Argelia: cinco generales acusados de corrupción ante un tribunal militar

Pedro Canales

La purga en curso efectuada en la cúpula militar y de los servicios de seguridad argelinos, ha dado un viraje espectacular con la apertura de una en cuesta criminal por corrupción por el Tribunal de la Primera Región Militar del país con sede en Blida, contra cinco generales mayores, que han sido puestos en prisión preventiva. 

Los altos mandos castrenses encausados habían sido destituidos de sus respectivos puestos de mando militar en las últimas semanas, junto con otros muchos mandos. Se trata del general Menad Nouba, ex Comandante de la Gendarmería Nacional; del general Habib Chentouf, ex comandante de la primera Región militar; del general Said Bey, ex comandante de la segunda Región militar; del general Abderrazak Cherif, ex comandante de la cuarta Región militar; y del general Boudjemaa Boudouaour, ex director de finanzas en el ministerio de la Defensa. 

La noticia ha creado una ola de estupor tanto en Argelia como en los países tradicionalmente aliados y socios de Argel. No tanto por la gravedad de las acusaciones, sino por la personalidad y las funciones que han ejercido los acusados. Desgraciadamente, la corrupción, las comisiones sobre adquisición por parte argelina de productos en el extranjero, ya sean de consumo, de bienes de equipo o de aviones de guerra, se había erigido en los últimos veinte años, como una regla incuestionable del funcionamiento de la economía del país. El grado de corrupción alcanzado por la cúpula militar y política del país, era un secreto de Polichinela. 

El asombro, sin embargo, que ha provocado la detención de estos cinco generales, se debe a las funciones militares que han ejercido hasta hace poco tiempo. En Argel, la opinión pública y los partidos políticos de la oposición se preguntan quién ha decidido esta operación de “limpieza”, y con qué objetivo. Sofiane Djilali, presidente del partido opositor Jil Jadid y exponente del movimiento cívico Mouwatana, afirma que “el predidente Buteflika no está en condiciones de decidir semejante operación”, cuyo alcance tiene que ver con “el fin de la era Buteflika” y las Elecciones presidenciales de la primavera próxima. Hamid Ferhi, coordinador del Movimiento Democrático y Social (MDS), señala que “es como si el Ejercito hubiera caído en manos de la mafia”, lo que significa para Ferhi que es “Buteflika quien ha nombrado esta gente con vinculaciones con la mafia”. 

Los llamados “partidos de la Alianza Presidencial”, el Frente de Liberación Nacional (FLN) y el Reagrupamiento Nacional Democrático (RND), habían declarado que las destituciones y jubilaciones, alguna de ellas anticipadas, de los principales jefes de la institución militar de Argelia, eran normales y entraban “en el marco de los cambios y promociones”. Ahora, sin embargo, permanecen en silencio ante la detención de una buena parte de la ex cúpula castrense, hasta ahora considerados como intocables.

Quien lleva las riendas de esta delicada operación de limpieza y rejuvenecimiento de la única institución sagrada para los argelinos que ha sido el Ejército y su corolario en las fuerzas de seguridad, es el general Gaid Salah, jefe del Estado Mayor y vice ministro de la Defensa, de quien dependen en última instancia las promociones y destituciones de los mandos militares. Tan sólo un puñado de generales, que se les considera afines al jefe del estado Mayor se han salvado de la purga: el general Athman Tartag, que dirige la Dirección de Servicios Especiales; el general Benali Benali, comandante de la Guardia Republicana; el general Ammar Athamnia, comandante de la quinta Región Militar; el general Mohamed LarbiHaouli, comandante de las Fuerzas Navales; el general Said Chengriha, nuevo comandante de las Fuerzas Terrestres; y el general Belmiloud Othman, nuevo jefe de los servicios secretos militares, responsables de la “operación de limpieza” en curso. 

Esta operación coincide curiosamente con la declaración hecha desde el Quai d’Orsay (Ministerio francés de Relaciones Exteriores) a un grupo de periodistas argelinos convocados expresamente por los servicios de su titular de Jean-Ives le Drian, para trasmitirles que Francia “no apoyará ni mandato, ni candidato”. En otras palabras, París, que sigue muy de cerca la evolución política e institucional de Argelia, país con el que mantiene una estrecha colaboración estratégica, no es partidario del llamado “quinto mandato”, que una serie de partidos y de personalidades argelinas proponen para perennizar a Abdelaziz Buteflika en el sillón presidencial; ni tampoco apoyan un candidato alternativo. En suma, Francia se coloca en compás de espera, y deja en manos de los argelinos decidir quién sucederá a Abdelaziz Buteflika en la Jefatura del Estado. 

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