El pánico se apodera de Malí tras la muerte de una niña por ébola

Por Lorenzo Medina
Foto: El Hospital de Kayes donde murió la primera víctima del ébola en Malí.
 
El pánico se ha apoderado de Malí tras la muerte de una niña de dos años por culpa del ébola. La víctima viajó a Malí con su abuela procedente de Guinea Conakry y falleció  en el Hospital de la ciudad de Kayes, capital de la región del mismo nombre situada a 510 kilómetros al noroeste de Bamako. En Malí, un país muy pobre y golpeado por el terrorismo yihadista y las tensiones políticas y sociales, sobre todo en el Azawad (región norteña), sólo se ha detectado un caso de ébola. Sin embargo, hay una gran preocupación en la población, que sabe perfectamente que el sistema sanitario público maliense no es precisamente el más moderno y avanzado de África. “Es normal que haya miedo, pero no hay que bajar los brazos”, advierte el doctor Lamine Diarra, consejero en el Ministerio de Sanidad de Malí. “La psicosis está en todas partes. En Estados Unidos, Barack Obama ha tenido que intervenir. Tenemos que tranquilizar a la población, y hacer que funcione el dispositivo que hemos puesto en marcha”, señala el doctor Diarra. En la ciudad donde murió la niña de dos años, según cuentan medios locales, el miedo al ébola se ha generalizado en la población. “La gente ya no se toca, nadie saluda dando la mano. En los hoteles se distribuyen geles antibacterianos y agua y jabón a los clientes”, cuenta un habitante de Kayes. En el centro hospitalario público de esta ciudad, el equipo médico del Ministerio de Sanidad, que cuenta con el apoyo de varios sanitarios extranjeros, trabaja a contrarreloj e intenta tranquilizar a la población. La información es una cuestión básica para hacer frente al ébola.  Lo saben bien en los tres países de África Occidental golpeados por esta epidemia: Guinea Conakry, Sierra Leona y Liberia.  “Si cunde el pánico todo será más difícil, hay que explicarle a la gente que el ébola no se transmite fácilmente. La psicosis es uno de nuestros peores enemigos. Desgraciadamente, hay mucho miedo, angustia, rumores e ignorancia, y eso no nos beneficia”, se lamenta un médico del Hospital de Kayes. 
 
Ayuda sanitaria
En la periferia de esta ciudad se encuentran  43 personas en observación en un centro sanitario, porque tuvieron contacto con la niña que murió de ébola. De momento, según los médicos, ninguna de esas personas aisladas se ha infectado. La Dirección General de Sanidad de Kayes, que se encuentra en la zona financiera de la ciudad, recibió durante los últimos días material sanitario para hacer frente al ébola: trajes de protección, equipos de desinfección, guantes… “Hemos declarado la guerra al ébola”, asegura un funcionario de este departamento. En el resto del país, fue detectado un caso sospechoso de ébola en un menor de siete años, en Bamako, pero el pasado fin de semana, los médicos pudieron descartar la enfermedad en ese  niño. El Ministerio de Sanidad afirmó que después de la niña de dos años que falleció,  no hay ningún otro caso de ébola en el país. Pero muchos malienses no se fían de lo que dicen las autoridades. Los llamamientos a la calma y la serenidad  que ha hecho el Gobierno de Bamako sirven de poco. “Lo que tiene que hacer la población es respetar las medidas de higiene preventivas”, destaca un responsable sanitario. En su opinión, “es la mejor manera de prevenir la infección, la higiene es un arma eficaz contra el virus”. Según señala el doctor Abdoulaye Ninin Coulibaly, director general adjunto del Centro Nacional de Lucha contra la Enfermedad en Malí, “lo más importante en términos de prevención es la información. Tenemos que comunicar con la gente para que el virus del ébola no sea visto como algo ajeno que no nos afecta directamente. Las poblaciones deben entender la importancia de las medidas de higiene. Por ejemplo, lavarse las manos y evitar contactos innecesarios son dos elementos básicos”. 
 
Nestlé se queda en África Occidental
Por otra parte, la multinacional suiza Nestlé anunció que no cerrará sus fábricas de África Occidental por la epidemia de  ébola, en contra de lo que han decidido otras firmas internacionales, que han cancelado temporalmente sus operaciones o compromisos tradicionales en la región. La mayor compañía de alimentación del mundo cuenta con ocho factorías de cacao y café en el continente, la mayoría de ellas localizadas en Ghana y Costa de Marfil,  principales productores de esos compuestos agroalimentarios. Precisamente, el último de esos dos países comparte frontera con Liberia y Guinea Conakry, que son, junto a Sierra Leona, los tres únicos Estados afectados hasta la fecha por el virus, con más  de 4.500 muertos por esa causa. No obstante, responsables de Nestlé admitieron sus reservas respecto a sufrir interrupciones en sus cadenas de producción por alteraciones en los suministros o en los transportes que acarrean sus procesos si se extendiera la epidemia hacia los países donde está implantada la multinacional, y  resaltaron como referencia algún caso de contaminación detectado en una importante ruta comercial con Malí en los últimos días. Así las cosas, la dirección de Nestlé mostró su disposición  a evitar cualquier tipo de especulación al respecto y aseguró que confía  en el control que llevan a cabo las autoridades sanitarias marfileñas y ghanesas. Las fábricas de la marca en la región producen con normalidad sus bebidas de chocolate, café instantáneo, leche en polvo, cereales y agua mineral, aunque comienzan a enfrentarse a ciertas dificultades derivadas de la emergencia en la zona.

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