El movimiento berberista marroquí crea un observatorio contra el antisemitismo

Por Rachid Elalamy

Foto: El movimiento berberista marroquí impulsa el combate contra el antisemitismo

El antisemitismo, o mejor dicho el odio a los judíos, es en Marruecos y en muchos países árabes y musulmanes un fenómeno bastante extendido. El conflicto palestino-israelí ha creado una gran confusión en la población marroquí y muchos ciudadanos confunden el término sionismo, que no es más que una forma de nacionalismo expansionista, con judaísmo. Los islamistas y el sector panarabista de la izquierda marroquí se aprovechan de esta confusión para alimentar el antisemitismo. El pasado mes  de febrero, por ejemplo, una muestra sobre los judíos de origen español en el norte de Marruecos que acogió la sala de exposiciones del Instituto Cervantes de Tánger, fue muy criticada por algunos sectores sociales y políticos. Las críticas desembocaron en protestas callejeras en contra de la exposición. Marruecos no tiene relaciones diplomáticas con Israel. Así las cosas, un grupo de militantes del movimiento amazigh (berberista) constituyó en Rabat hace unos días un Observatorio Marroquí de Lucha Contra el Antisemitismo (OMLA). Este colectivo, que está presidido por el director del Festival Internacional de Cine sobre los Derechos del Hombre, Omar Louzy, que a la sazón es también un activista de la causa berberista, quiere luchar contra el antisemitismo y lograr que esta postura y el racismo sean catalogados como un delito en el Código Penal marroquí. Después de la polémica que provocó el anuncio de la participación de tres militantes del movimiento amazigh en un foro universitario en Tel Aviv, el citado observatorio puede poner aún más nerviosos a los antisemitas militantes. Dentro del movimiento berberista, también hay militantes que piden que Marruecos establezca relaciones diplomáticas con el Estado de Israel. OMLA pretende también consolidar los lazos con los judíos de origen marroquí que viven en Israel, unos 900.0000, según este colectivo, y animarles a que visiten Marruecos e incluso a instalarse en este país a los que lo deseen.

Reacción a una iniciativa

En declaraciones a la agencia EFE, Omar Louzy explicó que su observatorio es también una respuesta política a otra entidad que “apoya la idea de que los marroquíes no mantengan contacto con ningún judío, por lo que nosotros decimos: 'Basta'”. El colectivo que se opone a la normalización diplomática con Israel dejó claro en todo momento que no es antisemita, pero sí anti-israelí. “No tenemos nada contra los judíos, a excepción de los que ocupan Palestina y quienes los apoyan, y estamos muy orgullosos de la historia plural de Marruecos, árabe, bereber y hebrea”, declaró a EFE su presidente, Ahmed Uyhman. La mayoría de los partidos políticos marroquíes se oponen a que su país establezca relaciones diplomáticas con Israel. Además, si en tiempos de Hasan II Marruecos desempeñó un papel de mediador en el conflicto israelí-palestino, su hijo y actual rey, Mohamed VI, abandonó esta idea hace tiempo.

 

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