El Gobierno marroquí maniobra para evitar nuevas rebeliones populares

Paco Soto

Pie de foto: El primer ministro de Marruecos, Saad-Eddine El Othmani.

El Gobierno del islamista moderado Saad-Eddine El Othmani está haciendo todo lo posible por evitar que después de lo ocurrido en el Rif, en el norte de Marruecos, estallen revueltas populares en otras regiones del país, sobre donde en las más pobres y marginadas. La represión policial y judicial no ha sido suficiente para frenar el ‘Hirak’ (movimiento de protesta) en el Rif, aunque con el paso del tiempo el cansancio de la población podría limitar los efectos del descontento ciudadano. Después de que el Rey Mohamed VI abroncara abiertamente algunos ministros por no haber sido capaces de aplicar el gran plan de desarrollo socioeconómico anunciado por el anterior Gobierno del también islamista y líder del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), Abdelilah Benkirane, El Othmani se ha visto en la obligación de maniobrar para evitar males mayores en el país.

Marruecos no se podría permitir otras rebeliones. Bastante tiene el poder con la del Rif, una región berberófona y tradicionalmente rebelde y hostil a la monarquía alauita. Con tal de evitar que el ‘Hirak’ se extienda a otras regiones del Reino, el Ejecutivo de El Othmani anunció las visitas de una serie de ministros a varias regiones. El objetivo: poner en marcha o acelerar planes de desarrollo económico y social que disminuyan el desempleo y la pobreza y limiten el descontento popular. “No estamos en los ‘años de plomo’ del reinado de Hasan II. La represión de las protestas sociales no es una vía inteligente. Esto lo ha entendido el Rey, y El Othmani, que es un político astuto, también. El desarrollo socioeconómico y el diálogo y la negociación son vías más adecuadas a la realidad de Marruecos en el siglo XXI”, comenta el politólogo Ahmed Alaoui.

Beni-Mellal y Khenifra, en el empobrecido Atlas, y tres zonas del Sáhara, en el sur, serán los primeros lugares beneficiados por el programa del Gobierno de Rabat. El pasado mes de mayo, varios ministros se desplazaron a Alhucemas para prometer inversiones y tratar de ponerle freno al ‘Hirak’. Algunos proyectos de desarrollo, que están en su fase de inicio y fueron inaugurados por Mohamed VI, se han retrasado considerablemente. Esta vez las visitas ministeriales no tuvieron efectos positivos para el Gabinete de El Othmani. En una declaración ante sus ministros, el jefe del Gobierno reconoció que “durante decenios”, algunas regiones, “por cuestiones históricas y geográficas”, no han recogido “los frutos del desarrollo”. En las últimas décadas, se han desarrollado espectacularmente las regiones del denominado “Marruecos útil”, como Casablanca, Rabat y Tánger y las zonas turísticas, y el Estado ha invertido grandes cantidades de dinero en el Sáhara Occidental. Pero amplios territorios del país siguen estando abandonados y sumidos en el subdesarrollo.

Pie de foto: Una carretera en el Atlas, en la región de Khenifra.

Primeras visitas

Saad-Eddine El Othmani aseguró que las primeras visitas ministeriales se llevarán a cabo la semana que viene en la región de Beni-Mellal y Khenifra. Después, los responsables gubernamentales viajarán a territorios del Sáhara para supervisar la marcha de una serie de grandes obras anunciadas por el monarca en enero de 2016. El pasado 5 de julio, el ministro del Interior, Abdelouafi Laftit, presidió en Rabat una reunión con walis (gobernadores), altos cargos y diputados de varias regiones potencialmente conflictivas. Una de ellas: el Sáhara Occidental, donde los independentistas afines al Frente Polisario reclaman su separación de Marruecos, al que consideran un Estado colonialista y opresor. Los problemas sociales en la antigua colonia española ya han provocado serios disturbios populares que en muchos casos han sido capitalizados políticamente por los partidarios del Polisario y la independencia.

Denuncia del Parlamento

La propia Cámara de Representantes (Parlamento) denunció en su sesión del 11 de julio que varios pueblos de regiones empobrecidas carecen todavía de agua potable. Esta situación genera un legítimo descontento social que en bastantes casos se transforma en cólera generalizada de la población. Por eso el Gobierno hace todo lo posible por evitar que esta situación se generalice a buena parte de Marruecos. El Gobierno cuenta con la plena colaboración de los consejos regionales y los principales responsables locales y territoriales. En otro orden de cosas, según la agencia MAP, Said Chaou, un narcotraficante de origen marroquí y nacionalizado holandés detenido en su país de adopción, no ha sido puesto en libertad. Algunos rumores difundidos en los últimos días aseguraron lo contrario. Así lo dio a conocer en su página de Facebook el periodista Mohamed Tijini. Chaou, que es rifeño de nacimiento, está acusado por los aparatos de seguridad marroquíes de haber financiado e intentado teledirigir desde los Países Bajos la rebelión que estalló en octubre de 2016 en el Rif.  

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