Alfredo Langa: "La esclavitud ha marcado más a Sudán que la colonización"

Alba Camazón// @albarakatapun

Pie de foto: portada del libro 'Sudán y Sudán del Sur: génesis, guerra y división en dos estados'.

Desprendido de su tesis doctoral, Alfredo Langa publica su libro divulgativo, "reduccionista", en sus propias palabras, ‘Sudán y Sudán del Sur: génesis, guerra y división en dos estados’. Este economista vio cómo el presidente de Sudán, Omar al-Bachir, enviaba los tanques al Congreso de los Diputados y disolvía las Cortes. Cuando Hassan al-Turabi creó su propio partido político, Langa vivía frente a la sede del partido. "Llegué a verle en alguna ocasión", comenta. 

Trabajó durante esos años como delegado de proyectos de Cruz Roja en la capital, Jartum, en Darfur, conocido por las masacres que se produjeron a principios de siglo, y Dongola, situado al norte de Sudán. 

En la actualidad, es investigador en el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH) y profesor asociado de la Universidad Alice Salomon de Berlín en el máster International Conflict Management.

¿Qué caracteriza a un conflicto como es el de Sudán y Sudán del Sur?

La complejidad. El problema que tenemos los occidentales es que para los conflictos del centro de Europa utilizamos una perspectiva de complejidad, y cuando se trata de otros lugares como África, aplicamos la simplificación. Sin embargo, hay una situación de violencia directa cuando están en juego los recursos económicos. Y en el medio están las relaciones de poder. 

Los conflictos sudaneses se han resuelto en muchas ocasiones con violencia porque siempre ha habido una parte dominante y otra dominada. La parte dominante ha sido más brutal cuando ha tenido interés en la parte dominada. 

Pie de foto: el autor de 'Sudán y Sudán del Sur: génesis, guerra y división en dos estados', Alfredo Langa. Alfredo Langa.

¿Cómo eran las relaciones entre estas poblaciones en la era precolonial?

Antes del colonialismo, los pueblos arabizados del norte comerciaban con otros agentes económicos con esclavos del sur. Los esclavos han sido un recurso económico. En África, la esclavitud fue posible porque algunos pueblos africanos participaron de ello, no vamos a hacer victimismo. De hecho, La esclavitud ha marcado más a Sudán que la colonización. Esta dinámica continuó durante la invasión del Imperio Otomano

¿Cómo afectó el colonialismo británico a Sudán?

Cuando los británicos llegaron, establecieron un sistema dual colonial de condominio con los egipcios, aunque de facto controlaban los británicos. En el sur aplicaron la administración nativa y en el norte establecieron su colonia propiamente dicha, sirviéndose de un grupo dominante arabizado y con las cofradías. En Sudán hay dos grandes cofradías: la Jatmiyya, que tiene más presencia en las zonas urbanas, y la Mahdiyya, con mayor poder, generalmente, en las zonas rurales. 

Mientras tanto, el norte había sido islamizado, así que los británicos dividieron el sur en zonas de influencia para confesiones religiosas cristianas y sus misioneros. Por eso se habla de que el sur es cristiano, aunque en realidad sigue habiendo mucho animismo.

¿Cómo se produjo la independencia de Sudán?

En la década de 1950, Reino Unido va dando más poder a las élites del norte, que van ‘repartiéndose el pastel’, a la espera de la independencia de Sudán. Los hijos de los líderes del norte han estudiado en universidades británicas y vuelven formados, mientras que los del sur eran educados ‘a la occidental’ por los misioneros. Además, los británicos alimentan al Ejército con población del sur, lo que provoca motines y la expulsión de estos sursudaneses del Ejército.

Cuando Sudán se independiza (1956) y se crea un estado-nación, las dos cofradías (Jatmiyya y Mahdiyya) mantienen el control a través de partidos políticos. La Mahdiyya establece el Umma Party y la Jatmiyya se dispersa en varios partidos conocidos como partidos unionistas, puesto que quieren unir Egipto y Sudán. Se necesita un concepto identitario sobre el que basar el estado-nación. Así que uno es sudanés si es árabe, musulmán y si está relacionado con la espiritualidad sufí. Este concepto va evolucionando, como en cualquier estado nación.

Mientras tanto, se van formando los primeros grupos guerrilleros de resistencia en el sur, los anyanya, principalmente. 

¿Y cómo se va desarrollando Sudán?

En 1969 se produce un golpe de estado y entra en acción Numeiri, que se mantendrá en la presidencia hasta 1985. Este hombre en un principio tiene ideas comunistas, pero con los años se acaba convirtiendo en un burócrata líder del Régimen de Partido Único islamizado y amparado por Estados Unidos. Numeiri inicia un proceso de paz con el sur en 1969 y en 1972 se firma la Paz de Addis Abeba. Numeiri otorga cierta autonomía al sur, que no termina de funcionar, y aumentan los problemas entre las poblaciones del sur por las relaciones de poder. 

Pie de foto: el presidente de Sudán entre 1969 y 1985, Gafaar Numeiri.

Los países del Golfo Pérsico quieren convertir a Sudán en el granero de Oriente Medio por la riqueza de sus tierras, bañadas por el Nilo. Sin embargo, Numeiri se endeuda intentando organizar esta gran reforma agrícola, que entre otras cosas, había expulsado a los pueblos del norte arabizados hacia el sur, donde había mucha población dinka. A finales de los 70 comienzan las prospecciones de petróleo en lo que hoy es la frontera entre Sudán y Sudán del Sur, lo que facilita la descomposición de la paz de Addis Abeba.

A todo esto se suma un pensador islamista que marca la historia reciente de Sudán, Hassan al-Turabi, que se convierte en un consejero de primera categoría para Numeiri durante la década de los ochenta. En 1983 lanzan las ‘Leyes (islamistas wahhabistas) de Septiembre’. Son unas normas que no gustan en el norte, que es más espiritual, sufí, pero es lo que reactiva el conflicto con el sur, porque no es mayoritariamente musulmán.

En 1985 las cofradías Jatmiyya y Mahdiyya dan un golpe de estado y establecen una democracia controlada basada en un sistema turnista hasta 1989, cuando los militares islamistas (de la mano de Omar al-Bashir, que se constituyó entonces como presidente de Sudán) dan otro golpe de estado y se establecen en el poder, con al-Turabi como su principal pensador.

Pie de foto: el pensador islamista Hassan al-Turabi. The Independent.

Entonces se transforma el concepto de identidad sudanesa. No vale con ser musulmán, sino que hay que ser islamista según su interpretación. Se modifica incluso el concepto de ciudadano o el de hombre. El norte se convierte en la sede de todos los islamismos radicales, no importa si son sunníes o chiíes. El propio Bin Laden estuvo viviendo en Jartum. Al-Turabi es el responsable de crear una Conferencia Islámica. 

Sin embargo, los islamistas tampoco consiguieron aplacar los ánimos. Se redujo la deuda a través del gasto público, así que continuó el descontento. El entonces presidente de Libia, Anuar al-Gadafi, influye también en este conflicto. Él pretendía anexionar el norte de Sudán a Libia, así que arma a los grupos militares del sur para que se independice y así, poder presionar al norte. 

Curiosamente se huye de ciertas categorías en África. ¿Por qué no podemos decir ‘paramilitares’? Es gente armada que no pertenece al ejército militar. La misma lógica de poder que se ve en otros sitios se ve en África. 

¿Qué sucede en los años noventa?

Hay más represión en aquellos sitios donde hay petróleo. A finales de los 90 hay unas sanciones económicas enormes por el apoyo a los islamistas, porque como ha acabado el comunismo, el islamismo deja de tener el apoyo de potencias occidentales como Estados Unidos. Al-Bashir se desvincula del islamismo radical y llega a expulsar a Bin Laden.

Al-Turabi y al-Bachir acaban teniendo problemas entre ellos por luchas de poder. Al-Bachir da un autogolpe de estado y los militares entraron en el Congreso y retuvieron a al-Turabi durante un tiempo. No podía matarlo por su gran influencia en gran parte de la población, así que fue liberado y montó su propio partido político.

Se dan cuenta de que necesita atraer maquinaria extractora de petróleo, aunque ya había empresas canadienses y malayas. Entra entonces China. Que es fundamental porque saca petróleo y proporciona armas al poder, financia proyectos y carreteras.

Pie de foto: el actual presidente de Sudán, Omar al-Bachir.

¿Afectaron los ataques del 11-S al gobierno de al-Bachir?

Claro, es cuando pierde definitivamente el apoyo de Estados Unidos. A partir de entonces, este y otros estados como Uganda financian al sur a su principal grupo armado, el SPLM/A, liderado por John Garang. Así, el sur se va empoderando. En 2005 se firma la paz en el Comprehensive Peace Agreement (CPA). Sin embargo, John Garang, que está a favot de la autonomía y no quiere la división de Sudán, muere ‘casualmente’ en un accidente aéreo. Su sucesor, Salva Kiir, es el actual presidente de Sudán del Sur, estaba a favor de la independencia.

Otro actor importante es Riek Machar, ex vicepresidente de Sudán del Sur y actual líder guerrillero. Es, en definitiva, el principal enemigo del presidente Kiir. Lo que quieren Salva Kiir y Riek Machar es controlar las zonas con petróleo a través de paramilitares o del propio hambre. Donde no hay petróleo no tienes tanto conflicto. 

Pie de foto: el líder del grupo armado sursudanés SPLM/A, John Garang.

Desde los medios de comunicación se da una explicación étnica, pero hay que entender que prevalecen los intereses económicos y se les da ‘un rollo étnico’. Los Nuer, que son uno de los pueblos más atacados, viven encima de los territorios con petróleo.

¿Cuál es el papel del hambre en este conflicto?

Es una forma barata de matar. Las hambrunas de los años 80 y 90 no son causalidad. Sudán sigue de alguna forma inmiscuido en el sur, que tiene el segundo gobierno más corrupto del mundo según Transparencia Internacional. Sudán del Sur ha nacido con una crisis humanitaria y seguirá durante muchos años. Tenemos una crisis humanitaria permanente.

Pie de foto: el presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir.

¿Cómo ha analizado en su libro las matanzas de Darfur?

Desde un punto de vista político. El poder siempre buscar una forma de confrontación. La violencia directa siempre necesita una justificación moral. En este caso es una justificación política viendo que el sur ‘se iba’ por la presión internacional. No utilizan al ejército regular, si no que utilizan a las milicias, a los yanyaui, claramente armadas por el gobierno. 

Yo estuve allí antes de las matanzas, y no me olía nada de lo que iba a pasar después. Ni siquiera en Cruz Roja, o en el CICR o Naciones Unidas. No se hablaba de ello en las reuniones. Se hablaba de los yanyaui como unos bandidos. Lo que pasa es que posteriormente se les utilizó para agredir a la población. Los yanyaui tenían una rama militar estructurada. Utilizaban galones, tenían una jerarquía, como las SS nazis o la Falange Española. 

¿Cuál es el papel del Tribunal Penal Internacional (TPI) y sus citaciones a Al Bashir?

EL TPI ha sido un factor interesante. El problema surge cuando las reglas son solo para unos y no para otros. Es un instrumento que pierde legitimidad porque solo se aplica a unos cuando interesa. 

¿Cómo son las relaciones entre Sudán y Sudán del Sur ahora?

Sudán sigue utilizando el petróleo para presionar al sur, porque hay que extraer el petróleo. Sudán del Sur tuvo una propuesta muy interesante de crear un oleoducto desde Sudán del Sur hasta Mombasa (Kenia). El proyecto no se pudo llevar a cabo por el conflicto que hay en el sur. ¿A quién le interesa eso? Si Riek Machar ha sido durante los 80 y 90 financiado por el norte, ¿ahora lo está haciendo también? Yo creo que sí. ¿Que solo el norte es malo? Pues no. 

El problema de un conflicto como este es que la situación es tan compleja que te falta un elemento y ya no entiendes por qué pasan las cosas.

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