El sur y el sueño de Matug Aborawi

Por Andrea Grijalvowi
 
 
Pie de foto: Eduardo López Busquets, director de Casa Árabe, el pintor Matug Aborawi y el embajador de Libia en España, Mohamed Alfaqeeh Saleh
 
No existe mejor forma de comunicación entre humanos que el arte, a pesar de todo. Esta lección la conoce bien el pintor libio Matug Aborawi. Con su pintura podemos ver la desgarradora realidad tanto de libia como del mundo árabe a sus ojos. Es la primera vez que Casa Árabe acoge en Madrid una exposición individual de un artista libio, y permanecerá abierta hasta el 25 de enero de 2015. 
 
La realidad a ojos del pintor
El drama de la sangre derramada impulsó al pintor a querer abrir los ojos de la gente al ver sus cuadros. La obra, desarrollada hace 10 años, forma parte de la colección “Mis sueños de Granada”, pintada entre 2005 y 2010. Granada, ciudad inspiradora para Matug Aborawi, fue la residencia escogida por el artista, además de otras como Málaga y Motril, para plasmar el drama de las pateras y la inmigración en España. En sus cuadros se ven personas desfiguradas, barcos, aves y el mar. Pero, sin duda, el acontecimiento que marcó la obra de este pintor libio fue la “Primavera Árabe”. Según él mismo, le afectó positiva y negativamente: “fue positivo porque pude pintar pero negativo porque lo pasé mal”. Para él fue muy duro y así lo plasma: gente muerta, mártires, personas que no mueren, pues para él son eternas. En resumen, nos dice, “personas engañadas por gobiernos corruptos”. La revolución, según Aborawi, dejó de serlo para convertirse en una guerra por el poder.
 
Un pintor de mundo
Muy viajero, Matug Aborawi ha recorrido países como Venezuela, Argentina y Holanda, aunque dice querer mucho a España y al público español, del que espera una buena acogida y describe como “muy sociable”. Estudió Bellas Artes en Libia y se incorporó al departamento de Pintura. Ha organizado exposiciones en varios países del mundo. En 1996 expuso en el Instituto Francés de Trípoli una colección, conjunta con otros pintores, titulada “Entre la realidad y la imaginación”. Más tarde, en 1998, expone una colección individual bajo el título “Zero”. En el año 1999 expone en Venezuela invitado por el embajador de Venezuela en Libia. Ya en el año 2000 llega a España, instalándose en Granada, dónde sigue estudiando pintura y perfecciona su arte y comienza en el mundo del arte plástico, técnica utilizada en la exposición de Casa Árabe. 

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