Tánger, ganamos todos

Por Javier Fernández Arribas
 
El progreso y modernización del norte de Marruecos representa un elemento crucial de equilibrio y estabilidad para todo el país. Durante años, la región de Tánger-Tetuán decayó por la falta de atención e interés desde los círculos de poder del Reino por razones ya conocidas. El carácter internacional que tanto prestigio y bienestar le dio a la ciudad de Tánger se diluía con el paso de los años hasta que accedió al trono Mohamed VI, en 1999, tras la muerte de su padre, Hassan II. La voluntad del joven monarca alauí de contribuir a cambiar la situación del norte de Marruecos se fue demostrando con la ejecución de planes decisivos como la construcción del puerto Tánger-Med, la zona franca, la instalación de la fábrica de coches de Renault, energía y comunicaciones, y la reactivación económica gracias a las inversiones que han ido llegando desde el propio Marruecos y desde el exterior.  
 
El resurgir de Tánger ha recibido un nuevo impulso del Rey con la presentación del plan Tánger-Metrópolis que representa una inversión de 691 millones de euros con el objetivo de implantar un nuevo modelo de gestión y de organización del espacio urbano que afecta además a los ámbitos educativos, sociales, culturales y deportivos, desde una perspectiva de desarrollo sostenible con una línea medioambiental crucial en todo el programa. Carreteras, circunvalaciones, accesos a la ciudad, parkings, servicios, colegios, guarderías, centros de salud, descontaminación fluvial, parques públicos,  mercados, mezquitas, centros deportivos, teatro, Palacio de las Artes y recuperación y mantenimiento del patrimonio histórico, todo un completo programa que va a convertir a Tánger en una ciudad puntera en Marruecos, junto a Casablanca, y en los mejores niveles de apreciación internacional. 
 
El objetivo debe incluir, obligatoriamente, la mejoría de la vida de sus habitantes de acuerdo con el desarrollo de las infraestructuras de la ciudad. Una de las principales preocupaciones de millones de personas en todo el mundo, como es poder tener un trabajo digno en condiciones aceptables, es una realidad conseguida para la gran mayoría de los habitantes de Tánger. El aumento de la capacidad adquisitiva de los ciudadanos constituye un elemento esencial para consolidar el crecimiento y fortalecimiento de una clase media que se presenta como el mayor y mejor soporte del sistema democrático bajo la supervisión del Rey desde el aspecto político que le confiere, de una forma más reducida, la nueva Constitución tras las reformas emprendidas, y desde el aspecto religioso al ser el Comendador de los Creyentes. Es vital para la convivencia entre todos que los grupos extremistas y terroristas no dispongan de un caldo de cultivo en una población, más o menos joven, sumida en la pobreza sin horizontes cercanos de mejorar y en el analfabetismo y la incultura que debilite su personalidad y su capacidad de discernir y rechazar las viles promesas de los yihadistas. 
 
El crecimiento y desarrollo de una ciudad como Tánger no solo beneficia a su región, a su país, sino también a sus vecinos europeos, sobre todo a España.  El alcalde de Tánger advierte con orgullo de la ambición de su ciudad y llama a los españoles a compartir los beneficios, algo que ya hacen numerosas empresas españolas. Una colaboración con España y con la Unión Europea abre a través de las Autopistas del Mar un abanico de posibilidades excelentes de cooperación para el transporte de mercancías por vía marítima, utilizando gas natural licuado como combustible de los buques, con lo que se reducen los costes y se gana en respeto al medio ambiente, entre otros aspectos que incluyen a los puertos y a la distribución complementaria. 
 
Con el programa Tánger-Metrópolis, el rey Mohamed VI continúa su respaldo, de una manera efectiva y tangible, a su proceso político de regionalización que tiene en el norte de Marruecos uno de sus principales objetivos junto con la iniciativa de dotar de una amplia autonomía al Sáhara Occidental como solución al conflicto, bajo soberanía marroquí. La celebración del Moussem de Tan Tan, el festival de cultura y tradiciones saharauis, que reúne a más de treinta tribus de todo el Sáhara, es una demostración de armonía y convivencia pacífica y un punto de encuentro económico, social y cultural donde se solucionan problemas, se rememoran los encuentros de las caravanas nómadas con numerosos actos y demostraciones culturales. El mensaje político es evidente sobre la necesidad de alcanzar una solución entre todos. 
 

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