Argelia quiere aplicar el modelo económico español en su agricultura

Paco Soto

Pie de foto: Vista panorámica de los invernaderos de El Ejido, en la provincia de Almería

Argelia, un país con gran potencial de crecimiento y rico en hidrocarburos, quiere aplicar en su agricultura el modelo de desarrollo económico español que se lleva a cabo en la provincia de Almería, donde los cultivos bajo invernadero han experimentado un auge extraordinario en las últimas décadas. Este tipo de producción ha convertido a una de las provincias más pobres y atrasadas de Andalucía y España hace tan sólo 40 años en una región próspera, productiva y competitiva que exporta a muchos países europeos y atrae a decenas de miles de inmigrantes de África, Europa del Este y Sudamérica. Hace unos días, una delegación argelina viajó a la provincia de Almería para conocer de cerca la exitosa experiencia agrícola vivida por la zona más al este de Andalucía. Según informó el Círculo de Comercio e Industria Argelino-Español (CCIAE), que se estableció en Argel en 2013, después de haberlo hecho en Orán y Alicante, un estudio llevado a cabo por expertos españoles y argelinos de la citada entidad y de la Fundación Cajamar defiende la aplicación del modelo agrario almeriense para el país norteafricano. Bouabdallah Jamal Eddine, miembro de CCIAE, explicó a la agencia argelina APS que el modelo podría aplicarse en función de las particularidades de cada región argelina.

Compuesta por unos 50 operadores económicos de varios lugares de Argelia y representantes de cámaras agrícolas e industriales especializadas en el sector agroalimentario, la delegación argelina se reunió con responsables de CCIAE, la Fundación Cajamar, que se dedica a la investigación aplicada, la innovación y el desarrollo tecnológico en el agro, y agricultores e industriales almerienses. La delegación argelina valoró positivamente la visita y se pronunció a favor de intensificar la colaboración con los productores españoles a través de la Fundación Cajamar. En el marco de este viaje a la provincia de Almería, se concretaron dos proyectos comerciales entre sendas empresas privadas españolas y argelinas. El primero promueve la exportación de productos agrícolas argelinos (patatas, tomates y otras hortalizas) a España y el segundo se dedicará al cultivo de algas marinas para la alimentación.

Intensificar los intercambios

Durante el viaje, la delegación argelina visitó varios invernaderos de frutas y verduras, y pudo constar la gran diversificación y productividad agrícola de la región. El presidente de la Cámara de Comercio de Almería, Diego Martínez Cano, valoró positivamente la cooperación agraria entre España y Argelia y se mostró favorable a intensificar los intercambios bilaterales. Según Martínez Cano, el modelo agrícola almeriense, basado en una gran productividad y el empleo de tecnología de punta, puede ser útil para un país en pleno desarrollo como Argelia y con un clima mediterráneo en el norte parecido al andaluz y español. La embajadora argelina en Madrid, Taous Feroukhi, que asistió al encuentro hispano-argelino, subrayó que los dos países necesitan “imprimir nuevas orientaciones en la cooperación en el sector agrícola”.

España consiguió ser autosuficiente en materia alimentaria y es uno de los principales países exportadores de productos agrícolas del mundo. El ejemplo español es seguido de cerca por Argelia, que a pesar de ser un país inmenso y poco poblado, de tener el mercado más grande y dinámico del Magreb, unas infraestructuras aceptables y una mano de obra barata, no ha conseguido despegar en materia agrícola, y las inversiones extranjeras en el sector primario son pocas. La agricultura argelina todavía no ha superado los efectos negativos del modelo socialista de corte autoritario y burocrático que aplicaron los dirigentes del país tras la independencia de 1962.

Pie de foto: Un grupo de agricultores argelinos trabajando en el campo.

30.000 hectáreas de invernaderos

La provincia de Almería tiene casi 30.000 hectáreas de superficie agrícola cubierta bajo plástico, un 10,5% más que en el año 2010, cuando había 26.167 hectáreas, según un estudio del Sistema de Información Geográfica de Identificación de Parcelas Agrícolas de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía. El estudio cartográfico, que se culminó a finales de 2014, fue realizado por satélite y abarca tanto las comarcas de la costa como del interior. El municipio con más invernaderos sigue siendo el Ejido, con 12.286 hectáreas, el 41,5% de la provincia. Le siguen Níjar, con 4.931 hectáreas (16,6%), y Almería, con 2.239 (el 7,5%). Después vienen Roquetas de Mar, con 2.030 hectáreas; Vícar, con 1.885; Berja (1.520), y Adra (1.365). En los últimos años ha aumentado la superficie dedicada a cultivos bajo invernaderos. Según la consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, “responde a la necesidad de los productores de aumentar la superficie de cultivo por explotación para asegurar la rentabilidad, así como a la afluencia de inversión en la agricultura procedente de otros sectores económicos, hecho que se ha reflejado en un aumento notable de la construcción de invernaderos”.

Incremento de las cosechas

Con superficies por debajo de las 1.000 hectáreas se encuentran los municipios de Dalías (368 hectáreas), Cuevas del Almanzora (300), Pulpí (187), Pechina (147), Lucainena de Las Torres (118 hectáreas), y Viator (105 hectáreas). Algo más alejados de la costa, el estudio refleja también superficies significativas de invernaderos en Gérgal, con 95 hectáreas; Antas, 79; Tahal, 71; Sorbas, 58, y Alhama de Almería, 37. Según la web hortoinfo.es, en la campaña 2010-2011, la provincia cosechó 2,87 millones de toneladas de productos agrícolas; en la 2011-2012, algo más de 3 millones; en la 2012-2013, se recolectaron 3,13 millones de toneladas; y en la 2013-2014, algo más de 3,4 millones de toneladas. Esto significa que en cuatro años, la horticultura almeriense ha incrementado su producción casi un 20%. La parte oscura de la prosperidad almeriense es la existencia de miles de inmigrantes sin papeles sometidos a duras condiciones de trabajo y una vida miserable en chabolas y viviendas infrahumanas. Además, los grupos ecologistas denuncian la gran contaminación que provocan los cultivos bajo invernadero y la sobreexplotación del suelo.