España debe utilizar con más intensidad su capital en Oriente Medio

Javier Fernández Arribas

Pie de foto: José Manuel Cervera, director de la Fundación Tres Culturas, en la entrada de la sede de WOCMES en la Universidad de Sevilla. WOCMES abre puertas al diálogo político y económico.

Entrar en la Universidad de Sevilla, en el excelente edificio que albergara la Fábrica de Tabaco en tiempos no tan lejanos, nos transporta a un mundo excitante de actividad, de conocimiento, de relaciones entre gentes de muchos países, culturas y religiones y una exigencia propia: elegir bien entre las numerosas ofertas de debate, de cine, de libros, de música, de cultura y entendimiento que emerge de la celebración de WOCMES, el Congreso Mundial de Estudios sobre Oriente Medio que ha congregado a más de 3.000 expertos y asistentes de 91 países. Todo un desafío de organización para la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo con un equipo profesional muy eficaz, con iniciativa y las ideas claras de aportar análisis, debates, experiencias y conocimiento frente a una situación muy desestabilizada por conflictos e intereses que tantos sufrimientos causa, y que tanto nos afecta a todos.

José Manuel Cervera Gragera es el director de la Fundación Tres Culturas, y después de acompañar al consejero real marroquí André Azoulay a uno de tantos encuentros, explica con pasión y satisfacción lo que está pasando en WOCMES.

¿Se han cumplido las expectativas que tenía usted cuando se planteó la organización de este gran evento?

Pues la verdad es que sí. En su momento cuando presentamos la candidatura lo hicimos con mucha ilusión porque para nosotros organizar WOCMES era un enorme reto, pero debo decir que a estas alturas del congreso hemos superado todas las expectativas y creo que este WOCMES va a pasar a la historia como el de mayor representación. Tenemos más de tres mil inscritos, 91 países, 517 actividades académicas durante la semana y un nivel de participación altísimo. Realmente estamos muy satisfechos y creemos que vamos a terminar batiendo récords.

¿Qué significa para la Fundación Tres Culturas el haber podido abordar y que se esté celebrando este acontecimiento?

Bueno, en primer lugar, significa el cumplimiento de una parte de nuestra misión que es contribuir al entendimiento. Eso significa que para entender hay que conocer y hoy toda esta Universidad de Sevilla la tenemos convertida en un templo del conocimiento entre distintas culturas y aportaciones de todo el mundo sobre una zona especialmente sensible como es la de Oriente Medio y el Norte de África, y también el Mediterráneo. Significa también, por otra parte, confirmar nuestra capacidad de convocatoria que responde, por un lado, a la propia actividad de la Fundación Tres Culturas y también, por ser modesto, al hecho de que la celebremos en Andalucía y en Sevilla, que son lugares especialmente atractivos para todo lo que tienen que ver con esta área del mundo.

Eso significa también que Sevilla y España es una referencia muy notable para todas las personalidades de estas regiones.

Sí, yo creo que España, Andalucía por supuesto, pero España en general tiene un enorme capital que deberíamos saber de utilizar con más intensidad y ese capital viene de toda una serie de circunstancias mezcladas que, al fina,l pues coinciden digamos en un hecho objetivo. Son circunstancias como nuestra propia situación geográfica, que estamos un poco a caballo entre el Mediterráneo y el Atlántico, entre el norte y el sur, en la salida o la entrada del Mediterráneo, somos la puerta de entrada hacia África, hemos sido como país recipiendario de toda una serie de civilizaciones y culturas que se han ido mezclando entre nosotros. 

Hay una relevante historia común…

España tiene un eco de evocaciones casi mágicas para varias culturas, como es la evocación de Al-Andalus y también la evocación de Sefarad, que son, digamos, dos grandes en cierta medida mitos, pero también realidades de la Historia que nos dan un peso enorme de simpatía y de apoyo entre millones y millones de personas de todo el mundo. Y yo creo que este congreso confirma que ese capital puede ser utilizado en beneficio de nuestro país, de su papel como puente y como lugar de entendimiento, para el encuentro, para el debate, para la reflexión, y me parece que una lección que podemos sacar de este congreso es que tenemos que activar al máximo todos los mecanismos de encuentro para que España sea eso, un lugar donde unos y otros podamos encontrar un lugar para el diálogo.

Además, el Rey, el día de la inauguración, expresó el compromiso de España para buscar respuestas, soluciones políticas y económicas a las situaciones ahora tan complicadas en estas regiones.

Sí, porque la verdad es que el Mediterráneo, todo Oriente Medio que ha sido cuna de civilizaciones, de lenguas y cuna también de las tres grandes religiones del Libro, y que durante muchos siglos ha dado a todo el mundo arte, arquitectura, filosofía, matemáticas, poesía…desgraciadamente ahora es noticia en muchas ocasiones, como también lo ha sido, no nos engañemos, en otros momentos de la Historia. Ahora desde luego es noticia por situaciones muy trágicas de guerras, terrorismo, enfrentamiento, desigualdad, refugiados y son problemas reales, que están ahí, y a esos problemas reales hay que buscarles solución, porque lo que no cabe es resignarse como si estas cosas ocurrieran por una especie de cataclismo histórico ante el que nada se puede hacer. 

Seguro que algo se puede hacer…

Claro que se puede hacer, y se puede hacer desde Europa, se puede hacer desde el diálogo euromediterráneo, se puede hacer también desde el trabajo de otras potencias y es necesario avanzar en soluciones que tienen que ser sobre la base del dialogo porque las soluciones impuestas ya hemos visto que no funcionan tampoco. Es necesario avanzar en ese diálogo y este congreso, aunque es un congreso de carácter científico, académico, también abre puertas para ese diálogo y ese avance, y en la medida que podamos hacer una contribución nosotros estaríamos muy orgullosos de haberlo conseguido.

¿Podría usted destacar una contribución concreta, algo que a usted le gustaría que saliera de este congreso, algo tangible, práctico?

Bueno, yo creo que hay un conflicto que está aquí desde hace mucho tiempo, que es el conflicto israelo-palestino, está habiendo ponencias muy interesantes donde yo creo que se avanza en ir concretando iniciativas. Evidentemente nosotros no somos quien para lanzar una iniciativa de paz o retomar iniciativas de paz, pero si estamos viendo que hay un diálogo entre israelíes y palestinos aquí mismo que creo que por lo menos sirve para ir creando un ambiente más propicio en la sociedad civil y en las sociedades académicas para avanzar en esas soluciones y después yo creo que un tema muy importante que se está planteando en este congreso con mucha fuerza es el papel de las mujeres en los procesos que se están dando tanto en el norte como en el sur del Mediterráneo. 

Las mujeres se ganan a pulso un papel mejor

Las mujeres son una fuerza imparable de cambio de las sociedades y aquí estamos viendo con mucha claridad a través de una gran multitud de ponencias, de paneles, de posters, de presentaciones, que, en todos los aspectos de la vida, en la judicatura, en la política, en la economía, en todos está siendo cada vez más determinante el papel de las mujeres. Normalmente en aquellos lugares donde las mujeres tienen más presencia son más pacíficas, más avanzadas y más laboriosas. Yo creo que este congreso también señala un camino en esa dirección.

Decía usted que no son quién para plantear propuestas, pero sin embargo quizá el poder político y sobre todo el poder económico debería tener más en cuenta este tipo de iniciativas de la sociedad civil que pueden ser muy académicas, muy científicas pero que responden al sentir de muchos pueblos y de muchas personas.

Creo que las decisiones políticas en términos generales, no deben estar basadas en apriorismos ideológicos sino actuar sobre las realidades fácticas que hay, y este congreso como mínimo está describiendo esas realidades fácticas, su evolución en el pasado y también su posible evolución en el futuro en un cierto ejercicio de perspectiva que hacen bastantes paneles. Yo creo que los poderes públicos de diversos tipos, que tienen su legitimidad democrática en la mayoría de las ocasiones, deben de tener en cuenta estas opiniones. Actuar sobre como decía antes apriorismos políticos e ideológicos, en general sólo conduce a agudizar los conflictos. Cuando se quiere sanar un cuerpo y hay que operarlo, hay que operarlo sobre el propio cuerpo, no sobre la invención que uno hace o la recreación ideológica que cada uno haga. Hay que conocer bien la realidad para poder actuar sobre ella.

Pensando en el norte de África, ¿España, los españoles deberíamos ser más conscientes de la riqueza, de las posibilidades, de las oportunidades, de la colaboración y también de los problemas que tenemos con nuestros vecinos del norte de África?

En general, en la opinión pública española somos más conscientes de los problemas que de las oportunidades y creo que eso es un error, porque problemas hay y va a seguir habiendo probablemente durante mucho tiempo, pero a la vez, hay un amplísimo abanico de oportunidades en todos los terrenos, en la colaboración económica por supuesto, que cada día es más intensa, pero también en la colaboración entre los jóvenes, en el empleo, en la colaboración académica y cultural, y España tiene una situación privilegiada. 

España puede y debe hacer más…

España goza de una enorme simpatía y debería de invertir más, no me refiero solo en términos económicos, que también, si no en términos de esfuerzo político, institucional, de la propia sociedad civil para acercarnos a estos países, sobre todo los del Magreb, y especialmente Marruecos que está haciendo una muy importante política africana, para que Marruecos también nos sirviera a nosotros los españoles para poder penetrar mejor en lo que sin duda va a ser el continente del futuro, que es África. 

¿Por qué el futuro pasa por África?

Porque si hace 30 o 40 años fue Extremo Oriente, China y Singapur los que tomaron un poco el relevo del crecimiento económico, creo que nadie debería tener dudas de que el futuro va a pasar por el crecimiento de África. Es el continente que más está creciendo en este momento y tiene un ritmo sostenido, y las realidades africanas están siendo muy distintas de las que tenemos en nuestro imaginario. Europa tiene que estar ahí presente, no lo está en suficiente medida, en absoluto. Está perdiendo terreno respecto a otras potencias y España dentro de Europa debería ser esa avanzadilla de esa presencia en África, y especialmente en el norte de África.

Sobre todo, invertir en todos los sectores para, por ejemplo, evitar que se de una situación tan delicada como la inmigración. Es algo elemental y este tipo de congresos pueden servir para eso.

La inmigración más masiva que se está produciendo ahora tiene fundamentalmente dos razones: una que es la económica y social en el sentido de que hay una gran desigualdad social y las gentes de todos los países en general aspiran a vivir mejor, pero también es derivada de la revolución comunicacional que se está produciendo en el mundo. Hoy, vayas donde vayas, estés en Marruecos, estés en Malí, estés en Senegal o estés en el Chad puede que a la gente, a algunos de ellos, les falte de comer, pero no les falta un móvil. La gente está muy informada y ve lo que está pasando en el mundo y también está más educada, porque no hay que olvidar que una gran parte de los inmigrantes, por ejemplo, subsaharianos que vienen a España, son gente con bastante formación y que están informados y que, por lo tanto, no vienen de resignarse de una situación de miseria. 

¿Cuál es la solución para evitar esos desplazamientos forzados? 

Estamos hablando de desplazamientos forzados en cierta medida, pues que no tengan que ser forzados, que los desplazamientos se produzcan de forma natural en el sentido de que haya gente que tenga movilidad, pero ahora mismo está forzado por la situación de miseria o de explotación o de guerras que se vive en algunos casos. Hay que atajar las causas de fondo. Creo que África necesita por parte de Europa una mirada más comprensiva y sería lo mejor para Europa que se planteara esa especie de Plan Marshal, que se ha sugerido en más de una ocasión y que sin duda contribuiría a que esas oleadas masivas no se produjeran. Por supuesto después hay otras actuaciones que también son importantes. 

Hay que combatir a las mafias que trafican con seres humanos…

Hay que luchar contra las mafias que trafican de forma miserable con vidas humanas, por supuesto, pero no hay que dejar de tener en cuenta que mientras exista ese abismo de desigualdad en el Mediterráneo esos desplazamientos se van a seguir produciendo porque está en la lógica de las personas el querer mejorar e incluso arriesgando su propia vida. Y Europa no puede pensar que esto se va a arreglar solo con meter medidas de seguridad. Hacen falta medidas de desarrollo bien pensadas y bien controladas, pero medidas que contribuyan a una cierta igualación de las condiciones de vida. Se va a tardar mucho, puede que décadas, para que, por ejemplo, el norte de África tenga el mismo nivel de vida que Europa, pero tampoco es imprescindible una igualación plena. Evidentemente cuando la gente tiene unos mínimos estándares de calidad ya no necesita moverse de su país.

Y otra cuestión que hay que trabajar y mucho para evitarla es la amenaza del terrorismo.

En ese terreno, por ejemplo, entre España y Marruecos hay una plena colaboración ejemplar entre los servicios de seguridad de ambos países, y quizá esa experiencia lo que había que hacer era extrapolarla también a otras zonas del norte de África o de Oriente Medio que puedan tener un poco un foco de violencia. Y después, no lo olvidemos, que muchos de los actos de terrorismo que se han cometido en Europa en los últimos años no han venido provenientes de esas zonas, si no que estaban en la propia Europa.  Tenemos que preguntarnos que no estamos haciendo bien para que personas que a lo mejor son ya de segunda o de tercera generación en nuestros países hayan encontrado esa especie de espita salvadora y suicida iluminada para sus problemas que en realidad pueden ser problemas sociales o de otro tipo y que, evidentemente, tenían que tener otra salida, no la del sacrificio estéril de la vida propia y sobre todo de la vida de los demás. 

¿Europa también tiene deberes que hacer…?

Europa tiene que preguntarse cómo somos capaces de hacer una sociedad más inclusiva donde los valores del conjunto de la sociedad sean más apreciados por todo el mundo y que esos valores no se entiendan como los de una parte mayoritaria impuestos sobre otros si no que esos valores democráticos, de respeto mutuo tienen que ser los valores de todo el mundo.

¿Está usted satisfecho del apoyo institucional que ha recibido tanto de las autoridades locales, regionales e incluso de las autoridades nacionales españolas a la hora de afrontar un reto con la relevancia y la repercusión que tiene WOCMES?

Un elemento muy positivo de este congreso es que hemos sabido aunar esfuerzos de muchas instituciones. Debo destacar, estamos en esta casa, la Universidad de Sevilla, que se ha volcado con nosotros, que nos ha brindado sus instalaciones que son formidables y además muy hermosas, pero también el Ayuntamiento de la ciudad, la Junta de Andalucía, la Diputación Provincial y el Gobierno de España. El Gobierno de España a través de instituciones como la Casa Árabe, que nos ha brindado un apoyo muy significativo, el Ministerio de Asuntos Exteriores, que también nos ha ayudado mucho en aspectos que pueden ser burocráticos pero que tienen también su relevancia como la tramitación de visados para muchísimas personas, y el respaldo de la Casa Real, que para nosotros, por así decirlo, nos ha abrumado porque ha demostrado la sensibilidad de la Corona hacia los temas que se plantean aquí y también hacia la propia Fundación. Nosotros contamos en nuestra Fundación con el alto patronato de Sus Majestades los Reyes de España y de Marruecos y la presencia del rey Felipe VI el lunes en nuestra Fundación nos ha llenado de orgullo y satisfacción. 

Es notable el apoyo privado a esta iniciativa

Hablando de la colaboración institucional debo decir que este Congreso es un ejemplo de colaboración publico privada, ya que han sido muchas las instituciones privadas que nos han apoyado. Instituciones con las que colaboramos habitualmente como la Obra Social “la Caixa” y otras empresas que se han estrenado su patrocinio con nosotros como es el caso de Alsa, la empresa de transportes que tiene mucha presencia por ejemplo en Marruecos y que también está patrocinando este Congreso. También en este terreno ha habido una sociedad civil que se ha volcado sobre el Congreso y yo tengo que agradecérselo.

Y de la gente porque el éxito de asistentes que vienen a escuchar y a aprender es muy elevado.

Eso al final es lo más importante porque un Congreso como su propio nombre indica es una congregación de gente, es un grupo de gente que se reúne, y si no hay gente no hay Congreso, y aquí hemos tenido una respuesta extraordinaria. Hemos sobrepasado los tres mil doscientos inscritos y eso, al final, es lo más importante. La gente nos apoya, nos da su calor y no solo el que se haya inscrito en el Congreso, si no también que haya estado participando de una forma muy, muy activa y está ocupando la ciudad porque por cualquier lado que vayas del centro de Sevilla te encuentras a congresistas que están también sabiendo disfrutar de la ciudad aprovechando que durante estos días tampoco hemos tenido un calor excesivo.

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato