Casa Árabe acoge una exposición sobre arte contemporáneo de Egipto

 

 

La sede de Casa Árabe de Madrid acoge desde el 24 de junio hasta el 5 de octubre una serie de obras de dos de los representantes más importantes del arte contemporáneo egipcio, Ibrahim El Dessouki y Sameh Ismail. En la exposición, que está organizadas por la Embajada de Egipto en Madrid y Casa Árabe, encontramos estilos totalmente diferentes de estos dos artistas. Ibrahim El Dessouki, que nació en una familia vinculada a la creación visual y la literatura, fue uno de los primeros artistas egipcios en plasmar imágenes de restos arqueológicos de forma contemporánea. En esta exposición presenta obras de gran tamaño y forma vertical en las que encontramos cuadros de columnas rodeadas de misterio de los templos egipcios realizados con óleo sobre lino del año 2010. Vemos también dos trabajos muy actuales del año 2013 y 2014 pintados con carboncillo sobre papel, en los que a través de tonos claroscuros y un azul hechizante crean paisajes que transmiten la soledad del desierto egipcio. Por último, Ibrahim El Dessouki nos muestra cuatro cuadros de gran tamaño (entre 190x95cm),  creados con óleo y óleo en barra sobre lino o lienzo y lápiz sobre papel. En estas obras pintadas entre los años 2011 y 2013 encontramos a cuatro mujeres adultas vestidas con trajes largos y muy femeninos, de espaldas o de frente, pintadas en blanco y negro en perfecta armonía, a excepción de uno de ellos en el que el vestido de la mujer es de tonos lilas. 

 

Sameh Ismail, después de trabajar como diseñador gráfico en la televisión egipcia y como calígrafo freelance, comenzó a partir del año 2012 a participar en exposiciones en Estados Unidos y Malasia. En esta ocasión nos presenta un conjunto de cuadros abstractos que ha realizado durante el año 2014, titulados “Una salida segura”. En su interior podemos destacar, por una parte, un grupo de cuadros de mayor tamaño, (150x180cm), creados con pintura acrílica sobre lienzo. En ellos mezcla algunas figuras cuadriláteras y líneas rectas con brochazos y trazos suaves y relajados; en estos lienzos predominan los fondos blancos pintados con tonos negros, marrones, ocres y alguna pincelada granate. Por otra parte, encontramos un segundo grupo de cuatro obras de menor tamaño (70x100cm), hechas esta vez con carboncillo y lápiz sobre papel. Los fondos blancos también predominan en este conjunto y los tonos negros y marrones se repiten, sin embargo, los ocres son sustituidos por pequeños trazos de color rojo oscuro. Las líneas rectas vuelven a tener gran importancia, combinadas con trazos difuminados.

 

De este modo Sameh Ismail crea una serie de cuadros en los que en la mayoría encontramos tres o cuatro núcleos  de pintura distribuidos  sin un orden lógico por la superficie en los que a pesar de estar compuestos por trazos firmes, no reflejan cortes bruscos sino todo lo contrario, muestran una perfecta armonía que unida a que los colores comparten gama cromática y trazos, hacen que el cuadro conforme un todo. De esta forma Sameh Ismail nos introduce en composiciones predominantemente oscuras que entrañan signos y sentimientos de fuerza y huida.