El Parlamento egipcio aprueba la extensión del mandato de al-Sisi hasta 2030

Henar Hernández

Pie de foto: El presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi, en el el Parlamento de Egipto. PHOTO: Presidencia egipcia Oficina de medios a través de AP

El Parlamento de Egipto ha aprobado este martes unas enmiendas constitucionales, entre las que se incluye la extensión de la duración de los mandatos presidenciales a los 6 años en lugar de los 4 actuales y la posibilidad de ser elegido para un segundo mandato, también de 6 años. Lo que estaría buscando el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi con este trámite legislativo es poder mantenerse en el poder hasta el año 2030, prolongando su mandato actual – que termina en 2022 – hasta 2024, y presentándose de nuevo a las elecciones que se celebrarían ese año.

A mediados de febrero, el Parlamento ya sometió a una primera votación el proyecto de ley que introducía dichas reformas a la constitución. Los nuevos textos fueron aprobados por una amplísima mayoría: 485 votos a favor de un total de 596 diputados. Sin embargo, la reforma también incluía otros puntos “más aceptables”, como la creación del cargo de vicepresidente y el establecimiento de una cuota del 25% de representación femenina.

Tras la primera votación, las enmiendas fueron aprobadas del mismo modo por el comité legislativo parlamentario encargado de la cuestión y este martes es cuando se se ha enfrentado a la cámara en su totalidad, como marca el procedimiento legal egipcio. Ahora, y después de haber pasado el corte del Parlamento con dos tercios de votos a favor – lo que era previsible, pues en dicha instancia los diputados leales a al-Sisi representan la mayoría – se debe convocar un referéndum, que se celebraría a finales de abril, para ratificar estas medidas y que, así, puedan entrar en vigor.

Pie de foto: El presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi (CL) dando un discurso durante su juramento en la ceremonia de un segundo mandato de cuatro años en el cargo. AFP PHOTO/HO/EGYPTIAN PRESIDENCY

Además de la extensión del mandato presidencial, las enmiendas también contemplan, por un lado, la creación de una segunda cámara legislativa a modo de Senado, que estaría formada por 180 miembros y que permitiría al presidente nombrar a los jueces y al fiscal general. Por otro lado, las medidas postulan la modificación del artículo 200 de la Constitución, a través de la incorporación de la siguiente frase: el deber del Ejército es proteger “la Constitución, la democracia, la estructura fundamental del país y su naturaleza civil”. Esto ha levantado recelos, pues algunos expertos aseguran que esto le proporcionará a las Fuerzas Armadas un mayor nivel de influencia en la vida política de Egipto. En esta línea, Haithman Hariri, diputado opositor, ha alertado de que “estas enmiendas son como una bomba que hará saltar por los aires el camino democrático” en el país.

La sociedad civil ya ha empezado a organizarse en contra de la votación del Parlamento y el consecuente referéndum, puesto que los críticos con la Administración al-Sisi han expresado que “no será libre ni justo” porque el presidente “está desesperado por mantenerse en el poder”. En esta línea, un grupo de opositores había lanzado una petición online para declarar nulos el resultado de la votación y el referéndum. La página web, que alcanzó más de 60.000 firmas, fue bloqueada por las autoridades, aunque estas no pudieron evitar la difusión del mensaje por otras plataformas sociales, como Telegram, que incrementó el número de firmas a 250.000.

En este sentido, el Parlamento aprobó, en marzo de 2019, una enmienda a la Ley antiterrorista del año 2015, que postula que cualquier persona que escriba online – en una red social como Twitter o Facebook - “una idea extremista”, o incite a llevar a cabo acciones contra los intereses del Estado, será castigada con penas de, al menos, 10 años de cárcel.

También en marzo de este año, Amnistía Internacional publicó un informe en el que alertaba de que defensores de los derechos humanos en Egipto y críticos con el presidente habían sufrido ataques cibernéticos a modo de ‘phising’, un método utilizado para el robo de datos e información personal. Rami Raouf, miembro de la entidad, declaró que “los ataques cibernéticos parecen ser parte de una campaña en curso para intimidar a los críticos egipcios y silenciar sus voces”, pues las acciones se intensificaban cuando tenía lugar un evento político importante.

Human Rights Watch ha denunciado, asimismo, que al-Sisi “ha presidido la peor crisis de derechos humanos en Egipto en las últimas décadas, incluida la impunidad casi total por los abusos cometidos por las fuerzas militares y de seguridad y las severas restricciones a los derechos civiles y políticos”. Además, Michael Page, el subdirector de Medio Oriente y África del Norte de la entidad, ha advertido que “la luz verde a las enmiendas constitucionales […] institucionalizan aún más el autoritarismo”.

Más en Política