Marruecos vota
Jaime Gil-Robles @JaimeGilRobles. Consultor político/MarruecosNegocios
Queda poco tiempo para que nuestros vecinos del sur acudan a las urnas a elegir a las 395 parlamentarios que ocuparan sus escaños en el Parlamento rabatí: 305 de ellos se elegirán en las 92 circunscripciones locales, 60 de ellos, todas mujeres, se elegirán en una circunscripción única nacional, y finalmente 30 de ellos, todos ellos menores de 40 años, lo serán, también en una circunscripción única.
La legislatura anterior ha sido un ejercicio de conciliación de intereses, ya que el Jefe de gobierno del PJD, apoyándose en sus 105 diputados ha sido capaz de congregar a los socialistas del PPS, y otros partidos minoritarios en torno a un plan de desarrollo económico que ha dado sus frutos, porque a la vista está que como país ha crecido a buen ritmo, y prueba de ello es que se está convirtiendo en un actor económico en las industrias del motor, del textil y de la agricultura.
De hecho, en su programa el PJD apuesta claramente por la continuidad y seguirá en un tono institucional, que inspire la confianza del tejido empresarial, pero ahora que se acerca el 7 de octubre, el tono en lo político se ha endurecido y más de después de la polémica manifestación en Casablanca anti-PJD.
El Istiqlal que arrancó la legislatura siendo la gran alternativa ha ido diluyéndose poco a poco, con la pérdida de liderazgo político, con un jefe de filas que después de décadas de presidir la alcaldía de Fes, no ha sido capaz en las últimas elecciones locales mantener su feudo. Han apostado por la integración del colectivo salafista en un intento de robar voto religioso al PJD, pero existen muchas dudas que esto vaya evitar la debacle que se anuncia.
El RNI, seguirá apostando por mantener su número de escaños, de hecho, no aspira a más, y su experiencia gubernamental debería ayudarles a conectar con esa clase media empresarial que apuesta por el tono que imprimen a su discurso casi exclusivamente económico.
A la izquierda, veremos cómo afecta la aparición de un nuevo partido llamado FGD, que agrupa a su vez a otros tres colectivos, y que con caras nuevas y un buen dominio de las redes sociales, aspira igual que en Europa, a recoger el desencanto de jóvenes sobradamente preparados que malviven en trabajos mal pagados y que ven como el establishment les ignora. Este partido podrá captar el voto de USPF, que en plena crisis de liderazgo y de ideas, apuesta sólo por criticar al Gobierno y por mucha, pero que mucha demagogia electoral. Por último, veremos si el PPS es capaz de sacar réditos de su experiencia gubernamental y de hacer suyos parte de los éxitos sociales de un gobierno, que, bajo el impulso de la casa del rey, ha construido mucha vivienda social, hospitales y colegios; veremos si su electorado le hará pagar su alianza contra natura con los islamistas.
Queda la gran incógnita por resolver es si el PAM, gran vencedor de las elecciones locales y regionales de septiembre del año pasado, será capaz de arrebatarle la mayoría al PJD, y recibir así el encargo del Rey de formar Gobierno. Su líder, que es además el Presidente de la región del Norte, Tánger, Tetuán y Alhoceimas, tiene capacidad de sobra para ganar, pero queda la duda de si querrá o no ganar, ya que en cualquier caso será un partido clave por el que tendrán que pasar los temas claves a los que se enfrenta el país en los próximos años.
En dos semanas, y después de conocer los resultados electorales asistiremos al maravilloso ejercicio de negociación política, en un país acostumbrado a gobernar en coalición y sin líneas rojas.