El Othmani consigue una coalición gubernamental con la derecha y la izquierda en Marruecos

Paco Soto

Pie de foto: El primer ministro de Marruecos, Saad-Eddine El Othmani.

El nuevo primer ministro islamista de Marruecos y número dos del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), Saad-Eddine El Othmani, consiguió en pocos días lo que no logró el líder de la citada formación y exjefe del Gobierno, Abdelilah Benkirane, en cinco meses tras ganar las elecciones legislativas del pasado 7 de octubre: perfilar un ejecutivo de coalición que englobe a partidos conservadores, como el Movimiento Popular (MP) y la Unión Constitucional (UC), a los centristas del Reagrupamiento Nacional Independiente (RNI) y a dos grupos de izquierda: la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) y el poscomunista Partido del Progreso y el Socialismo (PPS). Si las negociaciones no se tuercen, en los próximos días se constituirá oficialmente el nuevo gobierno. El Othmani es un hombre tranquilo y un político pragmático que sabe negociar y hacer concesiones. Su partido, el PJD, dirigirá el ejecutivo pero las demás fuerzas no serán meras comparsas de los islamistas.

Primera victoria

El politólogo Ahmed Alaoui explicó a Atalayar que “el Othmani ha ganado la primera batalla, ha conseguido reunir a partidos ideológicamente adversarios en torno a un mismo objetivo: formar gobierno y dar estabilidad política e institucional al país. Es una victoria para el primer ministro y número dos del PJD”. El Othmani ha sabido hacerlo “lejos de las cámaras [de televisión], de los medios y de los observadores”, señaló un diario digital local. Según el diario ‘Akhbar Al Yaoum’, el primer ministro nombrado por el Rey Mohamed VI formó hace unos días una comisión con importantes dirigentes del PJD, como el muy integrista Mustafá Ramid, Lahcen Daoudi y Mohamed Yatim, para negociar el nuevo gabinete con líderes de otras fuerzas parlamentarias. Para Othmani, la presencia de los socialistas de la USFP en el gobierno no constituye un problema. El caso del PPS es peculiar, porque este partido excomunista minoritario gobernó en dos legislaturas con Benkirane.

Pie de foto: Saad-Eddine El Othmani con líderes de partidos durante el proceso de negociación del gobierno.

Reconciliación entre adversarios

De momento, islamistas y socialistas parecen haberse reconciliado. Y es que el poder es atractivo para cualquier partido, y la debilitada USFP de Driss Lachgar estará más cómoda gobernando que en la oposición con fuerzas como el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM) y los nacionalistas del Partido Istiqlal (PI). Según el diario ‘Assabah’, la USFP tendrá dos carteras ministeriales. Por su parte, el rotativo ‘Al Ahdath Al Maghribia’ informó de que la presencia de la USFP en el gobierno no constituye “un complejo” para el muy conservador PJD. El PI fue descartado por El Othmani, porque este partido liderado por el polémico Hamid Chabat atraviesa una profunda crisis interna y se ha convertido en un foco de tensión en el panorama político marroquí.

El primer ministro consolida su poder

Así las cosas, seis partidos conformarán el nuevo gabinete después de cinco meses de bloqueo y enfrentamientos entre Benkirane y otras fuerzas, sobre todo con el RNI de Aziz Akhannouch. Abdelilah Benkirane quedó mal parado en esta crisis política e institucional. Incluso dentro del propio PJD. Sigue siendo el número uno del partido, pero ha perdido fuerza y margen de maniobra, y es probable que las rivalidades entre Benkirane y El Othmani se incrementen. El Othmani salió reforzado de esta crisis y su poder en el PJD se consolidó frente a la corriente más radical e intransigente. El primer ministro islamista empezará de buen pie su andadura gubernamental al haber conseguido una mayoría confortable para dirigir el país en la nueva legislatura. Los seis partidos que gobernarán Marruecos disponen de 240 diputados sobre un total de 395. “Queremos abrir un vasto horizonte lleno de esperanza y queremos gobernar para que los resultados beneficien a los ciudadanos y las ciudadanas”, declaró El Othmani.

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