El plantón de Rusia a la OPEP dificulta un acuerdo para reducir la producción

Tania Juanes/diarioabierto.es

Pie de foto: Discrepancias en el seno del cártel

El posible fracaso de la cumbre de Viena daría más inestabilidad a los mercados bursátiles y de materias primas. Rusia ha anunciado que no acudirá a la cumbre de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que se celebra este miércoles 30 de noviembre en Viena. El comunicado, pese a que no ha sido una sorpresa, ha impactado en la cotización del crudo y de otras materias primas añadiendo inestabilidad y volatilidad -el Brent ha llego a caer en el entorno del 4%-, así como en la evolución de las petroleras en Bolsa.

Con este desplante al cártel, Rusia, el primer productor mundial, rebaja más las expectativas de que la reunión en la capital austriaca se cierre con un acuerdo para reducir el bombeo de petróleo. Una posible congelación parece ahora la medida más ‘radical’ que saldría de la cumbre.

La actitud del país que preside Vladimir Putin es casi la esperada desde que el ministro de Energía, Alexander Novak, manifestase la pasada semana que su Gobierno no estaba   dispuesto a reducir su producción, aunque sí a congelarla. Pero la cuestión es que el país euro-asiático está ahora en récords de bombeo, por lo que algunos miembros de la OPEP no aceptarán asumir decisiones más drásticas.

De no producirse cambios, el plan ruso puede impedir un acuerdo global como se planeó en meses pasados con el objetivo de equilibrar la oferta y la demanda en un mercado que está todavía saturado. Novak argumenta que la congelación es de hecho una reducción ya que supondría no poner en marcha los planes para elevar la producción en unos 300.000 barriles al día en 2017. Rusia niega que esté recibiendo presiones por parte de Arabia, pero el hecho es que los saudíes cancelaron días antes de las declaraciones del ministro ruso un encuentro programado.

Pero estos no es el único factor que puede impedir un pacto en el seno de la OPEP. Irán mantiene su plan de elevar su producción hasta volver a los niveles anteriores al embargo seguido por gran parte de la comunidad internacional. También Irak quiere descolgarse de eventuales recortes.

En este panorama de discrepancias dentro de la OPEP, con Irán enfrentado a Arabia en el conflicto del Yemen, se producen acercamientos por la vía de las afinidades geoestratégicas. Moscú ha anunciado una alianza con Teherán en materia de gas y petróleo con políticas coordinadas, pero sin especificar su contenido.

Desde Goldman Sachs se alerta de una posible caída del precio del crudo al entorno de los 45 dólares, mientras que, por el contrario, llegaría a los 60 dólares en el caso de un acuerdo efectivo

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