Benkirane revela su defensa de la poligamia en Marruecos

Paco Soto

Pie de foto: El primer ministro de Marruecos, Abdelilah Benkirane/Fadel Senna-AFP.

El primer ministro de Marruecos, Abdelilah Benkirane, es un político islamista. Lidera el Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), que ganó las elecciones generales el pasado 7 de octubre. Benkirane tiene una ideología muy conservadora, y por eso es islamista desde sus tiempos juveniles, cuando militó en el grupo clandestino y partidario de la violencia Chabiba Islamiya. El islamismo es la brújula ideológica, intelectual y moral que utiliza el actual primer ministro en funciones para guiar su actividad política. Ahora bien, Benkirane no es tonto; tampoco es un exaltado. Sabe que vive en el siglo XXI y que Marruecos es una sociedad contradictoria que entró en la modernidad hace años. El proceso es complejo y provoca numerosos sobresaltos en la sociedad marroquí, pero es irreversible. Marruecos no vive al margen del mundo ni encerrado en una campana de cristal, a pesar de lo que digan y escriban algunos periodistas españoles y occidentales que se olvidaron de darle cuerda al reloj y siguen anclados en una visión del país magrebí de hace décadas.

Conservador pero inteligente

No es el caso de Benkirane, que, aunque sea muy conservador y tradicionalista, como buen dirigente islamista, no es rematadamente tonto. Por eso mismo, el mandatario marroquí se expresa de una forma o de otra públicamente en función del momento y del interlocutor. El doble lenguaje de Benkirane es fruto de una estrategia mediática astutamente medida y planificada por el primer ministro en funciones. Sobre temas sociales polémicos como la condición de la mujer musulmana, la poligamia, el aborto, las relaciones prematrimoniales o la homosexualidad, Benkirane no se expresará de la misma forma ante un periodista español o británico que ante un medio islamista de un país musulmán muy conservador como Arabia Saudí. En el primer caso, medirá sus palabras; en el segundo, no ocultara sus convicciones. Se equivoca a veces, pero en general lleva tiempo siendo fiel a esta pauta. Tanto es así que Benkirane, que hace años concedió una entrevista al semanario español ‘Interviú’, declaró estos días a la revista saudí ‘Arrajol’, dirigida al público masculino, su apoyo a la poligamia en Marruecos y los países musulmanes.

Pie de foto. Dos mujeres vestidas de forma tradicional en Marruecos.

Práctica marginal

La poligamia es una práctica social marginal en Marruecos. Para practicarla, el hombre necesita de la aprobación expresa de la primera esposa y medios económicos suficientes para mantener una nueva mujer. En Marruecos, según el Ministerio de Justicia dirigido por el islamista Mustafá Ramid, la poligamia no llega a los 1.000 casos por año. Abdelilah Benkirane nunca condenó esta práctica. En alguna ocasión dijo que la poligamia sale muy cara al hombre. Y siempre recalcó que esta práctica está autorizada por el islam. En los dos gobiernos que dirigió sucesivamente hubo al menos dos ministros de su partido polígamos, según publicaron los medios.

Mejor una esposa que una amante

Benkirane lleva más de 20 años casado con su esposa Nabila, y en la entrevista con la revista saudí declaró que si no practica la poligamia es por “el intenso amor” que siente hacia su mujer. Pero también afirmó que “el hombre que diga no desear la poligamia, miente”. Por otra parte, en 2015, en una reunión con dirigentes islamistas, Benkirane manifestó entre risas que “una esposa sale más barata que una amante”. A su juicio, “la esposa busca siempre ahorrar el dinero de su marido y de sus hijos, mientras que la amante quiere sacarte todo el dinero”. Benkirane ha levantado varias polémicas en Marruecos por sus declaraciones contrarias a la igualdad entre hombres y mujeres y la homosexualidad. En una ocasión, intentó boicotear un concierto de Elton John en Rabat para protestar por la condición de homosexual del artista británico.

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