Cae el Gobierno de Habib Essid en Túnez

Paco Soto

Pie de foto: El primer ministro dimisionario de Túnez, Habib Essid.

El Parlamento de Túnez decidió retirar su confianza al Gobierno de Habib Essid, formado hace año y medio y reestructurado en enero de 2016, porque consideró que el país magrebí inicia una nueva etapa en su transición democrática que necesita de un nuevo ejecutivo de “Unión Nacional”, como planteó hace dos meses el jefe del Estado, Beji Caïd Essebsi, líder del partido laico y conservador Nida Tounes. Habib Essid, de 67 años, es un político independiente que ha tenido que hacer frente a numerosos problemas políticos, sociales y económicos y a los golpes del terrorismo yihadista durante su permanencia al frente del Gobierno de Túnez.

Túnez es un ejemplo digno y valiente de democratización en el Magreb y el mundo árabe desde que en 2011 cayó el dictador Zine el Abidine Ben Ali, pero las incertidumbres que pesan todavía sobre el pequeño país norteafricano condicionan su evolución. 118 diputados de los 217 de la Cámara baja votaron en contra del Gobierno de Essid y 27 se abstuvieron. Varios parlamentarios del Frente Popular, una coalición opositora de izquierda, se negaron a participar en la votación, al considerar que era “un puro formalismo”. Los partidos de la coalición gubernamental saliente, Nida Tounes, los islamistas pragmáticos de Ennahda, los centristas de Afek Tounes y los liberales de la Unión Patriótica Libre (UPL), apoyaron la dimisión del Ejecutivo de Essid. El propio primer ministro reconoció que “era totalmente consciente de que el voto iba a ser contra mí”.

Primeros contactos

Hace dos meses, el presidente Essebsi inició contactos con diversas fuerzas parlamentarias para crear una coalición gubernamental de “Unión Nacional” abierta a todas las corrientes políticas y sociales del país. “La situación general del país lo exige”, afirmó el mandatario tunecino. La crisis interna de Nida Tounes, que dio vida recientemente a una nueva fuerza política liderada por Mohsen Marzouk, el deterioro económico, el descontento social y las protestas sindicales, y la existencia de un terrorismo yihadista sanguinario y desestabilizador obligaron a Essebsi a maniobrar políticamente. El líder de Ennahda, Rachid Ghannouchi, es un firme defensor de la propuesta del presidente; otras formaciones políticas también, y Mohsen Marzouk no descarta que su flamante partido, Machrou3 Tounes, se integre en el futuro ejecutivo unitario. Los sindicatos y organizaciones patronales como UTICA no descartan su apoyo al Gobierno de “Unión Nacional”, pero la poderosa Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT) rechazó la oferta de tener representantes en el nuevo gabinete. La Unión Europea (UE) apoya la propuesta del presidente tunecino.

Pie de foto: Una manifestación contra el terrorismo yihadista en las calles de la capital tunecina.

“Una gran crisis”

Prácticamente nadie niega que la situación de Túnez es muy delicada, porque hay “una gran crisis económica” y “un Gobierno incapaz de encontrar soluciones y de dar esperanza a los tunecinos”, manifestó el diputado de Nida Tounes Abdelaziz Kotti durante la votación parlamentaria. “Ha llegado el momento de un cambio”, apuntó el exprimer ministro islamista, Ali Larayedh. “El Gobierno ha hecho lo que tenía que hacer, pero en año y medio hay problemas que no ha podido resolver”, admitió el presidente Essebsi. Algunos medios comentaron críticamente la decisión del Parlamento. Según el diario Le Quotidien, “sería una ingenuidad pensar que la salvación del país está en la formación de un gobierno de unión nacional”. “La amenaza terrorista sigue presente”, destacó Le Quotidien.

En declaraciones a la cadena de televisión francesa France 24, Hatem M´Rad, profesor de Ciencias Políticas en la Facultad de Ciencias Jurídicas de Túnez y fundador y presidente de la Asociación Tunecina de Estudios Políticos, no se mostró optimista sobre el futuro de su país, porque, a su juicio, “Túnez puede entrar en un nuevo callejón sin salida político”. El investigador consideró que el gran ganador de las maniobras impulsadas por el presidente Essebsi no es su partido, Nida Tounes, sino Ennahda, que “nunca ha tenido problemas con el primer ministro”. Según Hatem M´Rad “las cosas no van en la buena dirección”, porque hay “un descontento general” y “la autoridad del Estado no consigue asentarse”. Así las cosas, el profesor universitario señaló que “en periodo de transición todo es posible. La transición es por esencia ausencia de estabilidad”. No hay que olvidar, recalcó M´Rad a France 24, que “desde la revolución, la ciudadanía se ha vuelto contestataria, incluso nihilista”.

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