Marruecos 2015

Por Ramón Moreno Castilla
 
Pie de foto: Zona moderna de Rabat
 
Aparte de las buenas perspectivas económicas, como corresponden a un país pujante y en pleno desarrollo, el 2015, que ahora comienza, será para Marruecos el año de su despegue definitivo. Marruecos, como país emergente, se ha convertido en todo un referente mundial en materia de desarrollo sostenible; y el tren del progreso económico y social y de reformas institucionales y de todo tipo en el que está inmerso el pueblo marroquí, está impulsado por una potente locomotora diesel, sabiamente dirigida por el “maquinista” Mohamed VI; que transcurre imparable por las vías expeditas del continente africano, situando a Marruecos en un lugar destacado en el rankíng de países en pleno desarrollo, y convirtiendo a este país en todo un ejemplo a seguir no solo en el Magreb, sino en toda África.
 
Es evidente, pues, que el rey de Marruecos, el reformista Mohamed VI, es el verdadero artífice de ese gran cambio operado en su país. No solo ha consolidado a Marruecos como una moderna y participativa Monarquía Parlamentaria, sino que el pluralismo político preside la vida del país con un Gobierno de coalición entre el Partido Justicia y Desarrollo (PJD), al que pertenece el primer ministro, Abdelilá Benkirane, y la Reagrupación Nacional de Independientes (RNI), de Salaheddin Mezzouar, ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación. La acción del Jefe de Estado marroquí, Mohamed VI, se basa en dos ejes fundamentales: en clave interna, las políticas de reformas, y la economía, con grandes repercusiones sociales; y la Política Exterior, en clave africana, en su doble vertiente política y económica. Ya el viaje a Estados Unidos del monarca marroquí, invitado por el presidente Barack Obama, supuso un definitivo espaldarazo de la primera potencia mundial, de la que Marruecos es socio y aliado privilegiado en la zona, a la propuesta marroquí para el Sáhara Occidental consistente en una amplia autonomía para el territorio, bajo soberanía marroquí.
 
Ello supuso un duro varapalo para la diplomacia corrupta del Frente Polisario patrocinada por Argelia; ya que, no solo fracasó en su intento de que la MINURSO se encargara de los Derechos Humanos en el Sáhara, sino que Norteamérica dio luz verde al plan marroquí para la región, que considera “serio, realista y creíble”. Además, cada vez aumentan los países que dejan de reconocer a la fantasmagórica RASD, tal es el caso último de Haití y Panamá; lo que demuestra el éxito arrollador de la diplomacia marroquí, que juega un importante papel. Tal es así, que Marruecos está presente, como un imprescindible interlocutor válido, en todos los foros internacionales. En este sentido, en el Reino se sigue con gran preocupación el avance del terrorismo yihadista, y la creciente desestabilización en la zona; con la fraticida guerra civil en Libia, el conflicto de Siria, y el reciente veto de EE.UU, a poner fin a la colonización israelí en los territorios palestinos.
         
Pero lo más relevante del Marruecos actual, bajo la égida de Mohamed VI, es la cada vez mayor influencia política y económica de este país en África; que ofrece enormes oportunidades comerciales y de inversión para los actores económicos marroquíes, entre ellas un mercado de 660 millones de consumidores. La mayor parte de los acuerdos arancelarios y comerciales se han firmado con un conjunto de países que pertenecen a la región de África Occidental. Las inversiones marroquíes se dirigen mayoritariamente a los sectores con un alto valor añadido como telecomunicaciones, bancos o transportes. Según un documentado estudio del Instituto de Estudios Africanos de la Universidad Mohamed V de Rabat, África subsahariana representa la prolongación geográfica y cultural de Marruecos y, por consiguiente, debe serlo también política y económicamente. África, el continente más rico en materias primas del mundo es, además, el continente del futuro; y de los 54 Estados de la UA, 47 se encuentran en África subsahariana, y tienen gran importancia en la geopolítica mundial debido a su densidad demográfica y a sus recursos naturales, pero especialmente por el número de votos que pueden aportar a las negociaciones en las instituciones multilaterales. El conjunto de estos elementos juega a favor de la proximidad de Marruecos (¡¡y de Canarias!!) con sus vecinos más inmediatos del África subsahariana.
 
Marruecos se ha convertido ya en el verdadero “hub” de África; y la locomotora marroquí tira del continente africano (ver, “Marruecos, el Hong Kong de África”, Atalayar, 12 de diciembre de 2014). El año 2015 será el año decisivo para la renovación de Marruecos; no solo por los indicadores económicos (la economía marroquí creció en el último trimestre de 2014, un 2,9 %), sino en la implementación de importantes planes de desarrollo impulsados por el Monarca marroquí, tales como la Regionalización avanzada para las provincias del Sur, sobre todo; la buena gobernanza en todos los sectores y, fundamentalmente, en materia de infraestructuras. Así, aparte de las obras de ampliación del gran puerto de Tanger-Med, y de su puerto deportivo, cuya puesta en servicio está prevista para diciembre de 2015, merece especial mención el reinicio de las obras del megapuerto de Nador West Med; así como el inicio este mes de las obras de las estaciones de tren y ancho de vía para adaptarlas al TGV (el AVE marroquí). Marruecos, un país de entre 34 y 36 millones de habitantes es, además, un abanderado de los Derechos Humanos y de las políticas sociales de Mohamed VI, el “Rey de los pobres”, que ha propiciado la cohesión social mediante políticas solidarias y de desarrollo, así como de alfabetización y educación para los más desfavorecidos. Además, 240 mil estudiantes marroquíes se benefician de cobertura médica gratuita. El pasado martes, precisamente, Mohamed VI puso en marcha el proyecto urbanístico social en la Comuna rural Ech- Chellalate (prefectura de Mohammedia), para realojar a 2.274 familias residentes en los barrios de chabolas de los pueblos de La Brahma I y II. Asimismo, el Soberano marroquí ha puesto la primera piedra de la Universidad Mohamed VI de Ciencias de la Salud de Casablanca; lo que evidencia la preocupación del Rey, por la salud y el bienestar de su pueblo.
 
El “Marruecos Verde”, es todo un paradigma en la lucha contra el cambio climático. Según la clasificación climática para el 2015 que ha presentado la Asociación europea Acción Contra el Clima y la ONG alemana Germanwatch, en la reciente Cumbre Climática de Perú, Marruecos se situará entre los diez primeros países del mundo por su esfuerzo en la lucha contra el cambio climático. En este sentido, la pujante agricultura marroquí y la industria agroalimentaria no solo aporta un importante porcentaje al PIB nacional, sino que ha situado a Marruecos como todo un ejemplo de un país autosuficiente en materia de soberanía alimentaria, tal como establece la FAO. Por otra parte, no son menos relevantes las políticas medioambientales de la cementera marroquí Lafarge que utiliza las energías renovables como fuente de energía limpia. Así, la energía eólica (el Reino posee numerosos yacimientos eólicos en toda su geografía), abastece el 85 % de las necesidades eléctricas de sus tres plantas de cemento en Tetuán, Meknes y Bouskoura. Ello no es óbice, para que ministro de Energías, Minas y Medio Ambiente, Abdelkader Amara, haya declarado recientemente que las prospecciones de petróleo y gas en varias regiones del Reino son “alentadoras”. El titular de este departamento de la Administración marroquí, abogó el martes pasado en Bruselas a favor de una verdadera integración energética en el Mediterráneo capaz de garantizar la seguridad energética de los países de la Región y reforzar su estabilidad.
 
Marruecos se caracteriza por organizar en su territorio importantes Conferencias Internacionales en diversas materias. Ahí están, por ejemplo, la V Cumbre Global Empresarial celebrada en la ciudad de Marrakech los pasados 19 al 21 de noviembre, y que reunió en la “ciudad ocre” a 3.000 empresarios, inversores, emprendedores, ONGs, diplomáticos y dirigentes políticos, como el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, que fue recibido en audiencia por Mohamed VI en el Palacio Real de Fez. O el Foro Mundial sobre Derechos Humanos, celebrado en la misma ciudad los días 27 y 28 del pasado noviembre. En materia de cooperación exterior, Marruecos lleva la iniciativa de África. Toda esta actividad diplomática y político-empresarial, sabiamente impulsada y dirigida por la clarividencia de gran estadista del Rey Mohamed VI, tiene valores añadidos. Marruecos ha suscrito 30 Acuerdos de Cooperación con China, la gran potencia emergente, en el marco del Marruecos-China Económic Forum, organizado por la Confederación General de Empresas de Marruecos. En este ámbito se inscriben también los numerosos acuerdos de amistad y cooperación establecidos con numerosos países africanos, donde se ha puesto de manifiesto la vocación africanista del Monarca marroquí. En definitiva, Marruecos es un país pujante, con un esplendoroso futuro, gracias a la inconmensurable labor de gran estadista de su Rey Mohamed VI; y lejos de retrasar su desarrollo por la no integración de los países del Magreb, ha seguido adelante en sus planes para erigirse en toda una potencia en esta zona de África. Algo parecido, salvando las distancias, a lo ocurrido en la Península de Corea: mientras Corea del Norte está instalada en su régimen comunista y en una dictadura, su vecino Corea del Sur es un país consolidado, con una industria naval de primer orden, en cuyos astilleros se construyen los buques más grandes del mundo.
 
En este contexto geopolítico, ¿puede permitirse la Canarias del futuro, ser ajena al imparable desarrollo de nuestro vecino del Este? Ya la famosa “Iniciativa Clinton” para el África subsahariana, le asignaba a nuestro Archipiélago un relevante papel en las relaciones bilaterales de EE.UU con los países del África Subsahariana debido, sobre todo, a nuestras infraestructuras, PIB, renta per cápita, desarrollo e I+D+i. ¿Cuándo vamos los canarios a rentabilizar, en beneficio  propio, la envidiable “renta de situación” que nos proporciona nuestra inequívoca situación geográfica, a escasos 96 km. (59,65 millas marinas) del continente africano?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
                                                                         
 
 
 
 
                                                  

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