El repóker de Trump

Miguel Ángel Benedicto. Profesor Relaciones Internacionales/Te interesa

Trump no defraudó. Enseño rápido su repóquer de ases: populismo, antielitismo, proteccionismo, aislacionismo y unas dosis de mesianismo. El 45 presidente de los Estados Unidos ha sido fiel a sí mismo. Sus seguidores no pueden verse decepcionados después de un discurso políticamente incorrecto y poco institucional.

Comenzó Trump su alocución con un golpe al stablishment washingtoniano al que culpó de olvidar a los ciudadanos.  El magnate en su línea populista arengó a que el pueblo controle al gobierno. “La nación existe solo para servir a sus ciudadanos”.

El nuevo presidente enumeró los problemas que quiere solventar: la educación, crear empleos, aumentar la seguridad y reconstruir las infraestructuras del país, por supuesto, con mano de obra y empresas de los Estados Unidos.

Trump no defraudó y rápidamente pasó a su discurso proteccionista del América Primero. Se acabó hacer ricos a otros países mientras cierran las fábricas en Estados Unidos y se redistribuye la riqueza de la clase media en el extranjero. El presidente también abogó por proteger las fronteras del país y luchar contra la inmigración ilegal. Que se preparen en México parecía estar diciendo.

El nuevo inquilino de la Casa Blanca defendió su postura aislacionista en política internacional sin imponer la forma de vida americana a nadie salvo para erradicar el terrorismo islámico radical. No está dispuesto a dar dinero al ejército de otros países. Desde Europa resonaron con fuerza esas palabras y el lazo transatlántico de la OTAN pareció que temblaba con sus palabras.

También apareció el Trump mesiánico que quiere liberar a la tierra de enfermedades. El magnate habló para los suyos, que son más de 60 millones de votantes. Solo tuvo un mínimo mensaje de unidad cuando agradeció el proceso de transición al ex presidente Obama y al final del discursocuando aludió a blancos y negros, al patriotismo y a la bandera.

El presidente prometió prosperidad, no quejarse y pasar a la acción. Quiere devolver el sueño americano y hacer América grande de nuevo. Sin embargo, domar a la globalización no es fácil, adoptar recetas proteccionistas y romper con los aliados tampoco parece la solución. Quizás además del repóquer que nos enseñó, como buen improvisador y pragmático quizás lleve alguna otra carta bajo la manga. 

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