La guerra saca lo peor de la humanidad y deja una estela de muertes inocentes allá donde ocurre

Cuando la comida se utiliza como arma bélica

photo_camera AFP/NAZEER al-KHATI - Ayuda humanitaria distribuida por la ONG turca Humanitarian Relief Foundation (IHH) a civiles sirios en la ciudad siria de al-Bab, al norte de Siria.

La guerra saca lo peor de la humanidad y deja una estela de muertes inocentes allá donde ocurre. Las armas y las formas de conflicto han evolucionado a lo largo de los años, pero siguen generando destrucción y víctimas civiles. Ahora, en Irak y en Siria se está empleando una nueva arma de guerra: la comida. Según informan desde el Programa Mundial de Alimentos (PMI), todas las partes implicadas en los diversos conflictos que asolan esas regiones, están quemando multitud de cosechas de alimento. 

Ante este panorama en el que la comida se ha convertido en el arma arrojadiza principal, muchos civiles se han visto obligados a huir para sobrevivir y encontrar alimento. En Siria se enfrentan, en una guerra que parece interminable, el Ejército del Gobierno Sirio de Bachar al-Asad y los rebeldes. Además, tanto en Irak como en Siria quedan pequeños reductos del Estado Islámico que también causan conflicto en la zona. 

Un niño sirio transporta paquetes de ayuda humanitaria en la ciudad siria de al-Bab, al norte de Siria. AFP/NAZEER al-KHATI

El PMI denuncia que los continuos combates, en los que en muchas ocasiones lo pagan los civiles, se han quemado miles de hectáreas de campos de cosechas, lo que hace que la población civil se quede sin víveres y sin opciones de sustento y tengan que dejar sus hogares. “Es inaceptable seguir tomando como rehén a la población civil”, ha criticado Herve Verhoosel, portavoz del PMI, por utilizar los alimentos y la distribución de estos como arma de guerra por parte de todos los implicados. 

La época de cosecha dura hasta mediados de Junio en las zonas de Siria e Irak, y tal y como recoge Associated Press (AP), había sido una buena temporada debido a las abundantes lluvias. Había trigo y cebada de sobra y los agricultores estaban encantados, pero antes de poder disfrutar del éxito del duro trabajo, la guerra ha vuelto a mostrar su peor cara y los incendios provocados han acabado con gran parte de los cultivos. 

Parte de la estrategia de Daesh al salir derrotados es arrasar con la tierra como ‘castigo’ o ‘represalia’, y aunque su poder cada vez es menor, todavía dispone de un número elevado de combatientes que utilizan este tipo de técnicas para vengarse y seguir causando terror. Pero además del grupo terrorista, el Gobierno de Siria también podría haber utilizado esta táctica para desestabilizar al último bastión rebelde en el país, según recoge también AP, los activistas acusan a al-Asad de haber quemado los campos del Oeste para forzar a los tres millones de personas a abandonar la localidad rebelde. 

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