Opinión

Siria, banco de pruebas de Putin para introducir cambios en el orden mundial

Francisco Javier Blasco. Coronel en la Reserva

Tras la intervención rusa en Ucrania en 2014, Putin ha logado una serie de objetivos y ventajas, que han mejorado su prestigio personal interno y al mismo tiempo, está a punto de completar parte de sus objetivos para la mejora de su seguridad por dicho flanco.

Pero, su estrategia de dominio basada en: una amplia presencia militar en territorios hasta ahora vetados; la satisfacción de la dependencia europea de sus derivados del petróleo; la venta de sofisticado armamento en Oriente Medio y en truncar las aspiraciones del Estado Islámico hacia sus territorios de interés, le han hecho fijar su mirada y participación en el conflicto Sirio. Puede que se haya decidido a participar en dicho evento para satisfacer la mayor parte de los mencionados objetivos y, al mismo tiempo, recuperar e incluso mejorar, su prestigio internacional  que había quedado muy maltrecho tras su actuación en Ucrania. Pero, lo que cada vez queda más claro, es que realmente supone su manera de competir con su máximo oponente político, Obama.

Análisis  

Hace unos días publiqué un trabajo denominado LOS CONFLICTOS EN ORIENTE MEDIO Y SUS VASOS COMUNICANTES [1]en él trataba de descubrir los movimientos de Putin como un fenómeno de la política e incluso le otorgué el cariñoso título de “Zorro político” al entender que su posicionamiento en el conflicto no había sido casual, sino completamente estudiado y que sus movimientos internacionales se basaban, no solo en la posibilidad de sus aciertos, sino también en los desaciertos de la estrategia norteamericana para lidiar el conflicto y fundamentalmente en la inacción e incapacidad política y militar de la Unión Europea para reaccionar ante un conflicto que se bate a sus puertas y que le inyectó cientos de miles de refugiados en un corto espacio de tiempo dejándola totalmente KO e incapaz de reaccionar ante las menores incertidumbres, irrelevancias y discrepancias políticas y de seguridad.

Antecedentes

Recuerdo que en aquel trabajo llegué a la conclusión de que Putin buscaba ayudar a su amigo Al Assad al que le debe muchos favores, como el mantenimiento de su vieja base naval (Tartus) en el Mediterráneo, ser un enlace para su alianza con Irán (amigo de los dos) y otorgarle la posibilidad de mantener una vigilancia cercana sobre Israel. Pero dicha ayuda, no era un apoyo desinteresado entre “viejos camaradas”, le servía para poner sus botas en el terreno (de momento ha montado sólo dos bases aéreas) pero ya tiene más de 1.500 militares en el terreno – oficialmente solo para la defensa de sus instalaciones militares y algunos asesores aparte de los necesarios pilotos y personal auxiliar-  interviene – por haber sido requerido por el régimen oficialmente establecido en el país- contra todo aquel que le combata incluidos los llamados rebeldes moderados asistidos y apoyados por EEUU en su combate contra el Estado Islámico (EI) pero fundamentalmente contra Al Assad y lidera una coalición que ha aunado a lo más granado de la zona: Siria, Rusia, Irán, Iraq, Hezbollah y Hamas.

Lo más chocante o atrevido de su audacia es que el plan lo presentó en la reunión anual de la Asamblea General de la ONU a finales de septiembre y que, además, lo hizo como si fuera la única o al menos la más viable solución para el combate contra el EI en Siria; puso de manifiesto la incapacidad de la Estrategia de la Coalición liderada por EEUU y dejó entrever que su éxito puede paliar, si no, finalizar el problema del flujo de refugiados hacia la UE, con lo que los ojos, oídos y brazos de muchos dirigentes europeos se le abrían y se mostraban dispuestos a acogerlo y perdonarle con ello de los  ”pecados” contraídos por las acciones y anexiones ilegales en Ucrania. 

La actuación de Putin en Siria

Dicho y hecho, mostró sus cartas sobre la mesa del atril de la ONU y rápidamente puso a prueba la eficacia de la maquinaría militar rusa en un intento de comprobar si los cambios establecidos a partir de 2008 en su estrategia y procedimientos eran mucho mejores que los empleados durante el conflicto con Georgia. Al no contar con grandes capacidades de desplazamiento, dichos medios los había venido preposicionado paulatinamente y con suficiente tiempo.

A las pocas horas de su declaración en la ONU, los aviones rusos entraron en combate bombardeando posiciones que pronto descubrimos, en su mayoría,  no pertenecían al EI sino a los rebeldes moderados alineados y apoyados por EEUU que realmente combaten tanto al EI como, o prioritariamente, a las fuerzas regulares sirias fieles a Al Assad.

Al aparecer ante la Comunidad Internacional como una potencia en apoyo a un régimen legalmente establecido, a petición del mismo y en coalición con otros países, dichos ataques, son difícilmente cuestionables por ser contra todos aquellos que combaten contra dicho régimen.

Así, los primeros objetivos fueron cubiertos con creces y solo en una semana ha logrado: avisar al mundo de lo que iba a hacer; entrar en el conflicto en apoyo de un régimen a petición del mismo; desplegar la maquinaria militar que ha estimado conveniente con posibilidad de incrementarla, si fuera preciso o la evolución de la situación así lo aconseje;  realizar ataques sobre todos aquellos que se oponen o dificultan la acción y reacción de las fuerzas regulares del país en conflicto batiendo e pocos días hasta 112 objetivos; establecer una coalición férrea que le proporciona suficientes, aguerridas, bien entrenadas y mejor dotadas fuerzas sobre el terreno y reservándose para sí mismo el apoyo desde aire con eficaces medios aéreos (aviones y helicópteros), la coordinación de las operaciones y la administración y explotación de la inteligencia recopilada por cada uno de los integrantes de la coalición; introducir un nuevo elemento en la lucha contra el EI con el lanzamiento de 26 misiles de crucero SS-N-30 desde medios navales desde el Mar Caspio a más de 1.500 Km. de distancia que han alcanzado sus objetivos en vuelo rasante atravesando territorios de Irán e Iraq[2] y, por último, aunque no menos importante, crear dificultades y tensiones entre los integrantes de la coalición liderada por EEUU empezando por Irán[3], cosa que también podría ser imitada por Iraq, que ya está barajando solicitar a Rusia que intervenga en territorio iraquí[4]. Estos cambios en la situación y equilibrios de fuerzas y misiones podrían suponer a corto o medio plazo abandonos parciales de la coalición con EEUU e incluso, a más largo plazo, la desaparición de la misma.

Durante uno de los ataques aéreos uno/dos de sus aviones de combate invadió una pequeña porción del espacio aéreo turco por un breve periodo de tiempo. Situación esta que provocó determinadas y airadas reacciones tanto de Turquía como de la propia OTAN que, llegó a convocar una reunión de urgencia para tratar el asunto e incluso emitir un comunicado de protesta oficial, a lo que Rusia respondió con toda calma, sin nervios, achacando el problema a una consecuencia del mal tiempo reinante en dicho momento, lo que dificultó la observación del piloto; punto final.

En la Cumbre de ministros de Defensa (programada de antemano) realizada el pasado 9 de octubre la OTAN se adoptaron una serie medidas tales como duplicar hasta 40.000 militares sus fuerzas de reacción rápida, acelerara los tiempos de despliegue de lo que se conoce como su punta de lanza (reducirlo hasta 48 horas) y estar en disposición de desplegarla en cualquier país de la Alianza.[5] Estás medidas de reacción de la OTAN ante los despliegues reales rusos en Siria, no son más que una serie de actuaciones cosméticas que, por supuesto, ni asustan, ni impresionan a Putin; aunque si pueden constituir un paso más en el proceso de escalada de tensiones y de acciones y reacciones.

Este pequeño incidente ha puesto de manifiesto que Putin no quiere responder a las acusaciones verbales y denuncias de EEUU y de otros aliados sobre lo irreflexivo de que sus ataques se hayan dirigido, de momento, de forma prioritaria contra el denominado “Ejército Sirio Libre o Fuerzas Rebeldes Moderadas” (por cierto, algo similar a lo llevado a cabo por Turquía, que desde su incorporación a la Coalición en septiembre, ha dirigido la mayoría de sus acciones en batir posiciones de los Kurdos en territorio sirio; sin que nadie en la arena internacional, salvo Rusia, protestara por ello), y ante las referidas protestas de la OTAN ha soslayado la situación con una simple excusa, totalmente increíble hoy en día dadas las existentes ayudas a la navegación aérea.

Sin duda, esta postura y reacción rusas nos recuerdan a la estrategia empleada por ellos durante el conflicto de Ucrania; conocida como “control reflexivo” que es una parte de la denominada  Information warfare en la que las intervenciones militares se presentan: como resultado de peticiones de los que, estando legalmente establecidos en su territorio, sufren ataques externos y recurren a ellos (Rusia) para que les ayuden; que los objetivos perseguidos por Rusia son de muy poco calado y no tienen un interés propio; que sus actuaciones se basan en la legalidad internacional; que muestran a los demás las graves consecuencias que acarrearía su inacción; que la simple presencia de fuerzas rusas obliga a Rusia a convertirse en un actor o interlocutor importante en la solución del conflicto, aunque este no sea suyo directamente y, finalmente, porque viene acompañada de un gran despliegue mediático y de las redes sociales que aumenta su propaganda y prestigio interno y externo.

Ha habido muchas especulaciones y comentarios notorios sobre el error de Putin por incorporarse al conflicto de la forma en que lo ha hecho, pero tengo la sensación de que los que así lo manifiestan, no han reflexionado todo lo preciso y de forma crítica sobre las muchas razones que, sin duda, le hayan llevado a ello y sobre las posibles ventajas implícitas y explicitas que haya podido deducir.

Las razones para intervenir en el conflicto sirio

En primer lugar, Putin no ha parado de apoyar a Al Assad desde antes de los inicios de las revueltas internas en el país porque Siria ha sido y es un estado clientelar de largo plazo tanto, en su día para la Unión Soviética, como hoy para Rusia.  Además, se constituye en un fulcro valioso para entrar en Oriente Medio dado que  Rusia está claramente identificada con el apoyo al esfuerzo iraní de crear una zona chiita que se extiende desde Afganistán occidental al Líbano a través de Irán, Irak y Siria. Zona, que sea capaz de parar la expansión del yihadismo sunita que ya le amenaza en sus fronteras y ha alcanzado de lleno a alguno de sus países satélites.

Si el régimen en Siria cae, puede que ello fuera el origen de una de las siguientes opciones: que el país se convierta en un Estado gobernado por el EI; un Estado bajo la tutela de Turquía; un Estado autoritario liderado por los suníes o una democracia incipiente con respaldado y tutela occidental. Ninguna de dichas opciones le interesa a Rusia ni a Putin. Por ello su insistencia en salvar la posición de Al Assad a toda costa.

Putin quiere controlar el mercado de los productos derivados del petróleo en Europa, de ahí que tras los conflictos y tensiones en Ucrania, haya aumentado sus esfuerzos en establecer y manejar varios oleoductos y gaseoductos a través de territorio o aguas turcas para exportar sus productos y, al mismo tiempo, evitar que se establezcan otras líneas de suministro procedentes de la Península Arábiga, que también  atravesando Turquía, pudieran cortar toda aspiración de exclusividad y/o posibilidad de competencia.

La presencia de tropas y medios rusos en Siria constituye una garantía para la supervivencia de Al Assad. En el caso de que se agravara el conflicto, estas sin duda, se dedicarán a proporcionarle seguridad para evitar que al dictador le ocurra lo que a alguno de sus sátrapas vecinos (Gadafi y Saddam Hussein). Ello les garantiza su compromiso y lealtad total hacia el mismo Putin y a Rusia durante toda su vida. Por otro lado, EEUU se ha apresurado en buscar cuanto antes, medidas de coordinación de sobrevuelos y ataques aéreos para evitar intromisiones o interferencias entre “las dos coaliciones”, lo que sin duda, a la larga, le reportará a Rusia determinados beneficios en inteligencia por mucho que los norteamericanos no la quieran compartir con ellos.

La estrategia rusa parece clara: limpiar y desembarazar a la fuerzas leales de Al Assad de todo aquello que les impida ejercer su libertad de acción y/o suponga una amenaza más o menos consistente, que le obligue a distraer fuerzas y esfuerzos; para que una vez convenientemente ablandadas las posiciones del EI por medio de ataques aéreos y misiles de corto y medio alcance, unir todos los esfuerzos de la Coalición y principalmente con el empleo de fuerzas sirias por tierra, apoyadas por las mejores fuerzas de sus vecinos, proceder a la defenestración de los yihadistas con la finalidad de aniquilarlos o, al menos, expulsarlos de su territorio; dejando, inicialmente, la lucha contra el EI en Iraq en manos de los iraquíes y la coalición abanderada por EEUU, salvo que el desarrollo y evolución de los acontecimientos precipiten a otro tipo de situaciones o soluciones para dicho territorio.

Para ello, Putin no ha dudado en denunciar las trabas que se le ponen en la esfera internacional para ejecutar su plan, alegando que estas solo consiguen dilatar la resolución del conflicto y que el propio EI se pueda hacer más fuerte con la llegada de refuerzos y provisiones de forma alarmante; incluidos los intentos recientemente descubiertos de hacerse con armas nucleares[6].

Dejando al mismo tiempo abierta la posibilidad de que estas trasferencias de armas de destrucción masiva (ADM) posiblemente se agravarían como consecuencia de una eventual ruptura de la cooperación entre Rusia y Occidente. Ello, dificultaría conocer si los contrabandistas están encontrando las vías para recolocar parte del vasto depósito de materiales radiactivos soviéticos todavía fuera de un determinado control. Cosa esta que, aunque es cierta, realmente constituye otra amenaza encubierta más.

La posición de privilegio y el derecho a veto que Rusia tiene en el CSNU junto a China hace que, hasta la fecha, haya sido imposible que prosperaran efectivas resoluciones punitivas o que se autorizara el uso de la fuerza contra Al Assad y sus tropas leales incluso cuando se demostró el empleo de las armas químicas contra la población civil. Sin embargo, es muy posible que no duden en fomentar alguna medida o resolución que profundice o mejore la justificación internacional de su actuación en el territorio sirio y deje en un segundo plano el panorama político interno que deberá lidiar con los cambios precisos.

Y por último, piensa que los occidentales y principalmente EEUU están gastando miles de millones para tratar de mantener cierto control y seguridad en Oriente Medio con escasos o nulos resultados. Rusia y, en cierto modo China, pretenden intervenir en el área, crear una dependencia en el suministro de avanzado armamento y cubrir otros objetivos geoestratégicos y económicos de mucha relevancia para los respectivos intereses nacionales sin tener que invertir grandes sumas para lograrlo.

Con respecto a Europa

Putin también tiene determinados objetivos y cuantas pendientes sobre el viejo continente al que odia por diversos y variados motivos. Es consciente de que la enorme dependencia de la UE de sus derivados del petróleo es la que le permite financiar gran parte de sus políticas internas, que necesita un amplio y libre intercambio comercial con la Unión y que no se le pongan trabas a sus manejos internacionales. Elementos todos ellos que han quedado un tanto mermados e incluso aparcados tras su intervención en el conflicto de Ucrania.

Para paliar estas deficiencias, había realizado varios proyectos muy ambiciosos con China para exportar grandes cantidades de derivados del petróleo a través de largos y complicados sistemas de oleo y gaseoductos, que en su mayoría serían financiados por China. Las recientes complicaciones y recesiones económicas chinas, han podido dar al traste con muchos de sus macro proyectos por lo que, urgentemente, necesita restablecer sus relaciones comerciales con la UE y de hecho, ya ha empezado a cerrar determinados acuerdos bilaterales con Alemania para garantizarles el suministro de gas durante el próximo invierno, dándole con ello, una cierta puñalada a los compromisos contraídos con Ucrania.

Conoce a la perfección los problemas y las tensiones que ha sufrido la UE durante los últimos años como consecuencia de las duras y largas medidas de austeridad, el desempleo y la lenta recuperación de la crisis económica agravada a primera mitad del año 2015 por las negativas griegas a cumplir con lo especificado en los previos y actuales compromisos contraídos con los miembros de la Unión Monetaria y otros acreedores internacionales.  Aparte de determinados florecimientos de separatismos y nacionalismos en diversos miembros,  que están poniendo en peligro el futuro de la cohesión y fortaleza de la Unión. Aspectos estos, que sin duda debilitan a una UE a la hora de mostrar fortaleza en cualquier tipo de negociación exterior y en los que Rusia puede encontrar una oportunidad favorable o al menos, una no tan tajante oposición a la consecución de sus objetivos . 

No es de descartar la posibilidad de una directa o indirecta financiación rusa a determinados partidos políticos emergentes en varios países europeos y localizados en los extremos del espectro político; ambos cubren un amplio abanico de disconformidad con los gobiernos de turno y crean, según sea el caso, movimientos xenófobos, nacionalismos, separatismos, fascismos e inconformismos antisistema del todo desproporcionados. El saber mover adecuadamente a estos grupos en momentos de crisis puntuales e incluso crearlas si fuera preciso, mediante la exageración de problemas nimios, supone una herramienta muy valiosa para el establecimiento de quintas columnas que creen el desconcierto y minen o limiten las acciones y/o posibles decisiones de los gobiernos en particular o de la Unión en General. Solo hay que echar un vistazo al discurso conjunto de la Canciller alemana  A. Merkel y del Presidente fancés F. Hollande en el Parlamento Europeo con motivo de la visita al mismo de SM el Rey de España, D. Felipe VI el pasado día 7 de octubre.

Es ampliamente conocido que Europa se enfrenta ante una gran crisis de identidad y fijación de objetivos en una nueva definición de su Estrategia Europea de Seguridad (EES) y las derivadas: Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) y Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD). Desde la publicación de la EES en 2003 -revisada en 2008-, y la entrada en vigor del Tratado de Lisboa en 2009, el entorno de seguridad mundial ha cambiado tan profundamente que, ya son casi unánimes las voces que señalan la necesidad de que los socios europeos aborden un análisis conjunto sobre el modo de hacer frente a determinados riesgos y amenazas que en aquellas fechas no eran contemplados o no los quisimos considerar, pero, que por desgracia, hemos sufrido sin estar preparados para enfrentarnos a ellos.  Estamos por tanto, ante una necesidad perentoria de definir los parámetros en los que nos debemos y podemos mover en función de nuestra voluntad política, posibilidades económicas y capacidades militares que deberemos fijar tanto individual como colectivamente. Militarmente, y debido a los constantes y drásticos sucesivos recortes en los presupuestos de defensa de todos los miembros de la Unión, se puede afirmar, sin temor a un grave error, que no estamos en condiciones, aunque quisiéramos políticamente, de afrontar un problema serio sin tener que echar mano del manido “paraguas norteamericano en el marco de la OTAN”. Es un tema que nos hace muy débiles ante el mundo en general y ante Putin en particular.    

Problemática derivada de los refugiados fuera de área y los desplazados internos

Otra gran oportunidad con la que Putin cuenta para desestabilizar a Europa está en la posible vuelta a una crisis de refugiados hacia el continente. Durante semanas hemos sido testigos de la tensión, falta preparación, nula dirección y una total ausencia de cohesión europea en dicho tema. La UE ha estado bajo presión durante los últimos estertores del verano pasado y el tema, como viene siendo habitual, se ha tratado de cerrar, aunque totalmente en falso. Cualquier nueva y malintencionada oleada de refugiados hacia Europa, por mínima que sea, puede ser motivo de mayores tensiones, acusaciones y diferencias entre sus miembros.

Puede que  Putin se decida, llegado el momento, a sacarle provecho a la, ya mencionada y altamente probable, financiación proporcionada por Rusia a los partidos políticos de extremas izquierda y derecha en toda Europa para hacerles brotar sus sentimientos derivados de las crisis de refugiados. Casi todos estos partidos tienden a ser tremendamente nacionalistas y muchos de ellos son anti-inmigrantes (principalmente los de extrema derecha). Putin, puede por tanto, aumentar las protestas de muchos de estos grupos simplemente, provocando inundaciones de refugiados hacia Europa, especialmente musulmanes.

La mayoría de estos partidos ya están utilizando la crisis de los refugiados para suscitar una reacción populista contra las políticas de inmigración y el sistema económico de la UE. Aunque estos partidos no cuentan con suficientes votos para alcanzar el poder, pueden y de hecho ejercen, determinada presión sobre los principales partidos en los gobiernos para obligarles a adoptar algunos de sus preceptos y posiciones en las coaliciones o apoyos de gobierno en los que participan.

Entre los miles de refugiados que ya han alcanzado Europa hay, sin duda, bastantes radicales islamistas infiltrados. Muy probablemente, pueden llegar a utilizar determinados problemas humanitarios encontrados a su llegada a Europa para ayudarles a radicalizarse aún más y para continuar su yihad personal contra los infieles en Europa. La enajenación y frustración que muchos de los inmigrantes no yihadistas pueda sentir debido a una recepción cada vez más inhóspita, especialmente entre los hombres jóvenes, puede que les impulse aún más a caer en  los brazos de los islamistas. Esto aumentará la amenaza terrorista dentro de la propia Europa.

Algunos países europeos ya han cerrado sus fronteras, previamente abiertas, ante las avalanchas incontroladas de refugiados. Si varios millones más de refugiados aparecen de nuevo amenazando las costas europeas, la crisis será mucho peor. La resistencia política y pública a los inmigrantes y las actuaciones derivadas de paliar situación humanitaria de los refugiados contribuyen a que empeoren las relaciones internas y externas de la UE y los respectivos gobiernos afectados por la crisis

Hay que tener presente que unos dos tercios de los sirios afectados por las diferentes guerras en su país se encuentran desplazados internamente. Putin puede fácilmente influir y facilitar su migración masiva hacia los países vecinos de Siria. Turquía, Jordania y el Líbano están bajo gran presión por los grandes números de refugiados en su territorio; por lo que cualquier nueva oleada descontrolada de refugiados sería de nefastas consecuencias para ellos y provocaría nuevos éxodos masivos hacia[fb1]  Europa.

Por otro lado, no hay que dejar fuera del tintero, que existe una gran posibilidad de jugar con este elemento en beneficio de los intereses de Al Assad. Si se presiona fuertemente sobre los sirios sunníes desplazados internamente, se les obligará a huir voluntariamente del país, lo que automáticamente se traduciría en un descenso de la demografía del país que es contraria a los intereses del régimen y se trasformaría en un territorio más favorable a un gobernante alauita.

Este tema es francamente importante y por ello no se debe permitir que la Coalición rusa campe a sus anchas y realice todo tipo de presiones sobre aquellos que no son partidarios de las políticas dominantes. Hay que buscar un rápido entendimiento político y militar entre las diferentes facciones para evitar un vacío territorial dado que es muy difícil de recuperar una vez producido. Putin lo sabe y puede que sea por ello que la mayoría de los esfuerzos militares iniciales de su coalición hayan sido dirigidos en este sentido para así situarse en ventaja a la hora de sentarse a negociar y poder imponer a Al Assad como uno de los árbitros y garantes de la nueva situación. 

En resumen, no se descarta que “de nuevo” se vuelva a emplear a los refugiados para desestabilizar la UE.  Una  gran afluencia de refugiados hacia los países vecinos de Siria puede provocar que estos cierren sus fronteras o, por el contrario, faciliten o fuercen el movimiento de refugiados hacia terceros países (Europa). La inteligencia rusa puede manejar grupos de crimen organizado que aprovechen el flujo de refugiados para presionar al continente europeo. Si no se accede pronto a sus intenciones debemos ser conscientes de que reconduciendo los desplazados internos, que además, son indeseables para el régimen sirio hacia Europa se puede desestabilizar aún más la Unión.

Por último y en relación con este tema, puede que en un futuro próximo se deba empezar a plantear una posible solución de determinado retorno a Siria para paliar en algo los problemas derivados de la crisis de refugiados en países vecinos y en la propia Europa y se plantee recolocarlos en territorio sirio, aunque su ubicación inicial fuera temporal. Una de las opciones que seguramente se barajará consistirá en la creación de una serie de zonas seguras para ellos dentro de Siria bajo el control y seguridad del actual o distinto régimen. Probablemente, los rusos insistirán en que cualquier zona segura en Siria deberá estar bajo la autoridad del gobierno sirio. Cualquier intento de cambio de régimen corre el riesgo de graves encuentros y discrepancias entre la comunidad internacional y la coalición liderada por Rusia.

Conclusión

Los beneficios directos e indirectos de la intervención rusa en Siria son valorados de diferente forma según el punto de vista desde donde se aprecien. Para la coalición anti Occidente que lidera Rusia en Oriente Medio, los beneficios son muchos y poco lo que pueda perder. Putin ha mostrado el estado de tensión y eficacia de su músculo militar, así como las capacidades de su moderno armamento; ha demostrado que la estrategia empleada por EEUU era costosa y prácticamente inservible; ha minado la cohesión de dicha coalición en solo una semana; ha implicado nuevos y más eficaces elementos de combate en la lucha contra el EI;  tiene en sus manos el futuro de Al Assad; maneja las riendas de la evolución o contención de la situación de los refugiados a los que pueden emplear en beneficio de sus intereses; ha establecido una mayor presencia militar en Oriente Medio y en el Mediterráneo; está en disposición de manejar a su antojo los problemas derivados de esta situación en la política de la OTAN y de la Unión Europea y con todo ello; puede que ahora se encuentre en disposición de cambiar a su antojo en gran medida, del orden mundial.

Creo recordar, que acabé el artículo que mencionaba al principio diciendo que Putin era un fenómeno; pero ahora al terminar este sucinto análisis, debo decir que me equivoqué totalmente; es, mucho más que eso.

[1] https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/los-conflictos-en-oriente-medio-y-sus-vasos-comunicantes

[2]  El alcance conocido de estos misiles hasta ahora había sido de unos 300Km.  Se han empleado a una distancia de 1.500  y ahora se conoce que pueden llegar hasta 2.600Km. Pueden cambiar de rumbo en su trayectoria para evitar zonas habitadas.  http://internacional.elpais.com/internacional/2015/10/07/actualidad/1444221857_560186.html

[3]  El Líder supremo iraní Ali Khamenei, suspendió el pasado día 7 de octubre todo tipo de negociación con EEUU. Lo que puede suponer que Irán deje de participar en la coalición en la lucha contra el EI o lo haga con menos interés. http://www.reuters.com/article/2015/10/07/us-iran-us-talks-idUSKCN0S10P220151007

[4] http://www.elmundo.es/internacional/2015/10/07/56154ea8e2704e21528b4571.html

[5] El secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, aseguró que los 28 países de la Alianza Atlántica «están listos para enviar tropas a cualquiera de nuestros aliados, también a Turquía, cuando sea necesario».  http://www.abc.es/internacional/20151008/abci-otan-tropas-turquia-201510081610.html

[6] http://www.abc.es/internacional/20151007/abci-nuclear-estado-islamico-201510071641.html

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