El baloncesto en silla de ruedas y su odisea de viajar en avión

Inés Morencia (EFE)/Buzz.eurosport.es

Un sencillo viaje hacia Las Palmas de Gran Canaria de la expedición del Fundación Grupo Norte, equipo de baloncesto adaptado de Valladolid, se convierte en una odisea a la hora de cumplir con las normativas de las compañías aéreas en cuanto a equipajes y peso de los mismos.

Se trata de una asignatura pendiente que podría resolverse con excepciones a unas reglas que pueden servir para un ciudadano de a pie, pero que no se pueden aplicar a todo un equipo de baloncesto en silla de ruedas que lo que pretende es desplazarse a otra ciudad para poder disputar un partido de liga.

El tiempo de espera en el aeropuerto de Barajas (Madrid) supera las tres horas, cuando es un viaje habitual que repiten una vez al año desde hace 19 temporadas, y que se podría reducir si las compañías aéreas supieran de antemano las necesidades de un equipo de baloncesto adaptado y se amoldaran a esa logística.

“Es tan sencillo como saber que hay que llevar una caja de herramientas para poder reparar las sillas de ruedas, ampliar el peso de ese equipaje y tener en consideración que dichas sillas son material necesario, al igual que las ruedas de repuesto, que deberían contar como un solo equipaje y no como otro más”, indica José Antonio de Castro, entrenador del Fundación Grupo Norte.

Concretamente, en este viaje hacia Las Palmas, donde se disputó la tercera jornada de liga, el equipo vallisoletano se vio obligado a abrir la caja de herramientas y romper las bridas que protegían las mismas para repartir el peso entre las ruedas de repuesto, y así poder facturarlo sin tener que pagar el exceso.

Solamente en ese proceso de facturación de maletas y sillas de juego, más el de las de paseo, supuso más de dos horas, por falta de previsión de una compañía “aunque se puede hacer extensible a prácticamente todas, si bien es cierto que algunas son más permisivas y dan más facilidades”, advierte De Castro.

Al menos, en lo referido a las revisiones de objetos personales al ir a embarcar, los responsables de seguridad del aeropuerto tuvieron en cuenta la situación de algunos jugadores, ya que las prótesis hacen saltar las alarmas “pero se han dado casos de aeropuertos en los que exigen quitártelas para revisarlas

Es el caso de Lalo Prieto, internacional con la selección de México que lleva tres años en el Fundación Grupo Norte, y que tiene una prótesis en la pierna, que perdió a causa de un atropello que sufrió en su país cuando iba a hacer una prueba para uno de los equipos de fútbol más importantes.

Luego se añade el proceso de subir al avión, en el que se han encontrado con personal muy eficiente y preparado, pero también con otros que lo son menos, lo que en una ocasión hizo que el despegue se retrasara más de una hora y el comandante, por megafonía, se disculpara con el resto de pasajeros para acusar “a un equipo de minusválidos”.

Se presentan casas inteligentes, dispositivos modernos que permiten a las personas con discapacidad contar con ayuda en su vida diaria, como aplicaciones en los móviles para abrir las puertas, pero esas mejoras no se trasladan a otros ámbitos como las compañías aéreas, lo que limita mucho los desplazamientos a otros lugares, explican desde el equipo.

Aunque reconocen que la sociedad está más concienciada, y las nuevas tecnologías van haciendo más fácil el día a día de las personas con discapacidad, creen que es necesario invertir en formación de personal en aeropuertos, hoteles y zonas turísticas, para que esa normalización sea efectiva y total.

De hecho, en Gran Canaria, cuyo aeropuerto recibe cada año varios equipos de baloncesto en silla de ruedas, la atención es rápida y sencilla y el protocolo de actuación adecuado, fruto de esos años de experiencia.

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