Cuatro Estados africanos crean una fuerza regional contra los terroristas de Boko Haram

Por Ahmed Brahim
Foto: Nigeria, Níger, Chad y Camerún han decidido crear una fuerza militar regional para combatir a Boko Haram.
 
Cuatro Estados africanos, Nigeria, Níger, Chad y Camerún, decidieron esta semana crear una fuerza militar regional para hacer frente a la secta yihadista Boko Haram, que representa una amenaza creciente para estos países. Boko Haram fue el grupo terrorista que secuestró a 200 niñas en Nigeria, y en los últimos meses ha llevado a cabo sangrientos atentados terroristas. La decisión de los ministerios de Defensa de los  cuatro Estados africanos “es una prueba de nuestro compromiso para erradicar la calamidad terrorista”, comentó un responsable nigeriano. Cada país se ha comprometido a proporcionar 700 militares a esta fuerza multinacional de 2.800 uniformados que se dedicará exclusivamente a perseguir, combatir  y detener o matar a los miembros de Boko Haram. Los cuatro países tienen una frontera común en el lago Chad, que es la zona donde los yihadistas y delincuentes  de Boko Haram han establecido su cuartel general. De momento, los protagonistas de esta iniciativa no han querido dar más información sobre la organización de la estructura militar, el despliegue de la fuerza multinacional y la coordinación de la seguridad en las fronteras. Boko Haram, que asesina y secuestra con la misma facilidad que roba, quiere crear un Estado islámico en el norte de Nigeria. Desde 2009, este grupo terrorista ha matado a miles de personas. Según estimaciones de la ONG Human Rights Watch (HRW), en el primer semestre de 2014, 2.000 civiles fueron asesinados por Boko Haram. 
 
Alto el fuego en República Centroafricana
Por otra parte, los grupos armados enfrentados en República Centroafricana firmaron el miércoles de esta semana, en Brazzaville (República del Congo), un acuerdo a favor del alto el fuego en su país. Sin embargo, los delegados no se pusieron de acuerdo para impulsar el desarme y la desmovilización de los combatientes e iniciar un proceso de normalización política. Los firmantes del alto el fuego fueron Mohamed Mousa Dhaffane, representante de los rebeldes Seleka; Patrice-Edouard Ngaissona, coordinador nacional de las milicias anti-balaka; el arzobispo de Bangui, Monseñor Dieudonné Nzapalainga; y el imam Layama Kobine, presidente de la comunidad islámica de la República Centroafricana. Fue un primer paso hacia la paz en  un país martirizado por la miseria y los conflictos armados, aunque las partes enfrentadas no lograran en el marco del Foro para la Reconciliación Nacional y el Diálogo Político un acuerdo más ambicioso. “Por algo teníamos que empezar”, declaró Sassou Nguesso, uno de los participantes. “El viaje más largo empieza por este primer paso”, aseguró Catherine Samba Panza, presidenta de transición centroafricana. Desde que en marzo de  2013, el presidente François Bozizé fue derrocado por el movimiento musulmán Seleka, el país africano, antigua colonia francesa rica en diamantes y uranio, vive une situación de caos y de violencia. En diciembre de 2013 se recrudecieron los combates entre Seleka  y las milicias anti-balaka, compuestas por cristianos y animistas. Francia envió a este país una fuerza  de 2.000 militares que se unió a los 5.800 de la Unión Africana (UA).
 

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