El 90% de los niños en África no tiene una dieta mínima aceptable

Eva Cifuentes

Pie de foto: El 90% de los niños en África no tiene una dieta mínima aceptable. MACKENZIE KNOWLES -COURSIN/UINCEF via AP

Pese a que la situación social y económica ha ido mejorando con los años en África, todavía queda un largo camino por recorrer, y la parte más dura se la siguen llevando los más vulnerables: los niños. El estudio realizado por el African Child Policy Forum (ACPF) pone de manifiesto una triste realidad, y es que alrededor de 60 millones de niños del continente africano pasan hambre. Según las estadísticas que manejan, el 90% de la población infantil no disfruta de la dieta mínima considerada aceptable y en torno al 60% no cumplen con la frecuencia mínima de alimentos. De hecho, el 45% de las muertes infantiles en África se deben a la hambruna.

Pie de foto: Un niño turkana sostiene un plástico que lleva su desayuno en una aldea cerca de Loiyangalani, Kenia, fotografía tomada el 21 de marzo de 2017. REUTERS/GORAN TOMASEVIC

África está marcada por los conflictos violentos en varios países, como en Sudán, donde los últimos ataques del Consejo Militar de Transición se han cobrado más de un centenar de víctimas; la guerra civil en Somalia o los enfrentamientos en la República Democrática del Congo junto con la crisis del ébola que está teniendo lugar también en la zona, son algunos de los diferentes conflictos bélicos que se viven en el continente. También es una de las zonas donde el cambio climático causa más estragos y se suceden los desastres naturales. Hace pocas semanas, Mozambique, Zimbabwe y Malaui se vieron azotadas por los ciclones Idai y Kenneth que dejaron más de 1.000 muertos a su paso. Tanto los conflictos como los desastres naturales, sumado a una economía que lucha por mejorar, contribuyen a que el hambre infantil en África siga siendo una realidad en pleno 2019. 

Pie de foto: En esta foto tomada el sábado 11 de marzo de 2017, una joven madre acuna a su hijo desnutrido frente a un centro de estabilización de la nutrición que recibe apoyo de UNICEF en Malualkon, cerca de Aweil, en el Sudán meridional. MACKENZIE KNOWLES -COURSIN/UINCEF via AP

Además de a la salud de los niños africanos, el hambre en el continente repercute de forma directa en la economía. Según se refleja en este informe, los países que lo conforman pierden hasta un 16,5% de su Producto Interior Bruto (PIB) debido a la malnutrición infantil. El análisis del estudio sugiere que, al haber unas tasas tan elevadas de hambre en los niños, estos rinden peor en la escuela, sufren también problemas psicológicos y de salud que se traducen en que, en el futuro, su productividad es menor y tendrán trabajos peor pagados. Todos estos marcadores inciden en la economía de los diferentes países. A nivel general, los países africanos han mejorado en cuanto a sus índices económicos se refiere, pero los niveles de hambruna infantil no han seguido esos pasos. De hecho, en algunos países, la bonanza económica ha venido acompañada de mayores índices de desnutrición. Es el caso de, por ejemplo, Kenia, cuya economía ha crecido en un 2% anual y donde la desnutrición lo ha hecho también, en un 2,5%. Y no es el único país africano donde los datos de malnutrición o aumentan o se estancan mientras que sus valores económicos sufren mejoras. Tal y como indican, por cada dólar invertido en la nutrición adecuada de un niño, se podrían ahorrar hasta 85 dólares, en función del país. 

Así pues, para el año 2025, solo nueve países africanos se espera que puedan cumplir con el objetivo de reducir la desnutrición crónica en un 40%. El informe del ACPF insta a cambiar las políticas en este sentido ya que, si continúa esta tendencia, junto con el aumento de población del continente, en el año 2050 África llegará a los 2.500 millones de habitantes, de los cuales 1.000 millones serán niños y jóvenes que podrían estar infra alimentados si no se revierte la situación.