Cuando los libaneses pisaron México…

Informador.mx

Pie de foto: Carlos Martínez Assad .El historiador y sociólogo nació por azar en Amatitán, Jalisco. Su abuelo materno era un inmigrante libanés. NTX /

Aunque son reconocidos por toda la República, poco es lo que realmente se sabe sobre las raíces de los inmigrantes libaneses que llegaron a México. El historiador y sociólogo Carlos Martínez Assad abona a esta deuda con un poco de sus conocimientos personales y académicos sobre las conexiones entre estos dos países en su primera novela En el verano, la tierra, editado por Seix Barral, la filial literaria de Planeta.

El libro narra la historia de José, un mexicano radicado en París y descendiente de libaneses, quien viaja a aquel país de Oriente Próximo a mediados de los setenta —cuando estalló la Guerra Civil Libanesa— en búsqueda de su identidad, rememorando lo que cuando niño le contó su difunto abuelo. Al protagonista lo acompaña Alina, aunque ella tiene otros motivos.

“Muchos tienen un amigo libanés, han tenido oportunidad de comer platillos libaneses y escuchar música de Líbano. Creo que a través de la novela puede adquirirse una idea un poco más amplia y certera de lo que es la comunidad libanesa, los descendientes de los primeros inmigrantes”, comenta el también investigador galardonado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes el año pasado.

José tiene una evidente inspiración en el propio autor: Martínez Assad nació por azar en Amatitán, Jalisco, pero de niño vivió por varios estados de la República. Su abuelo materno también era un inmigrante libanés. Sin embargo, el escritor se separa de su personaje, que aunque toma mucho de él, tiene vida propia, y afirma que lo único absolutamente verídico de su novela es el contexto histórico en el que se desarrolla.

“Siempre he sido un lector de novelas, así que me interesaba mucho materializar un proyecto así. Era difícil hacer un libro personal donde estuviera yo pero no fuera tan visible, así que es un riesgo entrar a la ficción con un tema muy propio, pero me interesaba poner de relieve la inmigración libanesa en México. En diversos ensayos he reclamado que en la ficción esto no se había retratado”.

Los libaneses que arribaron a principios del siglo pasado se integraron fácilmente en México por ser católicos maronitas. “Eran muy fervientes y se asemejaban mucho al Guadalupanismo de los mexicanos. La religión permitió que tuvieran matrimonios mixtos, que sus hijos se casaran con personas sin ninguna relación con la cultura libanesa”.

No obstante, eso no quiere decir que hoy en día no se enfrenten a ciertos estereotipos infundados: desde que supuestamente son bonachones o pronuncian mal el español, o a recientes fechas, que todos los libaneses son ricos.

“José no sabe mucho de la época actual sino todo lo que el abuelo le contó. Va a entender lo que es el Líbano más realista y esta pérdida de la inocencia y el conocimiento de lo que realmente sucede va a desencadenar que al final de la historia termine por ser un personaje más cabal, alguien que a través del tiempo logra entender que es tanto mexicano como libanés”.

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