Abdelfatá el-Sisi aprieta las clavijas económicas a los egipcios

Por Mohamed Sahli
Foto: El presidente egipcio, Abdelfatá el-Sisi, decreta el aumento del precio de los carburantes y el transporte.
 
El Gobierno del presidente de Egipto y exmariscal golpista, Abdelfatá el-Sisi, decidió el pasado 5 de julio aumentar el precio de los carburantes en un 50%.  En los últimos 25 años ningún gobierno egipcio se atrevió a tomar una medida de esta naturaleza. Aún así,  la gasolina, el gasoil y el gas seguirán estando subvencionados y vendidos al consumidor a un tercio del precio real. La decisión de aumentar el precio de los carburantes fue tomada por el propio presidente, que exige a su Gobierno que reduzca el déficit presupuestario del 15% al 10% del PIB. El Ejecutivo de El Cairo optó por los carburantes, porque, hoy por hoy, la subvención del pan y otros productos alimenticios es intocable. La subvención de estos productos es una válvula de escape para el poder políitco, porque evita que el descontento popular vaya a más y desemboque en protestas callejeras masivas. Para equilibrar las cuentas públicas, el Gobierno decidió también subir el precio del transporte entre un 20% y un 50%, lo que afectará directamente a las clases populares, y aumentar los impuestos sobre los ingresos superiores a 100.000 euros anuales. A partir de ahora estos contribuyentes tendrán que pagar a las arcas públicas el 25% de su renta. Otra de las medidas, que en este caso afectará a los ricos,  es la aplicación de un impuesto sobre las operaciones bursátiles. Los expertos  ponen en duda que las medidas adoptadas por el Gobierno de El-Sisi sirvan para reducir el déficit y reactivar la economía egipcia, y temen que incrementen el descontento popular y la inestabilidad política y social. La economía egipcia atraviesa desde hace varios años una profunda crisis. El turismo, que es la principal actividad económica del país, no consigue levantar cabeza; otros sectores productivos tampoco tiran del carro y el nivel de vida de los egipcios se ha deteriorado notablemente. De momento, ha subido el precio de la gasolina y la electricidad y los economistas auguran un aumento del 20% de los precios de los productos alimenticios en los próximos meses. 
 
“Estado de guerra”
Al presidente Abdelfatá el-Sisi no parece importarle lo que piensa la población de su país sobre las medidas económicas adoptadas por el Gobierno. El jefe del Estado aprovechó una comparecencia ante los medios para defender su política económica. “No queremos acabar como Grecia y ver que nuestras decisiones las dicta el extranjero”, dijo el presidente para justificar la subida de precios de productos y servicios.  El-Sisi, que en las pasadas elecciones presidenciales fue elegido por el 98% de los votantes que acudieron a las urnas, según el resultado oficial,  indicó que “nos encontramos en una confrontación económica en una región en estado de guerra”. La apuesta económica  de El-Sisi es arriesgada, porque aunque de momento no ha provocado descontento callejero, la popularidad del presidente podría sufrir un descenso en los próximos meses, cuando los egipcios perciban en sus bolsillos las consecuencias de la subida de precios.
 

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