El largo viaje de Emiratos

Anwar Zibaoui
 
Pasaron de la pesca y la recolección de perlas y un estilo de vida beduino tradicional a vivir en algunas de las ciudades más modernas del mundo. El descubrimiento del petróleo cambió su visa y su economía. Pocos países han experimentado un cambio tan espectacular, como los Emiratos Árabes Unidos (EAU) en el último medio siglo. Su PIB  ha crecido de 1.770 millones de dólares en 1971 a 419.000 millones dólares en 2014. 
 
Emiratos forma parte de los diez países más competitivos a nivel global por tasas récord de crecimiento en todos los campos: economía, comercio, inversión, nuevas tecnologías, turismo, infraestructuras, así como por el desarrollo humano y social, por impulsar políticas de igualdad de género y en el empoderamiento político y económico de las mujeres y los jóvenes.
 
Con una población de 8,2 millones, de los cuales el 80% son extranjeros, EAU es la quinta potencia en gas natural y la sexta en reservas probadas de petróleo en el mundo. Las reservas podrían durar 94 años y produce 2,8 millones de barriles al día. El petróleo es el pilar de su economía, pero solo aporta un tercio al PIB. Los sectores no petroleros aportan el 69%, favorecidos por la estrategia de diversificación. Y se nota en sectores como la industria aeroespacial, las telecomunicaciones y la tecnología de información, logística y servicios financieros, así como su asociación con los principales centros de investigación y multinacionales.
 
Mientras que muchos países de la región viven tormentas políticas, Emiratos aumenta los ingresos derivados del turismo y de los depósitos bancarios. La mayoría de los siete emiratos que forman el país ha elaborado estrategias distintas que podrían ser complementarias que se centran en la expansión de la economía no petrolera. Por ejemplo Dubái, que se basa en servicios, el turismo y en consolidarse como un centro global de transporte. Abu Dhabi apuesta por el liderazgo mundial de la producción petroquímica, las energías renovables, la salud y la cultura.
 
Si bien Dubái es la hermana famosa por sus grandes proyectos o su línea aérea Emirates, Abu Dhabi es de lejos la economía más grande. Asume la mayor carga del presupuesto federal, ha potenciado su línea de bandera Etihad y su apuesta por las energías renovables, creando la ciudad sostenible Masdar. Y se ha esforzado en ser un centro regional para la cultura y el deporte con la construcción de varios museos de renombre mundial, comprando clubs de fútbol o el circuito de Fórmula 1. 
 
En sus 20 años ha crecido la influencia financiera del Emirato a nivel mundial. Abu Dhabi Investment Authority junto con IPIC y Mubadala son  principales vehículos para la  gestión de sus fondos, con activos que superan los  650.000 millones de dólares. De los cuales se han invertido 300.000 millones en participaciones o alianzas en 238 empresas de 35 países de Asia, África y Europa. En grupos como Benz, Ferrari, Virgin, Fórmula 1, Tesla, Unicredit, Banco Santander Brasil, Air Berlín o Alitalia, entre otros, estos fondos se están comprometiendo cada vez más a nivel global. Su secretismo va a menos y hay más detalles de sus finanzas e inversiones. 
 
Las relaciones con España se han intensificado con la compra de Cepsa por IPIC o la cooperación en plantas solares. Y es cada vez muestran mayor interés por España. Los Emiratos gozan de una ventaja competitiva. Son el centro comercial más importante de la región. Sus exportaciones alcanzan los 381.000 millones de dólares y las importaciones 241.000 millones. Y les ha favorecido el aumento del tráfico de reexportación. El flujo de inversión extranjera no para de crecer. Su valor acumulado, entre 2002 y 2013, es de 310.000 millones de dólares.
 
Su posición geográfica, sus puertos y aeropuertos, así como su flota de transporte aéreo y marítimo, le facilitan vínculos en todo el mundo. Y le ha convertido en la sede regional del 25% de las 500 empresas más importantes del mundo. Existen excelentes oportunidades, pero es un mercado muy competitivo que requiere un compromiso de la empresa interesada, así como un esfuerzo constante.
 
En el camino hacia el éxito serán necesarios el desarrollo de buenos planes y sus procesos de ejecución, la identificación de los líderes locales y potenciar el rol del sector privado, mediante la atracción y retención de talentos y empresas internacionales.
 
Pero no es oro todo lo que reluce. Emiratos árabes tiene, también, sus detractores. Se enfrenta a retos, claves e importantes vulnerabilidades por su sistema político unilateral. Necesita desarrollar una estrategia coherente, un nuevo tipo de economía que afecta la inversión y la geopolítica, es decir, un modelo diferente que tenga en cuenta no solamente lo económico, sino también el desarrollo de los derechos y la libertad, pensando a largo plazo. 
 
Estas son las asignaturas pendientes que deberían aprobar para presentarse y ser visto como modelo. De momento, ha ganado la primera etapa pero para seguir volando alto y llegar a la meta. Sólo tiene un camino: hacerlo bien sin dejar nada al azar.

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