Opinión

El Polisario al desnudo

Por Ramón Moreno Castilla

Pie de foto: Imagen de los campos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia). 

Terminaba el artículo anterior haciéndome eco del demoledor informe de la Oficina Europea de Lucha Contra el Fraude (OLAF), ocultado desde 2007, donde este organismo europeo afirma el masivo desvío de las ayudas europeas con destino a los campos de refugiados, desde el mismo momento en que éstas llegan por vía marítima al puerto argelino de Orán; robos, en los que están implicados altos cargos civiles y militares de Argelia y la cúpula del Frente Polisario, convertidos en un auténtico cártel. Denunciando el cinismo del “ministro” saharaui de Cooperación de la pretendida RASD, Brahim Mojtar, que se permitió la insolencia de venir a Canarias para recabar más ayudas para el pueblo saharaui, que ya sabemos dónde van a parar. ¿Piensa acaso este señor que el pueblo canario es idiota? ¿Se van a depurar responsabilidades y cortar cabezas en Rabuni?

Esta constatación de la sustracción de las ayudas europeas al pueblo saharaui, como denuncia el informe de OLAF, es solo la punta del iceberg. A la cada vez más creciente disidencia y a las luchas internas por el poder; a la falta de derechos humanos en los campamentos de Tinduf, que el Polisario reclama en el Sahara; se une la retirada de apoyos a la fantasmagórica RASD por parte de países latinoamericanos (los últimos han sido Panamá y Paraguay). El Polisario ya no cuenta con el decidido e incondicional apoyo de esa especie de “troika” formada por Cuba, Libia y Venezuela, con Argelia de aliado estratégico. Y lo que es más grave, ahora se pone de relieve una vez más la implicación del Frente Polisario en diversos actos terroristas. Y ahí está la investigación que viene realizando la Audiencia Nacional de España de los delitos de genocidio, asesinatos y desapariciones  cometidos presuntamente por miembros del Frente contra población saharaui disidente refugiada en los campamentos de Tinduff.

En efecto, el titular del Juzgado central de instrucción 5 de la citada Audiencia admitió a trámite una querella interpuesta por la Asociación Saharaui para la defensa de los DD.HH. (Asadeh) y tres víctimas contra 28 miembros del Frente Polisario y altos cargos del gobierno argelino. Según expone la querella entre los denunciados figuran el ex director general de la seguridad militar del Polisario y responsable de las relaciones con la ONU, Mohamed Jadad, el ex agregado militar en la embajada de Argelia en Mauritania, Nabil Kadaour, y el ex embajador de Argelia en Rabat, general Omari. La querella se extiende también a responsables del Polisario como su fiscal Sidi Wagag; su ex ministro de Defensa, Brahim Ghali; o su ministro de Comunicación, Sidahmed Battal, así como a varios responsables de las cárceles polisarias en Tinduf.

En este contexto, hay que resaltar que la dirección del Frente Polisario ha sido desde hace años objeto de numerosas acusaciones de torturas sobre las poblaciones saharauis. Mientras tanto, y como decía en un artículo publicado en el periódico EL DÍA de Tenerife el 13 de julio de 2013, titulado “Polisario: más verdugo que víctima”, el pueblo canario tan ingenuo, confiado y manipulable, sigue más pendiente de las causas ajenas que de la propia, creyéndose las versiones sobre supuestas violaciones de los derechos humanos en el Sahara. Cuando la realidad es que los campamentos de Tinduf son auténticas cárceles, donde se tortura, y se vulneran sistemáticamente los más elementales derechos humanos con el beneplácito de Argelia y de los dirigentes  del Polisario. Para cualquier observador imparcial es una intolerable injerencia en los asuntos internos de un Estado que con la disculpa de un viaje profesional al Sahara, el objetivo sea inmiscuirse en si se observan o no los ya recurrentes derechos humanos en el territorio.

Así, el pasado lunes fueron expulsados de Marruecos cuatro activistas canarios que el viernes anterior había viajado al Sahara “para conocer de primera mano los problemas que tiene la comunidad saharaui” e impartir un supuesto curso sobre montaje audiovisual. Las autoridades marroquíes comunicaron a los viajeros que eran retenidos porque suponían una amenaza para la seguridad de Dajla a donde se habían trasladado. ¿Quién paga esos viajes y con qué objetivo se hacen? ¿Tienen el  mismo interés y la misma diligencia esos colectivos pro Polisario en denunciar la precariedad económica, laboral y social en la que viven grandes segmentos del pueblo canario? Por cierto, que el próximo mes de marzo se celebrará en la ciudad de Dajla el Forum Crans Montana, que tantas expectativas está despertando. Esta ONG que promueve la cooperación, el dialogo Sur-Sur, el crecimiento y la paz en el mundo, celebra esta edición en el Sur marroquí como reconocimiento a la inconmensurable labor que el Rey de Marruecos, Mohamed VI, está realizando con su plan de regionalización avanzada en pos del desarrollo, progreso y bienestar de los habitantes de sus provincias meridionales, en el ámbito territorial del Sahara marroquí.

Pero volviendo con el Polisario, que ya se ha quedado en pelotas, lo que es innegable, y pese a todas sus mentiras y manipulaciones, es que el pueblo canario no olvida los actos terroristas que ha sufrido por parte del Frente, y que han costado la vida a pescadores canarios. Recuérdese, porque en estos asuntos la memoria es muy frágil, el acto de terrorismo cometido en noviembre de 1978 por el Frente Polisario contra el pesquero lanzaroteño, “Cruz del Mar”, que costó la vida a siete pescadores canarios y a un pequeño grumete de 14 años. Tragedia que sufrió en primera persona una lanzaroteña, Melitona Hernandez, que perdió a su padre, a su marido, a un hijo y a un cuñado. En estos días, la Asociación Canaria de Víctimas del Terrorismo (Acavite) ha reclamado al Ministerio de Interior español que inicie una investigación sobre los actos terroristas del Frente Polisario.

La presidenta de dicha asociación Lucia Jiménez realizó esta petición durante la reunión que mantuvieron más de 150 familiares de víctimas con la directora general de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, Sonia Ramos, en la Delegación del Gobierno en Canarias. Al encuentro en el que también estuvo presente la delegada del Gobierno, María del Carmen Hernández Bento, y el subdelegado Luis Molina; acudieron víctimas de los ataques terroristas como el majorero Antonio Martín Hernández, quién estuvo secuestrado siete meses y diez días por el Frente Polisario en un zulo de El Aaiún. Como también Soraya Pérez, hija de un isleño herido en un atentado del Polisario en 1976. O sea, el Frente Polisario que ha hecho de Canarias su santuario con la anuencia y complicidad de España, ha sido una verdadera cruz para los canarios, que ya empiezan a identificar a estos individuos y a no secundar sus falacias y a cuestionarse seriamente su solidaridad y ayudas.

En este encuentro se ha puesto de manifiesto el enorme malestar de Acavite al conocer las ayudas que recibe el Polisario de partidos políticos e instituciones varias. Es significativo que en su anterior etapa como consejero del Cabildo grancanario, responsable de la Cooperación, el gran valedor del Frente Polisario en Canarias, Carmelo Ramirez, destinara 700.000 euros anuales en ayudas a la “causa saharaui”. ¿Que han hecho ahora tanto él como Claudina Morales, la otra abanderada del Polisario, que no han dado explicaciones sobre las afirmaciones del Informe OLAF? ¿Dónde están metidos que no dan la cara?. El electorado debía castigar en las urnas a todos estos políticos a los que les importa poco el pueblo canario, más preocupados y solidarios con causas ajenas.

Como ya vaticiné en un artículo anterior, este año 2015 será el desmoronamiento del Frente Polisario cada vez más desprestigiado y contra las cuerdas. Según ha denunciado el analista Ben Salah R. Ennaji en el Imparcial, en los campamentos de Tinduf se vive un estado de alerta sin precedentes, tras el secuestro en dichos campamentos de varios activistas del Movimiento Jóvenes por el Cambio, que aspira a un relevo generacional en el gobierno del Frente Polisario y cuyos integrantes vienen exigiendo, desde hace varios meses, una transición pacífica del poder, Centenares de saharauis, convocados por dicho movimiento, salieron a la calle el pasado sábado 21 de febrero en protesta por el desvío masivo y sistemático de las ayudas humanitarias destinadas a la población saharaui en los campamentos de Tinduf, una vez conocido el Informe OLAF, que destapó las prácticas fraudulentas de dirigentes del Polisario en la distribución de la ayuda humanitaria, así como un presunto delito de encubrimiento por parte de las autoridades de tutela  argelinas.

Los manifestantes solicitaron una inmediata intervención de la Oficina de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (ECHO), para “investigar la trama y las prácticas fraudulentas llevadas a cabo por la cúpula del Polisario”. En un comunicado filtrado en la redes sociales, el brazo armado del Movimiento Jóvenes por el Cambio condenó duramente “el uso de la fuerza por parte de los militantes del Frente Polisario para dispersar la manifestación pacífica del pasado sábado” y denunció “el secuestro de los siete integrantes del movimiento joven que participaba en la manifestación”.

En este sentido, varios analistas expertos en el Magreb han manifestado su inquietud por lo ocurridodebido al estratégico posicionamiento geográfico de los campamentos de Tinduf, al Sur de Argelia; un enclave crítico en el foco mismo de las tensiones fronterizas con el Daesh en Libia y Mali, lugar considerado como un verdadero “punto negro”, en el que la falta de control y seguridad puede alimentar sobremanera el caos en la zona. El analista político Mohammed El Idrissi del histórico partido político marroquí  Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) ha ido más lejos y ha alertado de la presencia en la zona de líderes del Daesh que promueven su ideología radical atrayendo a jóvenes desesperados y descontentos por la pésima gestión gubernamental de Frente Polisario, para que “se unan a sus filas”; no descartando, como respuesta internacional a estos acontecimientos, una inminente intervención militar liderada por Francia, similar a la ya realizada en Mali en 2013 para erradicar el terrorismo en la zona y proteger las fronteras europeas contra la entrada de radicales. A ello se une la enconada lucha por el poder que se está produciendo en el seno  del Frente Polisario, dada la precaria salud del “presidente” de la RASD, Mohammed Abdelaziz, aquejado de una enfermedad letal.