El Estado no consigue frenar el descontento popular en Alhucemas

Paco Soto

Pie de foto: Enfrentamientos entre manifestantes y policías en Alhucemas.

Alhucemas, ciudad de unos 60.000 habitantes situada en el Rif, en el norte de Marruecos, sigue en pie de guerra contra el poder central. El Estado, a pesar de haber tomado algunas medidas para calmar los ánimos, no consigue frenar el enorme descontento popular. Las protestas empezaron hace medio año tras la muerte de un vendedor de pescado, Mohcine Fikri, que tuvo la desgracia de ser triturado en un camión de recogida de basuras. Miles de ciudadanos de Alhucemas y otras poblaciones rifeñas salieron a la calle para protestar contra la pobreza, las injusticias, el desempleo, la corrupción, la falta de inversiones sociales y la prepotencia de los gobernantes locales. Las reivindicaciones autonomistas e incluso independentistas se unieron a las exigencias de orden socioeconómico. El rey Mohamed VI ordenó al Gobierno de Rabat que tomara medidas urgentes para canalizar el desafecto de Alhucemas y otras ciudades, como la destitución de algunos altos cargos y su sustitución por personalidades de origen rifeño. Las manifestaciones y otras protestas callejeras no cesaron, y los enfrentamientos con la Policía tampoco. Esta semana, el Gobierno envió a Alhucemas una importante delegación ministerial, que anunció la aceleración de una serie de inversiones previstas.

Deterioro de la situación

La población no se creyó las promesas y la situación volvió a deteriorarse el pasado viernes por la tarde en Alhucemas, donde estallaron nuevos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Varios manifestantes y tres agentes del orden resultaron heridos durante los altercados callejeros, según informó el delegado provincial de Sanidad, Mohamed Badi. Dos policías gravemente heridos fueron evacuados hacia el Hospital Militar de Rabat, y un tercero tenía que ser operado en el Hospital Mohamed V de Alhucemas. Mientras, la Justicia ordenó la detención de Nasser Zafzafi, líder del Movimiento Popular Rifeño (MPR). Zafzafi, según la versión oficial transmitida por la agencia MAP, está acusado de obstaculizar el desarrollo de un oficio religioso en una mezquita. El fiscal general del Rey en la Corte de Apelación de Alhucemas sostiene que Zafzafi interrumpió la oración del viernes en una mezquita del barrio de las Casas del Rey y empezó a gritar contra el imán. En Marruecos, la ley sanciona actuaciones ilegales de esta naturaleza. Según fuentes del movimiento contestatario de Alhucemas, la versión oficial es falsa, y lo único que hizo Zafzafi fue increpar al imán, porque estaba hablando de política en una oración y criticaba a los manifestantes.

Pie de foto: Nasser Zafzafi, líder Movimiento Popular Rifeño (MPR).

Condenas al movimiento rifeño

En un vídeo publicado por la web del diario económico ‘L´Economiste’ se puede ver a Nasser Zafzafi criticando duramente al predicador de la mezquita, al majzén (los aparatos de poder más conservadores y arcaicos) y valorar otras cuestiones como el festival de música Mawazine [de Rabat], “donde aparecen mujeres casi desnudas”. El Ministerio de Asuntos Religiosos condenó a través de un comunicado la actuación del líder rifeño en una mezquita. Por su parte, el primer ministro, Saad-Eddine El Othmani, advirtió que su Gobierno actuará con contundencia contra las personas que manipulen a la población de Alhucemas. En la misma línea, el portavoz del Ejecutivo, Mustafá El Khalfi, anunció que las autoridades perseguirán a los grupos locales que “exploten la buena fe de los ciudadanos” de Alhucemas. En la citada ciudad rifeña, centenares de personas salieron a la calle el pasado viernes para impedir la detención de Zafzafi. La Policía actuó con contundencia y utilizó porras y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, que lanzaron piedras contra los agentes. Zafzafi, según informaron algunos medios, además de escapar al acoso policial, hizo un llamamiento a la huelga general.

Atentado contra la seguridad del Estado

Así las cosas, activistas del movimiento contestatario de Alhucemas publicaron en las redes sociales varios vídeos en los que se ve a la Policía intentando tomar el control de los barrios de la ciudad rifeña. En declaraciones a la agencia Efe, el número dos del MPR, Nabil Ahamyik, explicó que la situación en Alhucemas está “muy deteriorada”. Agentes de la Brigada Nacional de la Policía Judicial (BNPJ) detuvieron a unas 20 personas relacionadas directa o indirectamente con el movimiento que lidera Zafzafi, según informó la Corte de Apelación de Alhucemas. Los detenidos fueron acusados de “atentar contra la seguridad del Estado y de otros actos que constituyen crímenes”.  El juez encargado del caso del citado tribunal aseguró que los detenidos tienen vinculaciones y “apoyo logístico del extranjero para llevar a cabo campañas contra la unidad del reino y resquebrajar la lealtad de los ciudadanos hacia el Estado marroquí”.

La crisis de Alhucemas provoca agrias polémicas políticas entre líderes políticos gubernamentales y de la oposición. En este sentido, el jefe del Gobierno y número dos del islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) acusó al opositor Partido de la Autenticidad y Modernidad (PAM), una formación creada en agosto de 2008 por Fouad Ali El Himma, exsecretario de Estado del Interior y amigo personal del rey Mohamed VI, de ser responsable de los disturbios callejeros que vive Alhucemas. El Othmani acusó directamente al líder del PAM, Ilyas El Omari, quien calificó al político islamista de “hipócrita”, y lo acusó de no asumir sus responsabilidades para solucionar el descontento del Rif.

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