La energía eólica lidera en 2014 la instalación de nueva potencia en la Unión Europea

Aitor Álvarez/elvigia.com
 
El viento se sigue consolidando como una fuente de energía de referencia en Europa. Si en el año 2000 representaba un 2,4% de la energía total, en 2014 el porcentaje ascendió hasta el 14,1%. La eólica fue la energía más instalada en la Unión Europa (UE) el año pasado, con 11,8 gigawatios (GW), seguida de la solar, con 8, según un estudio de la Asociación Europea de Energía Eólica (EWEA, por sus siglas en inglés). Además, el 79,1% de la nueva capacidad instalada en la UE correspondió a las energías renovables. Es el séptimo año consecutivo en el que más de la mitad de la energía instalada es “limpia”. En el año 2000, las renovables solamente representaban un 22,4% de las nuevas instalaciones.
 
Este crecimiento tan significativo del viento como fuente de energía estuvo liderado en 2014 por Alemania y el Reino Unido. Entre ambos sumaron el 59,5% de las nuevas instalaciones en Europa durante el año pasado. El país germano instaló molinos de viento con capacidad para producir 5.279,20 megawatios (MW) de energía eólica y ya cuenta con 39.165 MW de potencia instalada, lo que le convierte en líder en producción de esta renovable en Europa. Los británicos, por su parte, fueron los segundos del Viejo Continente en instalación de energía eólica, con 1.736,40 MW nuevos. Aun así, el Reino Unido, con molinos con capacidad para producir 12.440,30 MW, no sigue a Alemania en potencia total. Esa segunda posición la ocupa España, con 22.986,50 MW, aunque se está quedando atrás y, desde que el Ejecutivo suspendió las primas a nuevas instalaciones de energías renovables, como es el caso de la eólica, la cifra se ha estancado. En 2014, la construcción de molinos de viento fue mínima y sólo se hicieron nuevas instalaciones por 27,5 MW de potencia. Dinamarca e Italia son otros dos países en los que disminuyeron significativamente las nuevas instalaciones.
 
En los mercados emergentes de Europa del Este y Europa Central, está ocurriendo algo similar a lo que sucede en España, aunque en menor medida. Si en 2013 construyeron un 16% de la nueva energía eólica de Europa, en 2014, solamente representaron un 7,1%, con 834 MW instalados. Según EWEA, se debe a los cambios de legislación en países como Rumanía o Polonia, que crean incertidumbre entre los inversores de esta energía limpia.
Durante el año pasado, también apostaron por la energía eólica Suecia, con 1.050,2 MW de nueva instalación; Francia, con 1.042; Polonia, con 444,3; y Austria, con 411,2. De entre los dos grandes tipos de energía eólica que existen, la marina y la terrestre (offshore y onshore, respectivamente), la segunda continúa siendo la predominante, mientras que la instalación de molinos de viento en el mar disminuyó ligeramente el año pasado, un 5,3%, respecto al 2013, cuando batió su récord histórico, al llegar a los 1.567 MW. Pese a este descenso, se constata la dinámica positiva del modelo offshore, que en los últimos tres años superó los 1.000 MW instalados, cuando hace diez años no superaba los 100.
 
España corre el riesgo de dejar de ser un referente mundial del viento
Sólo cuatro países de la Unión Europea instalaron menos potencia eólica que España en el año 2014: Bulgaria, República Checa, Lituania y Estonia. Nuestro país es todavía el cuarto del mundo en generación de energía impulsada por el viento y el segundo de Europa, detrás de Alemania, pero avanza a paso extremadamente lento desde 2012, año en que el Ejecutivo español suspendió las primas a nuevas instalaciones de energías renovables, como es el caso de la eólica. Según datos del informe emitido por EWEA, en España solamente se instalaron durante el año pasado 27,5 megawatios (MW) de este tipo de energía, el menor crecimiento en 20 años, frente a los 1.736,4 del Reino Unido o los 5.279,2 de Alemania, que sigue imparable en su crecimiento de este tipo de energía y se destaca, ejercicio tras ejercicio, como el país que lidera Europa en eólica.
 
El año 2012 fue el último en el que en España se superaron los 1.000 MW instalados, dinámica que ya se venía registrando (1.050 en 2012, 1.516 en 2010 o 2.459 en 2009). El ejercicio anterior, en 2011, el ministerio de Industria, Energía y Turismo, con José Manuel Soria a la cabeza, como parte del recién aterrizado Ejecutivo de Mariano Rajoy, se marcó como objetivo disminuir el déficit público y consideró que la política energética no sería una excepción. En esa línea, el Gobierno aprobó, en enero del 2012, un real decreto ley por el que suspendía temporal e indefinidamente la concesión de primas a nuevas instalaciones de energías renovables, residuos y cogeneración. La medida fue duramente contestada por el sector de la energía eólica. La propia EWEA respondió, un año después, cuando ya se habían comprobado los efectos de la medida, que no se podía acusar a la energía eólica de la crisis en España y lamentó que una ley como ésa frenaría a los inversores a desembarcar en el país.
 
Lo cierto y evidente es que, el año siguiente, en 2013, se instalaron solamente 175,1 MW de energía eólica en España. La inversión cayó en picado y el descenso aún fue mayor en 2014.
 
España ha dejado de competir con Alemania. Además, el Reino Unido, que crece a muy buen ritmo y ocupa la tercera plaza en la clasificación de la energía eólica en Europa, amenaza con alcanzarle. Queda ya lejos el año 2000, cuando España era pionera en Europa en esta materia. Junto con Alemania y Dinamarca, representaba el 85% de la capacidad de energía eólica. En 2014, el porcentaje disminuyó hasta el 36,2% y, de los tres países, solamente Alemania sigue apostando de manera clara por el viento.
 
La Asociación Empresarial Eólica de España (AEE) sostiene que la regulación actual hace imposible que el país siga siendo competitivo en esta materia. En un comunicado emitido recientemente a raíz del último informe de EWEA, la AEE advierte de que nuestro país “corre el riesgo de perder el liderazgo si el resto de países apuestan por la energía eólica mientras España fomenta su parálisis”, como consecuencia de la “inseguridad jurídica”.
 
 
 
España ya no es atractiva para las eólicas
Nuestro país es cada vez menos atractivo para las empresas que se dedican a la instalación y la gestión de molinos de viento. La incertidumbre lastra las opciones de que España siga siendo un referente en la energía eólica en el mundo y el actual Ejecutivo, liderado por Mariano Rajoy, ya ha dejado claro en muchas ocasiones, por medio de varios de sus miembros, que no hay intención de volver a las ayudas públicas a las renovables durante la presente legislatura, que termina el próximo otoño. En ese sentido, el consejero delegado de la Asociación Europea de Energía Eólica (EWEA), Thomas Becker, aseguraba hace dos años que cuando el Gobierno da señales de que va a cambiar la legislación, el daño es inmenso para el sector. “Imagínese el efecto en la industria del automóvil o en las petroleras que un ministro salga diciendo que cree que el litro de gasolina tendría que estar a cuatro euros”, afirmaba Becker. Ése es precisamente el resumen de la incertidumbre que vive España y, por extensión, también la Unión Europea, donde países como Rumanía o Polonia también han frenado las ayudas y han provocado un parón sin precedentes de la instalación de nuevas plantas de energía eólica.

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