El reto de la inmigración

Servicio de Estudios de ‘la Caixa’/Capital Madrid / https://www.capitalmadrid.com/2016/10/21/44006/el-reto-de-la-inmigracion.html

La crisis de refugiados ha situado la inmigración en el centro de la agenda política europea. En los últimos eurobarómetros –las encuestas de opinión que lleva a cabo la Comisión Europea–, los ciudadanos sitúan la inmigración a la cabeza de su lista de preocupaciones, por encima del terrorismo y de la situación económica. El drama humanitario que constituye la ola de refugiados –Europa recibe unas 100.000 solicitudes de asilo por mes– ha desencadenado amplias muestras de solidaridad pero también ha evidenciado serias dificultades en la coordinación de una respuesta efectiva por parte de la Unión Europea (UE).

El re­fuerzo de las fron­teras ha per­mi­tido re­ducir las lle­gadas de so­li­ci­tantes de asilo a las puertas de Europa, sin em­bargo, más de un mi­llón de per­sonas con­ti­núan es­pe­rando una re­so­lu­ción a su so­li­citud y un des­tino para rehacer sus vi­das. Algunos paí­ses, los más atrac­tivos para los in­mi­gran­tes, han in­tro­du­cido con­troles tem­po­rales en sus fron­teras con otros es­tados miem­bros de la UE. En no­viembre está pre­visto que se re­visen estas me­di­das, pero la pre­sión po­lí­tica para man­te­nerlas será enorme.

Y es que, des­afor­tu­na­da­mente, in­mi­gra­ción y ame­naza te­rro­rista con­tri­buyen a crear un caldo de cul­tivo pro­picio para dis­cursos po­pu­listas de ca­riz, más o menos abier­ta­mente, xe­nó­fobo. Hace unos días, el Gobierno de Hungría or­ga­nizó un re­fe­réndum en el que pre­gun­taba «¿Quiere que la UE dis­ponga, sin el con­sen­ti­miento del par­la­mento hún­garo, sobre el asen­ta­miento de ciu­da­danos no hún­garos en Hungría?». En el Reino Unido, las res­tric­ciones a la in­mi­gra­ción eran uno de los puntos prin­ci­pales de los par­ti­da­rios del bre­xit. En EE. UU., Donald Trump pro­pone la de­por­ta­ción ma­siva de in­mi­grantes ile­gales y fuertes ba­rreras a la in­mi­gra­ción. Se trata de dis­cursos fá­ciles que apelan al miedo al te­rro­rismo y a pre­jui­cios sobre la in­mi­gra­ción de­ri­va­dos, como poco, de una vi­sión par­cial de la misma.

Los pa­trones de­mo­grá­ficos ase­guran que la in­mi­gra­ción se­guirá siendo una cues­tión cen­tral en Europa más allá de la ac­tual crisis de re­fu­gia­dos. No en vano, Europa ne­ce­si­tará un flujo con­tinuo de in­mi­grantes si desea pa­liar los efectos del en­ve­je­ci­miento de la po­bla­ción. Por otra parte, al otro lado de nues­tras fron­teras están África y Oriente Medio, re­giones mucho más po­bres y en las que el cre­ci­miento de la po­bla­ción en edad de tra­bajar y emi­grar (entre 15 y 44 años) va a ser el más alto del mundo en las pró­ximas dé­ca­das. Por todo ello, re­sulta esen­cial man­tener un de­bate se­reno en el seno de la UE para trazar una es­tra­tegia que per­mita ges­tionar una realidad que está aquí para que­darse. Dicho de­bate, además de tener en cuenta los be­ne­fi­cios que aporta una in­mi­gra­ción or­de­nada, de­berá ex­plorar en pro­fun­didad las sus­cep­ti­bi­li­dades que la in­mi­gra­ción ge­nera entre la po­bla­ción au­tóc­tona.

En ese sen­tido, el Dossier de este Informe Mensual con­trasta al­gunas de las per­cep­ciones y de los pre­jui­cios en torno al fe­nó­meno mi­gra­to­rio. Por ejem­plo, se cons­tata que los ciu­da­danos tienden a so­bre­es­ti­mar, por mu­cho, el peso de la po­bla­ción in­mi­grante en sus so­cie­da­des. También tienden a creer que los in­mi­grantes tienen un efecto ne­ga­tivo sobre las con­di­ciones la­bo­rales de los tra­ba­ja­dores na­ti­vos, tanto en sa­la­rios como en tasas de em­pleo. La evi­dencia em­pí­rica, sin em­bargo, no apoya esta con­je­tura de forma con­clu­yente y sí que con­firma, en cam­bio, que la in­mi­gra­ción fa­vo­rece la in­cor­po­ra­ción de la mujer al mer­cado la­bo­ral. Los es­tu­dios dis­po­ni­bles tam­bién des­mienten que la in­mi­gra­ción su­ponga un coste neto para el erario pú­blico: lo que aportan los in­mi­grantes pa­gando im­puestos tiende a com­pensar los be­ne­fi­cios que re­ci­ben.

Uno de los ar­tículos del Dossier in­cide en el que se­gu­ra­mente es el as­pecto más im­por­tante de las po­lí­ticas de in­mi­gra­ción: las es­tra­te­gias para la in­te­gra­ción de los in­mi­grantes en el mer­cado la­boral y, en de­fi­ni­tiva, en la so­ciedad que los acoge. Sin duda, una co­rrecta in­te­gra­ción es fun­da­mental no solo para una buena con­vi­vencia sino para la misma sos­te­ni­bi­li­dad, so­cial y po­lí­tica, de los flujos mi­gra­to­rios.

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