AVE La Meca-Medina, la obra faraónica que puso en jaque al Gobierno español y al Rey

Julián González/CapitalMadrid.com

Pie de foto: Se inau­gura el pro­yecto em­ble­má­tico que ame­nazó la marca España y su repu­tación in­ter­na­cional. Arabia Saudita debió buscar fi­nan­cia­ción ex­te­rior por el hun­di­miento de los pre­cios del pe­tróleo

La obra más em­ble­má­tica de las grandes em­presas es­pañolas -el AVE La Meca-Medina- acaba de ser inau­gu­rada des­pués de más de seis años de graves pro­blemas de todo tipo, fi­nan­cie­ros, tec­no­ló­gicos y em­pre­sa­ria­les. La marca España ha po­dido salir in­demne de un me­ga­pro­yecto donde el con­sorcio de em­presas es­pañolas llegó a estar en algún mo­mento contra las cuerdas por las pre­siones del Gobierno de Arabia Saudí para que cum­pliera el plazo de eje­cu­ción.

El mayor proyecto español de todas los que las constructoras españolas, tecnológicas y ferroviarias desarrollan a nivel mundial -6.700 millones de euros han estado en juego- ha logrado salir adelante después de salvar innumerables obstáculos. No sólo la imagen de la marca España estaba en riesgo, la tarjeta de presentación a nivel internacional de las compañías también. El negocio exterior es ahora el verdadero pilar de la cuenta de resultados y un fallo en esta obra habría dañado gravemente la reputación de muchas compañías.

Mucha política en juego

Las autoridades españolas y la propia monarquía se han tenido que emplear en muchos momentos a fondo para que el Gobierno saudí alargase el plazo de entrega. En mayo pasado, las empresas del consorcio que participan en la construcción del AVE -OHL, ACS, Indra, Consultrans, Copasa, Dimetronic, Imathia e Inabensa-, además de Adif, Ineco y Renfe, llegaron a un acuerdo con la Saudí Railways Organization (SRO) donde se zanjaron todos los litigios que ambas partes tenían abiertos por el incumplimiento de los plazos de entrega y por la demora en los pagos.

Los graves problemas de tesorería por los que ha pasado Arabia Saudí debido al hundimiento de los precios del petróleo, obligaron al Gobierno de Riad a acudir a los mercados de capitales para poder financiar todos los proyectos de infraestructuras en los que estaba metido, incluido el AVE La Meca Medina y el metro Riad. A finales de 2016, tuvo que emitir hasta 17.500 millones de dólares en bonos, unos 15.900 millones de euros, la mayor emisión y la segunda que realizaba el país desde la invasión de Kuwait por parte de Irak en 1991.

Gracias a esta emisión, la compañía estatal Saudi Railways Organization (SRO) liquidó la deuda que arrastraba con las compañías españolas, pero faltaba que el consorcio español que debía construir el proyecto finalizase a tiempo las obras. En el contrato adjudicado a finales de 2011, se estipulaba que las obras debían acabar en enero de 2017, una fecha que las compañías que participan en el mismo veían imposible de cumplir.

Después de muchos tiros y aflojas, ambas partes lograron pactar un aplazamiento de 14 meses sobre la fecha de entrega inicial, estableciéndose que la puesta en servicio definitiva será en marzo de 2018. El consorcio Al Soula en el que están integradas todas las empresas españolas trataba de evitar a toda costa que se les penalizara por los retrasos y que el problema no tuviera que solventarse en los organismos internacionales.

Un macroproyecto de 6.700 millones

El proyecto no solo incluye la construcción de la línea y suministro de trenes sino también la explotación, el mantenimiento de la misma y de los trenes durante un periodo de 12 años, con opción a prórroga. Por tanto, a las dos partes les interesaba que todo siguiera adelante. El presupuesto del AVE a la Meca asciende a 6.700 millones de euros, una macroinversión en la que la caída del precio del petróleo ha generado no pocos problemas financieros entre las autoridades saudíes. De hecho, el Gobierno ha tenido que cancelar proyectos que estaban previstos por valor de 20.000 millones de dólares. Por su parte, los ciudadanos pagan ya un IVA de un 5% y el precio de la gasolina ha aumentado un 50%.

El ‘AVE del desierto’

Seis años después, el último día del año 2017, el AVE del desierto, como se le conoce, realizó su primer recorrido oficial. Partió de la estación de Medina y finalizó en La Meca. Entre las autoridades más representativas, se encontraban el presidente de la Saudí Railways Organization, el embajador de España en el país, Álvaro Iranzo, el presidente del consorcio de empresas españolas, Jorge Segrelles, y representantes de las firmas españolas que han participado en el proyecto. El primer viaje completo con un tren AVE, se produjo en julio pasado ente Jeddah y Medina, a una velocidad comercial máxima de 300 kilómetros a la hora.

La empresa española Talgo es la suministradora de los trenes AVE -un total de 30- y uno especial de súper lujo para la familia real árabe, con capacidad para 400 personas. El contrato establece una ampliación de otros 25 trenes AVE, una vez que el proyecto esté a pleno funcionamiento. El modelo es el Talgo 350 Haramain, en el que se han empleado diversas tecnologías para adaptarse a las elevadas temperaturas y la arena del desierto.

Ahora, el problema radica en la finalización de las obras de las cinco estaciones que integran el corredor. Tres de ellas están pendientes aún de ser acabadas por compañías locales. Las cinco megaestaciones son La Meca, Medina, Kaec, Jheda y Kaia. De la explotación de todo el trayecto, se ocupará el gestor de infraestructuras español Adif y Renfe gestionará la línea.

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