África exige al Ejército que abandone el poder en Burkina Faso

Por Lorenzo Medina
Foto:  El presidente de Ghana y de la CEDEAO, John Dramani Mahama.
 
Tres jefes de Estado de África del Oeste, el presidente de Ghana y presidente en ejercicio de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), John Dramani Mahama, y los mandatarios de Nigeria y Senegal, Goodluck Jonathan y Macky Sall, respectivamente, viajaron este miércoles a Ouagadougou, la capital de Burkina Faso, para reunirse con el nuevo hombre fuerte del país, el teniente coronel Isaac Zida. Este militar es el presidente que eligió la cúpula militar que derrocó la semana pasada a Blaise Compaoré, un exgolpista que llevaba 27 años en el poder y pretendía reformar la Constitución para seguir al mando del país. Una revuelta popular lo impidió y obligó a Compaoré y su familia a refugiarse en Costa de Marfil. Pero el nuevo poder no fue entregado a un civil, como querían la oposición y el movimiento cívico que derrocaron a Compaoré, sino al teniente coronel Zida, que desempeñó un papel muy importante con el depuesto presidente. El militar, que no tiene el apoyo de Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y los principales países africanos, aseguró que su objetivo es  la celebración de elecciones democráticas y la cesión del poder a los civiles. Un día antes de la celebración de la cumbre  de la CEDEAO sobre la situación en Burkina Faso, en Accra (la capital de Ghana), los tres jefes de Estado africanos presionaron a Zida para que ceda el poder cuanto antes a los civiles. Según diversas fuentes, Zida reiteró su voluntad de facilitar la transición hacia un poder civil y democrático. Los tres presidentes también se entrevistaron con otros representantes militares, civiles y religiosos, con los partidos políticos y líderes de la sociedad civil, y también con embajadores de diversos países, como Estados Unidos y Francia. 
 
Alternativa civil
Los emisarios de la troika defendieron ante sus interlocutores el mismo mensaje: el Ejército tiene que abandonar el poder rápidamente y no hay otra alternativa. La Unión Africana (UA) amenazó a Burkina Faso con sanciones si la transición no es asumida por una personalidad civil  en un periodo de 15 días. El nuevo poder en Ouagadougou se toma muy en serio este ultimátum de la UA, porque Burkina Faso es un país de 17 millones de habitantes muy pobre y uno de los más atrasados de África. Su economía no podría soportar mucho tiempo sanciones por parte de la UA o de otros actores políticos internacionales o que sus acreedores europeos y estadounidenses abandonaran la ayuda financiera al país. La UA considera que los militares actuaron de forma anticonstitucional en Burkina Faso para echar del poder a Blaise Compaoré. Isaac Zida se autoproclamó nuevo presidente una hora después de que el jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Honoré Nabere Traoré, hubiera asumido también para sí la dirección del país. Pero al contrario que con Traoré, el nombramiento de Zida sí fue respaldado por las Fuerzas Armadas en un comunicado, lo que evidenció la existencia de peleas internas en la institución militar. “El poder no nos interesa. Únicamente prima el interés superior de la nación, y el Ejército es una institución donde el honor, la dignidad y el espíritu de sacrificio constituyen sus virtudes sagradas”,  afirmó el presidente en funciones a través de un comunicado. El pueblo burkinabé  no se lo cree y la comunidad internacional tampoco.
 
 

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