Solución turca para los refugiados
Javier Fernández Arribas
La solución turca para los refugiados es la mejor solución posible en estos momentos, siempre que los negociadores de la Unión Europea y Turquía ajusten escrupulosamente a la legalidad y al derechos internacional los términos del principio de acuerdo. El caos inicial creado por la avalancha de refugiados por Europa siguiendo el efecto llamada de la canciller alemana Angela Merkel, con una solidaridad interesada por la necesidad de manos de obra que tiene la economía germana, ahora es difícil de solucionar. Hay que tener muy claros dos objetivos primordiales: ayudar a seres humanos que huyen de un infierno para que no sufran más penalidades y situaciones infrahumanas y normalizar la situación en su país, en este caso Siria e Irak, principalmente, para que puedan volver lo antes posible para reconstruir sus vidas. La falta de control en la entrada y tránsito de estos seres humanos ha provocado recelos y conductas xenófobas en los gobiernos de algunos países centroeuropeos que han colocado vallas en sus fronteras y el ascenso electoral en Alemania del partido Alternativa para Alemania cuyo principal mensaje es echar a los refugiados. La solución turca, en los términos adecuados, es la mejor posible en estos momentos.
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