías alternativas y la eficacia energética, y que contempla además la construcción de tres institutos, el de Tánger, Uxda y Uarzazat.

En su visita a Marruecos, el presidente francés François Hollande recibió en el palacio de huéspedes de la ciudad de Tánger a los presidentes de las dos cámaras parlamentarias de Marruecos, Talbi Alami y Mohamed Cheij Biadilah. En una declaración de prensa posterior al encuentro, Alami dijo que esta audiencia fue una oportunidad para evocar cuestiones vitales relacionadas con la región y el modelo marroquí (de “regionalización avanzada”, puesta de manifiesto en las recientes elecciones marroquíes) que preconiza la paz, la seguridad y la estabilidad. Por su parte, Biadilah indicó que evocaron el modelo marroquí de democracia y de desarrollo, cuyos pilares han sido instaurados por el Rey Mohamed VI, verdadero artífice del Marruecos actual, próspero y seguro.

En definitiva, la visita del presidente francés, François Hollande, a Marruecos ha sido todo un éxito para ambos países. Marruecos constituye un aliado seguro y esencial de Francia en una región inestable y turbulenta; cuya cooperación bilateral se ha visto reforzada con la estancia del mandatario francés en suelo marroquí, donde el Eje franco-marroquí ese una realidad incuestionable.

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