El rey Mohamed VI pide a los imanes que se abstengan de hacer política

Por Amina Adib
Foto: Un decreto del rey Mohamed VI obliga a los imanes y predicadores marroquíes a no hacer política.
Según la religión cristiana, cuando algunos discípulos le preguntaron a Jesús si consideraba justo pagar tributo al poder político romano, el predicador judío que murió en la Cruz contestó: “Pagad pues a César lo que es de César, y a Dios, lo que es de Dios” (Mateo 22:21). Los estudiosos del cristianismos creen que Jesús quiso decir que hay que separar los temas terrenales de los espirituales. Por entonces, el César era el cruel emperador romano Tiberio, máxima autoridad del Imperio. A lo largo de la historia de la humanidad, cuando la religión se ha mezclando con la política, ha dado resultados nefastos. En el mundo occidental judeocristiano España es un claro ejemplo negativo de la mezcla inadecuada del factor espiritual con la cosa pública. Toda persona religiosa tiene derecho a tener ideas política y a manifestarlas públicamente, pero no a imponerlas en nombre de Dios. La historia del islam está plagada de ejemplos negativos en esta línea y Marruecos no es una excepción. A pesar de los intentos de algunos sectores del poder y de la sociedad por convertir el islam en un instrumento de lucha política, muchos marroquíes rechazan la mezcla explosiva de religión y cosa pública. En Marruecos, la máxima jefatura del Estado alienta a los representantes del islam a no utilizar a Dios en las batallas partidistas y no manipular sentimientos y creencias. 
 
Acción reformista
El rey Mohamed VI, que es el jefe de los creyentes en Marruecos (Amir Al Muminin), lleva años impulsando un dinámica modernista y reformista en materia religiosa. La tarea  no es fácil, porque el peso de la tradición es importante, los arcaísmos sociales y culturales no van a desaparecer de la noche a la mañana y el islamismo político hace todo lo posible por ganar la batalla de las ideas. Pero a pesar de estos problemas, la sociedad marroquí avanza.  En este contexto complejo y contradictorio, un dahir (decreto real) hecho público hace unos días prohíbe explícitamente a imanes y predicadores musulmanes compaginar su actividad religiosa con la política o el sindicalismo. Según algunos observadores, es una respuesta al auge del ultraconservadurismo religioso en el país y a la ofensiva yihadista en otros lugares como Siria, Irak o Egipto. El decreto deja en manos del rey Mohamed VI el monopolio del campo religioso. Esta decisión del soberano alauí pone freno a la anarquía general en materia religiosa y constituye “un refuerzo del proceso de control de los imanes y predicadores”, indica un experto. El texto real prohíbe formalmente a los imanes, que están bajo control del Ministerio de Asuntos Islámicos, toda  pertenencia a un partido  político o sindicato durante el periodo de ejercicio de sus funciones en las mezquitas. Además, los imanes y otros predicadores marroquíes tendrán que  abstenerse de expresar posiciones políticas  y evitar todo tipo de  acción susceptible de constituir un obstáculo a la práctica de los preceptos de la religión musulmana.

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