El futuro requiere de un turismo sostenible

Por Alexandra Dumitrascu

Pie de foto: Imagen aérea del Park Hyatt Mallorca

El turismo constituye la principal fuente de riqueza nacional para España. En este sentido, a nivel nacional el sector turístico aporta el 12,5% del PIB y genera el 12% del total de puestos de trabajo. Si nos referimos a las islas Baleares, uno de los destinos preferidos internacionalmente,  el turismo representa el 45% de su PIB y da empleo a 35% de su población.

La inestabilidad provocada a raíz de la Primavera Árabe, en 2011, ha estimulado un reflujo turístico que ha permitido que España se beneficiara de los turistas europeos de aquellos países del norte de África cuyos mercados eran competidores directos y que suponían una merma en la cuota de mercado española. Así, desde entonces el turismo ha seguido una senda in crescendo hasta alcanzar en 2014 la cifra de 65 millones de visitantes extranjeros -4,4 millones más respecto a 2013- todo un record histórico, según aseguró el ministro de Industria, Economía y Turismo, José Manuel Soria, tras conocerse los datos.

Insostenibilidad

A nivel internacional, la globalización y las facilidades para desplazarse han originado un incremento sustancial de los desplazamientos. En este sentido, si en 1950 viajaban 25 millones de personas -el equivalente al 1% de la población global- en 2014 esta cifra alcanzó los 1.138 millones, lo que corresponde al 25% de los habitantes del mundo. Para 2030 se espera que el número de turistas internacionales siga aumentando cuando se vayan a alcanzar los 1.800 millones, nada más que el 21% de la población global.

Este espectacular incremento conlleva a pensar en el impacto ambiental que implica y, por consiguiente, en alternativas que haga sostenible un turismo que, en el caso de España, está especialmente condicionado por la temporalidad. Por tanto, hacen falta medidas que eviten el deterioro de aquellos elementos territoriales que aportan atractivo a las zonas turísticas.

Desde la Fundación Alternativas se ha celebrado el III Foro de Alternativas de Sostenibilidad: Un turismo sostenible para España. El caso de las Islas Baleares, en colaboración con Endesa y CaixaForum Madrid, en cuyo seno se ha proporcionado el espacio para el debate en torno al tipo de modelo energético, económico, de gestión de los recursos que habría que desarrollar para la consecución de un nuevo turismo sostenible. El evento fue inaugurado por Nicolás Sartorius, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas; Helena Murano Carney, directora de Turismo de la Caixa; e Isabel Fuentes, directora de Caixaforum Madrid.  Las dos mesas redondas organizadas para tal fin, han sido moderadas por Carlos Carnero, director gerente de la Fundación Alternativas, y Clara Navía, presidenta de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental, respectivamente.

Cambio del modelo turístico

“Por quinto año consecutivo el turismo crece más de los previsto”, ha asegurado Virginia Fernández Trapa, de la Organización Mundial del Turismo. Además ha advertido sobre el agotamiento de los recursos, hecho que requiere de una planificación de los objetivos futuros en orden a gestionar la sostenibilidad del turismo, para ser más responsables con los recursos, lo que es perfectamente compatible con la rentabilidad económica del sector. En este sentido, desde Naciones Unidas, en un año cuando toca hacer  balance de los logros de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, se plantea la fijación de tres metas adicionales: la gestión de los recursos marinos, la producción y el consumo sostenibles, y la planificación del turismo sostenible.  

Uno de los principales problemas a lo que se enfrenta el turismo español es su temporalidad, que hace que durante tres meses haya una concentración de gran número de turistas en áreas a veces muy reducidas, a lo que se suma una importante cantidad de plazas de alojamiento ofrecidas. En el caso de las Islas Baleares, durante los meses de verano, su población aumenta por tres. Esta congestión, según el director de Regio Plus Consulting, Jaume Garau, no sólo es percibida por el turista, que cada vez es más exigente desde el punto de vista ambiental, sino que hace que se plantee la vuelta a dicho destino. Por tanto, en palabras de Garau, un entorno más congestionado hace un entorno menos atractivo.

Ejemplos de turismo sostenible

En la mesa hubo algunos ejemplos de proyectos sostenibles, algunos en marcha y otros finalizados.

Helena Murano Carney trajo el ejemplo de Park Hyatt Mallorca, un hotel de cinco estrellas, inteligente y eficiente, pensado y diseñado de forma responsable, que introduce avances en tras ámbitos de sostenibilidad: ambiental, social y económico. El establecimiento, con un diseño integrado en el entorno, está construido con una eficiencia energética tipo B – que junto con A es la que menos consumo energético supone- y con la ayuda de las empresas constructoras locales capacitadas para asumir toda la obra para, de esta manera, dar empleo a la gente del entorno, un total de 400 personas. El hotel, además, cuenta con una Escuela de Hostelería que busca formar a la gente de la zona para que, una vez terminado, sea la misma la que se emplee como personal del establecimiento. De esta manera, se consigue un uso responsable de los recursos e implicar a la gente en este esfuerzo de Responsabilidad Social Colectiva que forma parte de la filosofía de Hyatt.

José Luque García, director general de Fuerte Hoteles,  por otra parte, relató la experiencia de esta empresa familiar que ha sabido adaptarse a un sector tocado hoy por la internacionalización. Los establecimientos que forman parte de la cadena hotelera buscan mantener el entorno y minimizar en lo posible el impacto sobre el medio ambiente, además de preservar las costumbres y las culturas locales.

Grandes retos

Aunque se han dado algunos pasos en los últimos años, lo cierto es que el turismo en España dista mucho de ser sostenible. La crítica en la mesa llegó de la mano de Maciá Blázquez Salom, investigador del Grupo de Sostenibilidad y Territorio en la Universidad de les Iles Balears (UIB). Blázquez arremetió contra lo que llamó “oligarquía hotelera” formada por una élite ligada al poder, que determina la regulación y el marco legislativo y que, mediante sus presiones, induce a un desarrollo hotelero y a un crecimiento turístico que afectan los espacios naturales, antítesis de sostenibilidad.

Igualmente, el fraking supone un riesgo en este sentido, y tal como aseguró Oscar Pirelli del Amo, director de Estudios e Investigación de Exceltur, en determinadas zonas de España se llevan a cabo prospecciones petrolíferas a poca distancia de zonas protegidas, como las que se llevan a cabo en el Mar de Alborán.

Por tanto, la solución pasaría por un cambio de modelo turístico a uno de empresa de servicios capaz de gestionar los recursos y ofrecer un ahorro garantizado, según Ernesto Bonnín, director general de Endesa en Baleares. Además hacen falta una política de Estado y un proceso de renovación que permitan afrontar los retos y reposicionar el producto español. Tal como aseguró Pirelli, no hacen falta más plazas, sino mejores plazas, encuadradas dentro de proyectos rentables desde el punto de vista empresarial, con más y mejor empleo, pero responsables desde el punto de vista ambiental. Luchar contra la estacionalidad representa un gran reto, aunque resulta más difícil debido a que el producto que predomina en España es el de sol y playa. 

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