Pasión en Marruecos

                                                                                                          Por Javier Fernández Arribas

Marruecos ofrece múltiples oportunidades para desarrollar todo tipo de pasiones. El desierto, las especias, sus gentes, las medinas representan algunas de las mejores sensaciones que provocan todo tipo de pasiones. Los cinco sentidos se excitan con los colores, los sabores, los paisajes, los olores, los sonidos propios de un país mágico en todos y cada uno de sus rincones que ahora, además, manifiesta una gran pasión por el fútbol. Y en concreto por el Fútbol español. Ciudades y pueblos marroquíes se paralizan cuando se juega un Madrid-Barca; hay peñas madridistas y azulgranas que disfrutan con deportividad los triunfos de cada uno de sus equipos. Incluso cuando la selección española ha conseguido ganar el Mundial o las Eurocopas, los marroquíes se han convertido en unos seguidores más del buen fútbol español. Hay jugadores marroquíes triunfando en equipos de primera división en España como el Málaga o el Granada. También hay argelinos rindiendo a buen nivel en equipos como el Valencia. El desarrollo del fútbol en el norte de África ha propiciado que estos días se celebre en Marruecos el Mundial de Clubes organizado por la FIFA. De Tokyo a Marrakech y a Rabat, aunque en la capital se quedaron sin ver al Real Madrid que es el gran favorito para ganar el torneo, con permiso de los mexicanos del Cruz Azul y en su caso de los argentinos del San Lorenzo. La presencia de las grandes estrellas del conjunto de Carlo Ancelotti ha revolucionado un país que lleva esperando este momento desde hace mucho tiempo y ha invertido mucho dinero, esfuerzo e ilusión para conseguirlo. No es una frivolidad dedicar este espacio a la pasión en Marruecos por el Fútbol español porque es una de las vías más directas y profundas para el entendimiento y la colaboración entre los dos pueblos. Los valores del deporte en general, del fútbol en particular representan una opción excelente de compartir experiencias para mejorar el diálogo y la convivencia. En las relaciones entre países, no todo son intereses políticos, económicos, comerciales o sociales, hay otras opciones más enraizadas en la población en general, como la cultura y el deporte, que tienen una gran influencia en las personas, en los pueblos que son, en realidad, los que cuentan a la hora de plantearse qué clase de relación queremos, podemos y deseamos con nuestros vecinos del sur.

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