Benkirane no consigue formar gobierno en Marruecos

Paco Soto

Pie de foto: El primer ministro islamista de Marruecos, Abdelilah Benkirane.

El islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) del primer ministro Abdelilah Benkirane ganó las elecciones generales del pasado 7 de octubre en Marruecos, pero, de momento, no ha conseguido formar un nuevo gobierno de coalición. Lo está teniendo muy difícil. Si el proceso de negociación evoluciona favorablemente, Benkirane podría dirigir el nuevo ejecutivo el próximo mes de enero, según algunos medios marroquíes. “Futuro gobierno: en enero inchallah”, adelantó el diario digital ‘le360.ma’ estos días. Todo dependerá de si Benkirane y el presidente de la formación centrista y liberal Agrupación Nacional Independiente (RNI), Aziz Akhannouch, se ponen de acuerdo para formar un gobierno. De momento, según diversas fuentes, ambos líderes no tienen la intención de reunirse. Según ‘le360.ma’, “el señor Akhannouch tiene varios compromisos oficiales y partidistas”, y no tiene prevista ninguna cita con el jefe de los islamistas pragmáticos del PJD antes de que acabe el año 2016. La última vez que los dos dirigentes se reunieron fue la semana pasada, pero lo hicieron en el marco de la adopción de varios decretos que desbloquearon la adopción de fondos económicos a favor del funcionamiento de los servicios públicos.

El origen de la disputa política entre Benkirane y Akhannouch se encuentra en la negativa del presidente del RNI a aceptar la participación del histórico y nacionalista Partido del Istiqlal (PI) en el ejecutivo. Aziz Akhannouch lleva poco tiempo dirigiendo el RNI, partido fundado en tiempos del rey Hasan II y clave en el entramado del poder en Marruecos. Abdelilah Benkirane, según el diario ‘Assabah’, ha intentado convencer a su colega del RNI que Marruecos necesita estabilidad política y tener por ello un nuevo gabinete cuanto antes. Este es el encargo que le hizo el rey Mohamed VI al primer ministro ganador por segunda vez consecutiva de los comicios legislativos. Akhannouch preferiría un gobierno formado por el PJD, el RNI, los conservadores berberistas del Movimiento Popular (MP) y la Unión Constitucional (UC) creada en 1983 por Maati Bouabid.

Oposición del primer ministro

Abdelilah Benkirane se opone categóricamente a la petición del presidente del RNI, y defiende la participación del nacionalista PI y del poscomunista Partido del Progreso y el Socialismo (PPS) en el gobierno. Esta formación de izquierda, que gobernó en la primera legislatura con el PJD y otros partidos, consiguió 11 diputados en las últimas elecciones generales. El RNI logró 37 escaños y el MP, 27. El partido berberista conservador, que también gobernó con Benkirane en la legislatura anterior, se niega rotundamente a un gabinete que no cuente con la participación de ministros del RNI y la UC. La dirección del PJD no ve con buenos ojos la presencia de la UC en el gobierno, y así se lo hizo saber categóricamente Benkirane a Akhannouch. El PJD fue el grupo parlamentario más votado en las elecciones, y por eso mismo sus principales dirigentes están convencidos de que la última decisión en materia gubernamental la tienen que tomar los islamistas del partido que se distingue de otros por la utilización de una lámpara en sus banderas y pancartas. Por el contrario, Akhannouch quiere que el líder de la UC, Mohamed Sajid, al que considera un político “serio” y “estratégico”, consiga que su partido entre en el ejecutivo. Benkirane dejó claro en algunas reuniones con el RNI que el PJD no aceptaría ningún “chantaje”.

Pie de foto: El presidente del RNI, Aziz Akhannouch.

Presencia clave

El jefe del Gobierno en funciones también confirmó que la presencia del RNI en el próximo gabinete de coalición es clave, y se mostró convencido de que “no hay bloqueo” en el proceso de negociaciones. No lo ven así algunos analistas. A su juicio, la controversia entre el PJD y el RNI, el partido de la paloma, es grave y obedece a una lucha por el poder en el seno del futuro ejecutivo y a cálculos políticos ajenos a los intereses de la sociedad marroquí. En este contexto, Benkirane es consciente de que el RNI es un partido de poder que tiene experiencia gubernamental en áreas importantes como industria y agricultura. Es un motivo que obliga al dirigente islamista a evitar que llegue la sangre al río. Benkirane no lo tiene fácil, pero está empeñado en formar gobierno lo más rápidamente posible, y quiere convencer al RNI de que la presencia del PI liderado por Hamid Chabat en la coalición gubernamental es importante.

“Los cuadros del RNI son de confianza” y “saben trabajar en las instituciones del Estado”, declaró hace unas semanas Benkirane. Así las cosas, algunos responsables políticos trabajan a favor del desbloqueo de la situación. Es el caso de Rachid Talbi Alami, antiguo presidente de la Cámara de Representantes (Parlamento) y presidente en ejercicio de la Unión Parlamentaria Africana (UPA). En una entrevista periodística, el citado político se mostró convencido de que el RNI no le ha pedido a Benkirane que el PI sea apartado del nuevo gobierno. Rachid Talbi Alami, que es también dirigente del RNI, aseguró, sin embargo, que “no participaremos en un gobierno que carezca de armonía, y nadie nos podrá obligar a que renunciemos a nuestra coherencia”. Benkirane rechazó esta posición y recordó al RNI que “la democracia tiene su propia lógica”.

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