La Edad de Piedra

Roberto Mateos

El otro día por la tarde me acerqué a un organismo oficial para realizar una consulta, estaba casi vacío, era por la tarde, y a diferencia del horario de mañana en donde se aglutina gran cantidad de usuarios y funcionarios, unos para realizar gestiones y otros para atenderlas, no había casi nadie.

Nada más entrar me di cuenta de que algo había cambiado, los sistemas de control de accesos (arco y escáner) habían desaparecido y en su lugar había una mesa de madera y una silla en la cual había un vigilante de seguridad sentado. Su uniforme era de una empresa diferente a la habitual (empresa, por cierto, que aparece en el listado de deudores de la Seguridad Social con cientos de miles de euros de deuda), le pregunté al vigilante y me confirmó que habían cambiado de empresa hacía más de un mes y que la empresa saliente se había llevado los medios de seguridad del control de accesos ya que eran suyos. Desde entonces, y hasta no se sabe cuando, el modus operandi del control de accesos consiste en pasar una espada (detector de metales manual) delante de cada usuario y dejar todas las pertenencias después de vaciar mochilas y bolsos encima de la mesa. Usuario por usuario, lo cual ralentiza enormemente las gestiones y el servicio que ofrece dicho organismo (ya han reclamado en varias ocasiones un escáner y un arco, que por cierto así viene reflejado el compromiso, en el pliego de condiciones cuando se les adjudicó el servicio).

Es difícil de creer que en un país europeo (con la amenaza latente que tienen todos, en especial en aquellos lugares donde se concentran gran cantidad de personas) con un nivel de alerta 4 en el cual nos encontramos, que la seguridad de un edificio público en donde se concentran muchas personas se vea mermada considerablemente porque quizás algunas administraciones no valoren adecuadamente los riesgos y solo tengan en mente una política de ahorro y austeridad (para algunas cosas claro) y acaben contratando a las empresas que ofertan el precio mas bajo. Empresas que pueden no dar la talla, pueden ser deudoras y de dudosa profesionalidad, que buscan reducir gastos a costa de incumplir contratos, mal pagar a los trabajadores y no atender sus obligaciones fiscales.

Cabe pensar que sin los medios adecuados y dadas las condiciones, lo más probable sería que el personal de seguridad, bien por indicación de algún representante del organismo oficial o por motu propio, hicieran la vista gorda y no efectuaran correctamente el control de accesos para favorecer la recepción de usuarios en menos tiempo.

Al día siguiente pude comprobar cómo la cola para acceder al edificio daba la vuelta a la manzana. Tenemos buenos profesionales, comprometidos y trabajando muchas de las veces sin las condiciones mínimas para desarrollar un servicio eficiente.

¡¡¡Señores!!!... no pongan tantas trabas, no piensen tanto en el gasto y más en la inversión – prevención, elijan a sus proveedores de seguridad con criterio y velen por la seguridad de los usuarios y funcionarios en sus puestos de trabajo, es su obligación.

Me comentó hace tiempo un compañero que los terroristas que amenazan Occidente están en la Edad Media en cuanto a creencias y valores, lo comparto pero también es cierto que, en algunos aspectos, nosotros estamos en la Edad de Piedra.

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato