El Parlamento libio fija las elecciones el 25 de junio en plena crisis política y militar

Por Paco Soto

El vicepresidente segundo del Parlamento de Libia, Saleh al Majzum, anunció que las elecciones legislativas se celebrarán el próximo 25 de junio, a pesar de la grave crisis política y territorial y de la inestabilidad militar que vive el país norteafricano. El objetivo, según Al Majzum, es “elegir a los mejores y más capacitados para asumir la responsabilidad de administrar el país”. La confirmación de la fecha de los comicios se produjo después de que la Comisión Suprema Electoral hubiera descartado ese día por considerar que era precipitado y de que hubiera propuesto la celebración de los comicios para mediados de julio. Libia, que durante 42 años sufrió el régimen despótico de Muamar Gadafi, atraviesa la mayor crisis política de su frágil transición a la democracia después de la sublevación militar protagonizada el viernes de la semana pasada por el general retirado Khalifa Hafter, que lanzó un ataque contra varias milicias armadas de la ciudad oriental de Bengasi. Este ataque, que coincide con un momento delicado de transición entre el Gobierno dimisionario de Abdalah al Zani y la designación de Ahmad Maitiq como nuevo primer ministro, ha acrecentado  el caos y la confusión en el país. En medio de un clima muy tenso en el que Ejecutivo  y Parlamento se responsabilizan mutuamente del actual bloqueo institucional, el general Hafter propuso  la creación de un Consejo Supremo para presidir el Estado, así como de un “gobierno de emergencia”  de cara a la elecciones legislativas.

Reacción  de Occidente

Así las cosas, las potencias occidentales observan con preocupación los últimos acontecimientos en Libia. Mientras, la sociedad libia está divida respecto a la sublevación del general Hafter y los islamistas lo acusan de haber querido organizar un golpe de Estado. Algunos observadores creen que Estados Unidos podría estar detrás  del general retirado. “No apoyamos ni aprobamos las acciones sobre el terreno” del militar golpista, aseguró un portavoz del Departamento de Estado. En cambio, la embajadora estadounidense en Trípoli, Deborah Jones, no quiso condenar la asonada militar, porque se mostró convencida de que Hafter declaró la guerra a grupos que probablemente fueron los responsables del ataque a la misión diplomática estadounidense en Bengasi, en 2012. Francia, que teme como Estados Unidos que Libia se convierta en la retaguardia de los grupos terroristas en el Sahel, guarda un prudente silencio, aunque el ministro francés de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, se entrevistó con Mahmud Jibril, jefe de filas de la Alianza de Fuerzas Nacionales y aliado del general Hafter. En el mundo árabe, Argelia expresó su profunda preocupación por la inestabilidad de Libia y la Unión Mundial de Ulemas, que refleja las posiciones oficiales de Catar, condenó el levantamiento militar.

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato