El 42% de la deuda pública española está en manos extranjeras

Miguel Ángel Valero. Diario Abierto

"La confianza en la economía española se ha mantenido incluso en los peores momentos de la tensión política en Cataluña", argumenta Emma Navarro, secretaria general del Tesoro y Política Financiera.

Más del 42% de la deuda pública española está en manos de inversores no residentes. Un dato que permite a la secretaria general del Tesoro y Política Financiera, Emma Navarro, proclamar que ese incremento de la diversificación se debe a “una mayor confianza en la economía española, que se ha mantenido incluso en los peores momentos de la tensión polítíca en Cataluña”.

Otro dato del que presume en la presentación de la Estrategia de Financiación del Tesoro Público en 2018 es que el 8,9% del programa de emisiones a medio y largo plazo está formado por bonos indexados a la inflación europea.

Pero el dato que más gusta en el Ministerio de Economía es el nuevo mínimo histórico en el coste medio de la deuda en circulación, 2,55%, pese a que el de emisión ha subido al 0,62%.

En 2017, se produjo una emisión neta de 45.031 millones de euros, cuando la previsión era de 35.000 millones; y una bruta de 233.900 millones, frente a los 220.017 millones previstos.

El Tesoro seguirá aplicando una triple estrategia: alargamiento de la vida media de la deuda, diversificación de la base de inversores, y minimización del coste de financiación.

Para este año, la emisión neta será de 40.000 millones, el 11,2% menos que en 2017. La emisión bruta, 220.145 millones, lo que supone un descenso del 5,9%. En el programa de medio y largo plazo, la emisión bruta será de 126.310 millones, el 9,4% menos; las amortizaciones, 81.310 millones, bajan el 10,6%; por lo que la emisión neta, 45.000 millones, será un 7,3% inferior.

En letras, la emisión bruta será de 93.835 millones, el 0,6% menos. Como las amortizaciones aumentarán un 0,9%, hasta los 98.835 millones, la emisión neta es negativa en 5.000 millones, el 41,7% más que en 2017.

Emma Navarro defiende que esta estrategia se ha diseñado con “estimaciones muy prudentes y conservadoreas” en cuanto a la evolución de los tipos de interés, aunque incorpora la posibilidad de una subida este año. No ha tenido en cuenta, sin embargo, una hipotética mejora de la calificación de España por parte de las agencias internacionales.

 

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