Opinión

Puentes y viaductos fiables

Javier Fernández Arribas

La realidad suele superar a la ficción y cuando esto ocurre no damos crédito. Cuando vemos una película donde los viaductos se derrumban atrapando a numerosas personas, menos al protagonista, lo asumimos como algo normal del cine. Este martes en Génova, los muertos son reales y el derrumbe de un viaducto, también. Las responsabilidades y consecuencias son tremendas por las pérdidas de vidas humanas, los daños materiales y por la desconfianza que se ha creado en millones de personas que transitan a diario por este tipo de puentes y viaductos. Yo he pasado varias veces por el puente Morandi y siempre sientes un ligero escalofrío.

No puedes evitar que la imaginación se plantee qué pasaría si la obra de ingeniería, que supone para el ser humano lograr superar enormes desafíos, colapsa y tu vida terminaría de una manera espeluznante. Por suerte o porque así tiene que ser, normalmente no pasa nada y millones de personas pueden disfrutar y beneficiarse de unos puentes que le facilitan enormemente sus movimientos. Desde hace muchos años, estas impresionantes infraestructuras hacen la vida más fácil y cómoda a los habitantes más cercanos que, año a año, han ido incrementándose por la proliferación de este tipo de puentes y viaductos.

La tragedia de Génova nos obliga a plantearnos preguntas elementales. La cuestión más inmediata es porqué no se cortó la circulación si había alguna sospecha sobre la integridad de la obra. La empresa ha informado que estaba reforzando la estructura, lo que no se entiende es por qué el puente estaba abierto al tráfico. Otra exigencia clara es la necesidad de revisión de este tipo de puentes y viaductos allá donde se encuentren. Sobre todo, si la construcción tiene una edad parecida al colapsado puente Morandi que data de los años 60-70.

La empresa italiana responsable del mantenimiento ha sufrido una significativa y lógica caída en la Bolsa ocasionando una pérdida millonaria a sus accionistas. Es la consecuencia más inmediata que tendrá una larga lista de indemnizaciones y pago de seguros. Esa empresa, autostrade, es filial de Atlantis que, junto con ACS, se ha hecho con el control de la empresa española de autopistas Abertis. Habrá que insistir en la necesidad inmediata de revisión de todos los puentes y viaductos. Y que se dejen de recortes presupuestarios, que saquen el dinero de donde sea y los revisen inmediatamente para garantizar la seguridad de todos.