Opinión

El informe de Sánchez

Javier Fernández Arribas

En octubre de 2011, Pedro Sánchez firmó un informe sobre el proceso electoral legislativo en Marruecos como miembro de un grupo de observadores del National Democratic Institute (NDI) un lobby del partido demócrata norteamericano. En ese informe, que me recordó hace unos días el profesor de la Universidad de Valencia, Jorge Mestre, se realizan diversas recomendaciones que no gustaron al rey Mohamed VI y su entorno. Sin duda, es complicado aplicar una serie de patrones internacionales a los procesos electorales en cada país del mundo. Entre las recomendaciones del informe podemos destacar que el Gobierno marroquí permitía la quema de los votos recogidos en las urnas tras la votación, le recriminaban su inmovilismo frente a la compra de votos, o la ausencia de mecanismos de control de la financiación en la campaña electoral.

El informe de la misión preelectoral reclamaba a las autoridades marroquíes una mayor implicación de la sociedad civil en la vida política del país y una reforma de su sistema electoral. Algunas de estas recomendaciones no van desencaminadas, pero también podrían trasladarse a España. A nadie le gusta que le descalifiquen así sus elecciones y en el caso del rey de Marruecos, este tipo de actuaciones quedan en su memoria. Este mal recuerdo y otras declaraciones publicas de Sánchez sobre el Rey y la situación política en Marruecos y el conflicto del Sáhara, podría ser una de las razones por las que no ha habido disponibilidad del monarca marroquí para que el presidente del Gobierno de España realizara su primera visita oficial al vecino del sur. Las gestiones en Tánger, en la Fiesta del Trono, con el propio Mohamed VI por parte de José Luis Rodríguez Zapatero para limar asperezas y propiciar el viaje a Rabat de Sánchez tienen un resultado incierto. 

Los ministros de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y del Interior, Fernando Grande-Marlaska, sí hicieron la visita a sus homólogos en Rabat, pero en el panorama hay posiciones unilaterales del Ejecutivo Sánchez que perjudican a Marruecos, como país que sufre el tránsito de miles de emigrantes subsaharianos, como son la posible retirada de concertinas en las vallas de Ceuta y Melilla, la acogida del Aquarius, la sanidad universal y el retraso en la petición de ayuda a la UE para Marruecos. La relación siempre ha tenido sus altibajos, pero es esencial la confianza y la buena química personal y política, algo que es muy necesario recuperar cuanto antes.