Antiguos ministros de la RASD plantean una alternativa de cambio a la cúpula del Polisario

Paco Soto

Pie de foto: Campamento de refugiados saharauis en Tinduf, en el Sáhara argelino.

La disidencia en el seno del Frente Polisario, movimiento apoyado por Argelia que lleva más de 40 años combatiendo a favor de la independencia del Sáhara Occidental bajo administración –ocupación, según los independentistas- de Marruecos, es un fenómeno en alza. La imagen de un Frente Polisario unido que representa a toda la población saharaui de la antigua colonia española que difunden algunos medios y ONGs en España es falsa. Ni todos los saharauis son independentistas ni todos los independentistas comparten la estrategia política de la actual cúpula del Polisario y de su máximo líder y presidente de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Ghali. Tanto es así que en los últimos años han surgido grupos disidentes en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Sáhara argelino), el Sáhara Occidental y España. “La idea de un movimiento monolítico corresponde a otra época, la de la ‘guerra fría’; es una idea antidemocrática que han comprado muchos españoles que necesitan creer en mitos y se nutren de falsedades”, comenta para Atalayar un exdirigente del Polisario.

“Es curioso que muchos españoles que en el conflicto de Cataluña culpan con razón a los nacionalistas de no tener en cuenta la pluralidad de la sociedad catalana, al referirse al Sáhara Occidental, niegan la pluralidad ideológica y política de los saharauis y creen fielmente en la existencia de un pueblo homogéneo representado por un partido único, el Polisario, como en las dictaduras”, recalca el exdirigente independentista saharaui. Sin embargo, los saharauis de la antigua colonia española son tan plurales como los catalanes, los andaluces o los portugueses, por mucho que en España algunos ‘amigos de la causa independentista’ se empeñen en querer demostrar lo contrario y tachen a los defensores de esta tesis de “agentes provocadores al servicio de Marruecos”. Dicho esto, según informaron algunos medios, 15 meses después de la designación como líder del Polisario y la RASD de Brahim Ghali, varios oponentes a su política han puesto en marcha un proyecto alternativo denominado Iniciativa Saharaui por el Cambio (ISC). Los promotores de la ISC viven en los campamentos de Tinduf y algunos han ocupado altos puestos de responsabilidad en las estructuras de la RASD. Dos exministros de la entidad independentista apoyada por Argelia, El Hadj Ahmed Barakallah y Ouallad Moussa, primo de M´Hamed Khadad, coordinador del Polisario con la MINURSO para la celebración de un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental, se han unido a esta iniciativa crítica. De momento, la ISC también cuenta con el apoyo de un diplomático de la RASD, Hdiah Abouiha.

Pie de foto: Brahim Ghali, líder del Frente Polisario y presidente de la RASD.

Un peso político

El Hadj Ahmed Barakallah es el dirigente con mayor peso político en el grupo de los disidentes. Durante años, ocupó funciones de ministro encargado de las relaciones con Hispanoamérica, y en países como Perú tejió una red cívica, política y mediática de apoyo al Polisario. El anterior líder del Polisario y la RASD, el difunto Mohamed Abdelaziz, lo excluyó de la lista para el secretario general del movimiento independentista en el 14º congreso que celebró el Polisario en diciembre de 2015, en los campamentos de Tinduf. Los promotores de esta iniciativa no plantean una ruptura con las tesis independentistas clásicas y reivindican el derecho de autodeterminación para el Sáhara Occidental. Pero piden mayor transparencia en la gestión de los asuntos públicos en Tinduf y una lucha eficaz contra la corrupción, que corroe la vida política, institucional y socioeconómica de la RASD. “Es pedir mucho a una dirección anquilosada que lleva décadas viviendo del cuento y a costa del sufrimiento de los saharauis; una dirección que obedece ciegamente las directrices de Argelia en el conflicto”, señala el politólogo y experto en cuestiones africanas de origen argentino Luis Cabo Díez.

Grupos disidentes

En mayo de 2016, surgió un grupo crítico con la cúpula del Polisario, el Movimiento Nacional de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro. Este movimiento disidente comparte muchas de las ideas de la organización Khat Achahid (La Vía del Mártir) fundada por el independentista Salek Mohamed Ayad. La Vía del Mártir nació en julio de 2004 en Tinduf. Este grupo no rechaza la solución autonómica para el Sáhara Occidental defendida por Marruecos, pero no renuncia a la independencia. El Movimiento Nacional de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro afirma que el Polisario no representa a los saharauis de la antigua colonia española y acusa a la dirección de este movimiento de corrupta y de desviar la ayuda humanitaria que reciben los refugiados de Tinduf, y de practicar la tortura y haber cometido crímenes contra la humanidad con el apoyo de las autoridades argelinas. Este grupo apuesta por una solución política negociada al conflicto en el marco de la ONU.

Anteriormente a esta iniciativa, se crearon otros grupos críticos como el Movimiento del 5 de Marzo (M5M), que denuncia la corrupción y la falta de libertad en los campamentos de Tinduf, pero sin haber renunciado a la independencia del Sáhara Occidental, y el Movimiento de Jóvenes por el Cambio (MJPC), que defiende la marroquinidad del territorio. Según los independentistas más radicalizados y sus apoyos en España y otros países, el MJPC y otras iniciativas son creaciones de los servicios secretos marroquíes y no obedecen a ninguna disidencia interna. Fuentes del Polisario en la Comunidad Valenciana consultadas por Atalayar afirmaron tajantemente: “No existen disidencias, como dicen los medios marroquíes, sino debate en el seno del Frente y la propia sociedad saharaui. Detrás de los supuestos disidentes hay que ver la mano negra del majzén marroquí y de sus poderosos aparatos de seguridad e inteligencia”.

Pie de foto: Brahim Ghali (a la derecha) saluda a un dirigente del Polisario en el último congreso del movimiento.

Regionalización marroquí

En otro orden de cosas, el Rey de Marruecos, Mohamed VI, puso de manifiesto esta semana su voluntad de impulsar el proceso de “regionalización avanzada” en su país. Es un ambicioso proyecto que pretende dar amplios poderes a las distintas regiones que conforman el Reino de Marruecos teniendo en cuenta sus particularidades sociales, económicas, culturales y lingüísticas. El Rey considera que la descentralización de Marruecos sería un paso importante que ayudaría a resolver el conflicto del Sáhara Occidental e integrar mejor su población en el Reino Alauita. Además, la “regionalización avanzada” podría conseguir un objetivo parecido en otros territorios como el Rif. Consciente de esta realidad, con motivo del Segundo Foro Parlamentario de las Regiones que se celebra estos días en Rabat, el Rey defendió la tesis de que Marruecos tiene que acelerar el proceso de descentralización y pasar a una “velocidad superior”.

“Esta obra colosal exige la implicación de una diversidad de actores y el compromiso de las fuerzas vivas y de todo el cuerpo social”, dijo el monarca en un mensaje que fue leído por el consejero real Abdellatif Mennouni. El diálogo, la cooperación, la concertación y la convergencia son algunos de los conceptos que defendió Mohamed VI en el mensaje. La “regionalización avanzada”, según el jefe del Estado, debería servir para la descentralización del poder político, pero también para una mejor explotación y reparto de la riqueza y un incremento del bienestar social. “Hay que llevar a cabo un trabajo de pedagogía y de comunicación de cara a los electores y la opinión pública” para alcanzar el reto de la “regionalización avanzada”, destacó Mohamed VI.

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