Lucas Martín Serrano. Oficial en la Brigada de La Legión
El terrorismo es un fenómeno con el que Europa está muy familiarizada. Sin ir más lejos, sólo hemos de fijarnos en el detonante de la Primera Guerra Mundial; la chispa que hizo que se desencadenara el conflicto fue una acción terrorista: el asesinato del Archiduque Francisco en Sarajevo. Desde ese momento, especialmente en la segunda mitad del siglo XX, todos los países europeos han sufrido con mayor o menor virulencia el zarpazo del terrorismo.
Es por ello por lo que podemos afirmar que lo que estamos viviendo en la actualidad no es nada extraordinario. Por un largo periodo de tiempo el terrorismo ha sido parte de la vida de Europa. De hecho, durante los años 70 y 80, murió más gente víctima de ataques terroristas que en la década actual. Basta citar acciones como el atentado del grupo Septiembre Negro contra la villa Olímpica en Munich en 1972, la cadena de atentados llevada a cabo por el IRA en Dublin y Monaghan en 1974, el atentado de ETA contra la casa cuartel de la Guardia civil en Zaragoza, para corroborar esta afirmación.
Los ataques sucedidos en Cataluña han sacudido a una sociedad, la española, que hasta ahora se creía a salvo de la barbarie yihadista. Esta sensación de seguridad la proporcionaba, en gran medida, el buen hacer y los éxitos de las FCSE y de los servicios de inteligencia. Pero el golpe era inevitable. Era sólo cuestión de tiempo, y ya se ha materializado. La rápida actuación posterior a los ataques, neutralizando “aparentemente” a la célula encargada de llevarlos a cabo ha servido para, en parte, recuperar de nuevo esa sensación de seguridad.
Pero pasadas unas semanas, y estudiando en su conjunto todos los hechos, surgen preguntas y dudas. Es el momento de estas, y es el momento de tratar de comprender qué ha sucedido, siempre con la finalidad, no de buscar controversia o criticar, sino de encontrar la forma más eficaz de combatir a nuestro adversario.
1.- Introducción
Es un hecho demostrado que el ataque que planeaba el Daesh, porque es obvio que esta acción o conjunto de acciones, han sido ordenadas y planeadas por la cúpula del Daesh en Siria, no era el atropellamiento masivo en Las Ramblas. O al menos no era el único ataque previsto. Sus intenciones iban mucho más allá, y de haberse desarrollado todo como estaba previsto, estaríamos ante el mayor ataque jamás perpetrado por el Daesh en suelo europeo. Esto nos lleva inevitablemente a la primera pregunta: ¿por que en España?
De entre todos los países europeos, España no se ha señalado como el más proactivo en la lucha contra el Daesh en el terreno. De hecho, no ha participado en las campañas de ataques aéreos como si lo ha hecho el Reino Unido, Francia, etc. Nuestras Fuerzas Armadas se limitan a participar en la misión de adiestramiento del ejército iraquí. Por lo que no podemos entonces considerar los ataque sufridos como una represalia por nuestras acciones sobre el terreno.
Es cierto que, en el último año, las amenazas tanto del Daesh como de Al Qaeda contra España se han multiplicado. Según dato del CNI y las FCSE, esa amenazas directas o menciones en sus comunicados se multiplicaron por dos en 2016 . Las referencias a Al Andalus, como icono de la época de mayor esplendor del islam, siempre han sido recurrentes, pero ello sigue sin explicar por que el objetivo elegido fue España.
Para tratar de responder a esa pregunta fundamental, hay que responder antes a otra.
Rara vez, lo grupos terroristas o insurgentes llevan a cabo sus acciones de forma gratuita. Son demasiados escasos los recursos y demasiado alto el riesgo como para malgastarlos por el simple hecho de matar o destruir.
Es cierto que en algunas ocasiones las acciones se improvisan por diferentes motivos, pero son las menos. En lo que se refiere al Daesh podríamos englobar en eta categoría algunos de los ataques simples o aislados atribuidos a lo que la prensa ha venido en llamar “lobos solitarios”, término discutible y fenómeno que por sí sólo merecería un documento exclusivo y detallado.
Cada acción tiene una finalidad concreta que busca contribuir a la consecución final de los objetivos del grupo. Sea el que sea, ETA, GRAPO, Bader Mehinhoff, IRA, o Al Qaeda, para todos ellos, sus acciones violentas son sólo una forma de lograr el objetivo final del grupo, por descabellado que éste pueda parecernos. Y todos ellos saben que al final de un modo u otro habrán de negociar
En este punto hay que distinguir entre el uso de la violencia contra las fuerzas de seguridad, miembros del gobierno o estamentos oficiales y el uso de esta de un modo más indiscriminado contra la población civil. El objetivo que se pretende conseguir no es el mismo según el tipo de objetivo de que se trate. Y por lo general, en la escalada de violencia, suele seguirse ese orden: fuerzas de seguridad, estamentos oficiales, medios de comunicación y población civil.
Siguiendo esa línea, en primer lugar, se pretende golpear a quien defiende o protege a su enemigo, buscando por un lado mostrar la fortaleza, capacidad y determinación de quien realiza la acción, y por otro tomar una posición de fuerza para lograr posteriormente mediante la negociación, sus demandas. No importa de cuales se trate. Muy pocas veces, por no decir ninguna, el proceso termina aquí.
El siguiente paso es golpear estamentos oficiales. Se trata de mostrar la debilidad del oponente para protegerse y trasladar el temor físico a aquellos que de un modo u otro están en la cadena de toma de decisiones. Simple y llanamente se trata de elevar la presión en estos mediante el temor a convertirse en víctimas. Se apela al primitivo e inevitable sentido de supervivencia. En este punto, en ocasiones se consigue forzar esa “negociación”. Pero si eso no ocurre y se sube en el nivel de escalada, se entra en la zona más peligrosa. Y lo es para ambos actores, para el grupo terrorista porque es el punto en el que puede perderlo todo, el apoyo social que tenga y cualquier remota posibilidad de forzar una “negociación” si va demasiado lejos con sus acciones, si cruza el nebuloso umbral que separa el miedo de la rabia. Y para el Estado porque el hartazgo de una sociedad golpeada puede forzarle a doblegarse ante lo que sea que busquen los terroristas.
Se trata, ni más ni menos de quebrar la voluntad de lucha del oponente.
2.- El Daesh
Si nos fijamos, cuando se ha relacionado unas líneas más arriba a varias bandas terroristas, no aparece el Daesh. Esa ausencia es totalmente intencionada, y lo es por varios motivos. En primer lugar, porque el Daesh no se plantea en ningún momento negociar nada. No busca cambiar un régimen político, ni derrocar un gobierno o lograr la independencia de un territorio…objetivos comunes en los grupos terroristas que hemos conocido a lo largo de la historia. El objetivo último del Daesh es el establecimiento de un Califato Global. Y no contemplan otro escenario final que no sea ese.
Para ellos la implantación de un gobierno regido mediante la sharia no tiene discusión. Y, por lo tanto, no aceptarán nada que no sea ese status. Esto, como es evidente, parece un objetivo imposible, una ilusión. Pero el error es aproximarnos al problema con nuestra mentalidad occidental. Para el Daesh, que, desde su origen tiene vocación de Estado y como tal ha actuado, el tiempo no es un factor determinante. Y ahí está la clave. No se plantean un horizonte temporal para la consecución de sus objetivos. La falta de limitación temporal es una de sus armas más poderosas, que les permite planear sus acciones a muy largo plazo y hacerlo todo poco a poco. No tienen prisa.
Luego, entonces, ¿qué busca el Daesh son sus acciones? Busca quebrar esa voluntad de lucha, pero de un modo más profundo. Busca una desestabilización total. Una fractura entre las sociedades europeas y sus gobiernos y dentro de esas sociedades mismas.
Y por desgracia, España es un claro ejemplo de ello. Ya dimos muestras de esa debilidad tras los atentados del 11M, y podemos estar seguros de que el Daesh tomó buena nota de ello. No obstante, todo lo dicho anteriormente, todas y cada una de las acciones del Daesh están perfectamente pensadas, organizadas y siguen un perfecto patrón, incluso temporal.
Ha habido decenas de acciones del Daesh en suelo europeo, o al menos reivindicadas por este grupo, pero si tomamos como punto inicial los ataques de Paris de noviembre de 2015, por el salto cualitativo que supuso este ataque, y hacemos un recorrido por todos los posteriores: Bruselas, Niza, tren Amsterdam-Paris, Berlin, Londres y Barcelona, encontramos una pauta que separa cada uno de estos ataques entre tres y cinco meses, sucediéndose durante esos periodos de “inactividad” ataques de menor entidad y repercusión, que más parecen encaminados a “mantener la tensión”.
Su gran triunfo es la habilidad no sólo para sacar rédito a sus acciones mediante cuidadas campañas publicitarias, principalmente en la red, sino para dosificar estas de tal modo que no saturen a la sociedad que es su víctima y provoquen una reacción desmedida y que no puedan controlar. Han alcanzado el punto de equilibrio basado en causar el horror, temor, y hastío por sus acciones, pero sin llegar al hartazgo total y a la toma de decisiones drásticas. Aprovechándose de la debilidad moral de la sociedad occidental.
Porque este es otro punto muy importante, y que a menudo se olvida. El Daesh tiene un servicio de inteligencia interior y exterior perfectamente organizado y eficaz. Es perfectamente consciente de la situación política y social de aquellos lugares en los que actúa, no se escogen al azar, y tratan de calcular los efectos de sus acciones.
Por ello, y a pesar de los mensajes lanzados desde diversos medios, la elección de España, y más concretamente Cataluña para su última gran acción no ha sido fruto de la oportunidad o el azar. Y es esto lo que nos lleva a plantear la pregunta clave: ¿Por qué España y Cataluña más en concreto eran el objetivo del que iba a ser con toda seguridad el ataque más mortífero del Daesh en Europa?
Porque eso es exactamente lo que se estaba preparando. Aunque posteriormente haremos un recorrido cronológico por los hechos. Si el proceso de fabricación de los explosivos no se hubiera interrumpido de la forma en que lo hizo, ahora mismo estaríamos hablando de una tragedia de una magnitud incalculable.
3.- España como objetivo
Hay un hecho incuestionable; una operación de la magnitud de la que se estaba preparando en Cataluña no se puede improvisar. Y mucho menos se puede llevar a cabo, no sin el beneplácito de la cúpula del Daesh, sin su orden directa de ejecución. Tiene demasiadas implicaciones como para que se lleve a cabo de forma individual y necesita demasiados apoyos como para que sea algo oportunista.
Cuando se decide llevar a cabo algo así, lo primero que hacen los estrategas del Daesh, al igual que lo harían los de cualquier organización, es designar el objetivo, y ese objetivo se selecciona en función del beneficio que se obtendrá al atacarlo. La finalidad, como hemos visto, es causar la máxima desestabilización posible, luego hemos de entender que el Daesh interpreta que golpeando en España y específicamente en Barcelona, lograría un mayor efecto desestabilizador.
¿Pero por que es así?: El Daesh, al contrario de lo que podamos pensar, es una organización perfectamente estructurada, y dentro de esa estructura tiene sus propios servicios de inteligencia interior y exterior. Y como no puede ser de otro modo está al tanto de la situación política y vicisitudes de aquellos a lo que considera sus enemigos.
Y como no podía ser menos, es conocedor por un lado, de la situación que se vive en España en general, de la “debilidad” política de un gobierno necesitado de todo tipo de apoyos, de la ideología de aquellos que forman parte de la oposición y su posición respecto a la lucha contra el terrorismo, política migratoria, acogida de refugiados y demás, y, cómo no, de la situación en Cataluña con el problema secesionista, donde de nuevo, los que apoyan esa opción, muestran una, podríamos decir, mayor debilidad o menor dureza en lo que a la lucha contra el propio Daesh se refiere y en todos los tema citados.
Este es el tipo de situación en las que las tácticas del Daesh prosperan, donde sacan más provecho de sus acciones.
No podemos dejar de relacionarlo con la táctica mencionada en otros escritos (hacer referencia) del “ink spot” (mancha de tinta). El Daesh busca expandirse haciéndose fuerte en aquellas zonas en las que el descontento, el desapego al poder establecido y la inestabilidad han arraigado. Esas zonas, una vez controladas, poco a poco van expandiendo su zona de influencia hasta que, como pequeñas manchas de tinta, se van uniendo hasta conseguir cubrirlo todo.
La táctica empleada en sus acciones en Europa es muy similar. Con cada ataque van creando la sensación de intimidación, inseguridad, descontento… buscando esa desestabilización de la cual aprovecharse, pues un gobierno europeo convulso e inestable será indudablemente menos proclive, entre otras cosas a actuar contra ellos en cualquier parte del mundo, y, por otro lado, en una sociedad inestable es mucho más fácil seguir introduciéndose y afianzándose. Pero si parte de ese trabajo de desestabilización ya está hecho, como es el caso de Cataluña…las posibilidades de éxito de multiplican.
Luego aquí tenemos el principal motivo de por qué el Daesh pretendía atacar de esa manera en Barcelona.
Por lo general se piensa que el hecho de no participar activamente en los ataques y bombardeos de la coalición en Siria e Irak nos situaba en un segundo plano en la lista de objetivos de los yihadistas. Ahora vemos que eso no es un hecho determinante. De nuevo hemos de tratar de aproximarnos a su mentalidad.
Desde luego hay otras razones para ese ataque. Una de ellas es la eficacia hasta el momento de nuestras fuerzas de seguridad a la hora de localizar células e integrantes del Daesh en España, que ha llegado a convertirnos en el país que más detenciones ha llevado a cabo, golpeando no sólo a posibles células operativas sino al aparato propagandístico, financiero y de reclutamiento. Conseguir un éxito en España es un magnífico mensaje de consumo interno. Lanzan la idea de que están vengando a sus “hermanos” a los que no olvidan y la de que nadie está a salvo.
Otra es el mito de Al andalus. Para el Daesh España, como parte principal de lo que fue Al-Andalus, no es Europa, es tierra musulmana conquistada por los “cruzados”. Y reclama su derecho natural sobre esta tierra. Para sus adeptos es un icono, y para el Daesh, cualquier acción en una tierra que consideran que les ha sido arrebatada y que representa el momento de mayor esplendor del islam en la historia, significa por un lado lanzar un mensaje a los suyos de su compromiso con sus objetivos y, por otro lado, una oportunidad ideal para reclutar nuevos miembros, así como una fuente de inspiración para nuevas acciones.
Y en este punto, cuando hablamos del uso de los ataques como reclamo para reclutar combatientes es cuando enlazamos con lo mencionado en párrafos anteriores.
Entre otros argumentos, los yihadistas, para reclutar jóvenes, esgrimen entre estos que la islamofobia es un fenómeno creciente, que Europa es un lugar donde los musulmanes ya no son bienvenidos, una tierra donde puedan vivir en igualdad y practicar su fe sin ser discriminados y estigmatizados.
Una de las finalidades de los ataques en suelo europeo es precisamente aumentar esa sensación de islamofobia. Es inevitable que tras cada ataque se incremente el sentimiento de rechazo hacia el colectivo musulmán. No es objeto de este análisis profundizar en ese importante aspecto, pero es un hecho evidente.
Ese rechazo, aunque pueda parecer incongruente, es algo que busca el Daesh, pues es el que alimenta la radicalización principalmente de los más jóvenes y lo que le proporciona nuevos adeptos.
Crear esa corriente de opiniones encontradas en el seno de las sociedades europeas es abonar el campo para recolectar adhesiones.
Pensemos por un momento en otro hecho dramático en sí mismo, que ha contribuido a fomentar esa sensación de rechazo en los musulmanes. Nos referimos a las avalanchas de refugiados. Sin duda alguna ese masivo movimiento migratorio ha sido fomentado en gran parte por el Daesh. Y lo ha utilizado conscientemente como un elemento más para contribuir a la desestabilización de las sociedades europeas. Con efectos perniciosos incluso entre países miembros de la UE.
La combinación del problema de los refugiados, con todas las variantes que tiene el mismo y las diferencias que ha creado en el seno de la Unión Europea junto con los ataques en suelo europeo es la mezcla perfecta para lograr ese fin.
4.- Los hechos
El punto clave de lo sucedido en Cataluña es Alcanar. Esa pequeña localidad fue la elegida por el Daesh para fabricar los explosivos que pensaban utilizar para su ataque. Afortunadamente, el miércoles 16 de agosto, a las 23:30, un fallo durante la fabricación del TATP provocó una explosión que costó la vida a tres de los integrantes de la célula, frustró los planes de los yihadistas y precipitó los acontecimientos.
A nadie se les escapa que una operación de la magnitud de la que se estaba preparando no se improvisa en unos días, y mucho menos por un grupo de jóvenes casi recién captados por un imán local. Y este es un punto importante. El imán de Ripoll, ha sido señalado por los medios como el líder de la célula, pero probablemente su función no fuera más allá de identificar a los jóvenes proclives a radicalizar, e iniciar las primeras fases de ese proceso. Alguien de más nivel, formación y ascendencia debió ser quien completara la tarea.
Lograr que unos chavales alcancen tal grado de fanatismo que les lleve a estar dispuestos a participar como suicidas en un ataque con explosivos o a sacrificarse como lo hicieron en varias acciones de poca entidad, no es algo que esté a la mano de alguien con el perfil del imán Abdelbaki es Satty. Teniendo en cuenta además que en ese proceso de radicalización “exprés” es fundamental que tal como se culmina el proceso, se ejecute el ataque, pues la falta de una base sólida hace que las probabilidades de un retroceso en el mismo se multipliquen exponencialmente con el tiempo.
Pero regresando a la preparación del ataque. Una vez tomada la decisión y dadas las órdenes hubo de reconocerse el terreno para buscar una ubicación adecuada para organizar el mismo y preparar los explosivos. La novedad aquí la encontramos en el modo de hacerse con el inmueble, lo cual demuestra también el conocimiento profundo de la realidad social, pues se decidió “okupar” la vivienda. En cualquier país europeo, casi con toda seguridad, esto no habría sido una opción.
Probablemente, si nos retrotraemos a la fecha en que los yihadistas se instalaron en el inmueble, podremos tener una primera referencia sobre cuánto tiempo llevaban preparando los ataques.
En relación con este asunto, es interesante un dato, o, mejor dicho, otra pregunta, ¿Quién “okupo” la casa de Alcanar? ¿Quién residía allí de forma permanente? Ninguno de los miembros de la célula fallecidos o los tres detenidos, ya que todos eran vecinos de Ripoll. Y resulta complicado creer que el superviviente de la explosión, Mohamed Houli, un crío de 20 años fuese quien se hiciera con la casa.
Todos la frecuentaban, pero ninguno residía allí. Y es impensable que en una casa donde se está organizando un ataque tal y se están preparando más de cien kilos de explosivos no haya nadie permanentemente.
Del mismo modo que alguien realizó ese reconocimiento “logístico” para localizar la casa, también se hubieron de realizar reconocimientos de los objetivos. Tarea que sin duda debió ser realizada en una primera fase por personal preparado y con experiencia, para identificar tanto los itinerarios como el objetivo en sí, los posibles efectos de los ataques y las medidas de seguridad en torno a estos. Una vez aclarados esos puntos, los reconocimientos se repetirían con los ejecutantes.
La fabricación de los explosivos es otro aspecto determinante. Es cierto que el tristemente TATP es un explosivo de fabricación casera. Pero esa supuesta facilidad a la hora de elaborarlo se debe circunscribir a la facilidad para adquirir los componentes. Fabricar explosivos nunca es fácil, ni es algo que esté al alcance de cualquiera y, aun siendo así, una vez obtenido éste, montar un artefacto requiere unos conocimientos técnicos más elevados.
De nuevo en este punto, se hace cuando menos complicado, entender que unos jóvenes sin ninguna formación ni preparación previa fueran capaces de elaborar el explosivo a utilizar en tales cantidades (no olvidemos que estamos hablando de aproximadamente 100kg y después de armar los artefactos para que explosionaran, ya fuera mediante activación directa, mediante radiocontrol o por el método que fuera. Recordemos que la norma en este tipo de ataques es que el artefacto tenga dos modos de activación, uno de ellos, por lo general a distancia, y en manos de un “controlador”, para asegurarse la explosión de éste en caso de que el suicida dude o se arrepienta en el último momento.
Esto, como es obvio, aumenta la complejidad a la hora de la preparación, por lo que se nos hace casi imprescindible la aparición en escena de uno de esos “ingenieros” encargados de estos menesteres, el cual, hasta el momento ni se ha localizado ni identificado. Evidentemente, queda la incógnita de qué fue lo que causó la explosión anticipada de los explosivos. Parece, según declaraciones del único superviviente, que ésta ocurrió durante la fase de secado del mismo, lo cual nos lleva a pensar que, al ser una fase en la que no se necesita de ninguna acción técnica, esa persona encargada de montar los artefactos no estaba presente. Y eso cobra sentido, ese “ingeniero” sólo se desplazaría a Alcanar cuando su intervención fuera necesaria para el montaje de las bombas, lo que nos está indicando de la existencia de al menos otro piso franco al servicio de la red.
Y de nuevo un inciso. Entre los restos de la casa no se encontraron armas de ningún tipo. Resulta, cuando menos extraño, que un lugar que es el centro de operaciones de una célula terrorista y donde se almacenan 100kg de explosivos no esté protegido con personal armado para actuar frente a cualquier contingencia.
Pero, como todos sabemos, algo falló. O bien alguno de los jóvenes inexpertos cometió un error o un accidente fortuito hizo que todo el plan se viniera abajo. Y esto desencadenó los acontecimientos que ya conocemos.
A partir de ahí, la secuencia de hechos es muy interesante.
El mismo día de la explosión en Alcanar, pero por la mañana, el grupo alquiló dos furgonetas, previsiblemente para usarlas cargadas con los explosivos que estaban preparando. Este dato, unido a que el accidente se produjo cuando los explosivos estaban en la fase de “secado”, una de las últimas de su elaboración, nos indica que el ataque era inminente, que se produciría en las siguientes 48 horas.
Queda claro que la explosión trastocó todos los planes. A partir de ese momento podemos concluir que la célula se divide en dos grupos o, tal vez sería más apropiado hablar de tres.
Y surge otra pregunta: ¿Quién los organizó? Porque el que se supone que era su cabecilla había fallecido en la explosión.
No se puede pensar que las acciones llevadas a cabo tras la explosión fueron improvisadas sobre la marcha. Y la aparición de una de las furgonetas alquiladas en la localidad de Vic sustenta la hipótesis de que fueron tres los grupos que se organizaron.
En primer lugar, Mohamed Hichamy alquila el jueves por la mañana una Renault Kangoo, pero sufre un accidente y abandona el vehículo. Younes Aboyaaquob utiliza una de las furgonetas alquiladas el día anterior para realizar el atropello masivo en las Ramblas. Esta acción dio tiempo al resto de la célula a organizarse y dirigirse a Cambrils, mientras todo el foco de las fuerzas de seguridad estaba centrado en Barcelona.
Y un dato interesante es donde detiene Younes la furgoneta: justo a la altura del mercado de la Boquería, y, al contrario de lo que podría esperarse de un joven de 22 años que acaba de atropellar a decenas de personas, que se supone lleno de fanatismo y que debería estar cuando menos sobreexcitado, éste se baja tranquilamente del vehículo y se marcha caminando a través del mercado. Como así atestiguan las cámaras. Un mercado que no deja de ser un pequeño laberinto y que atraviesa caminando, pero sin dudar y dando la impresión de que sabía perfectamente adónde y por donde iba.
Resulta evidente que el lugar donde se detuvo no fue casual y que el mercado había sido objeto también de ese reconocimiento previo. ¿Estaba planeada la huida? ¿Era el atropello parte del plan inicial? Es probable. Es más, puede que activasen la única parte del plan inicial que aun podían llevar a cabo, pero con una finalidad muy distinta. Y la finalidad no era otra que dar tiempo a parte de la célula, esos elementos clave de verdad, los controladores y el encargado de montar las bombas, para huir. Ese es en toda estructura el personal crítico y al que hay que proteger a toda costa.
Es por ello por lo que el segundo ataque se produjera en un punto tan alejado del primero y, lo que es más importante, del lugar donde apareció la segunda furgoneta: Vic. Da la impresión de que la intención era alejar el foco de las FCSE y llevarlo hacia el sur, lo más lejos posible de ese preciso punto. ¿Quién uso esa furgoneta? ¿Quién la abandono allí?
Siguiendo con el ataque de Cambrils, el modo de llevarlo a cabo no encaja con la actitud que podría esperarse de aquellos que estaban organizando un ataque tan complejo. Usaron un vehículo improvisado. Atacaron un objetivo al azar y sin reconocer previamente. Parece que el único interés era llevarlo a cabo lo más alejado y al sur posible de Barcelona. Seguramente el lugar ni siquiera lo escogieran ellos. Pues el instinto lleva a cualquiera que pretenda hacer algo así a hacerlo en un lugar conocido, un lugar donde uno se mueva con comodidad. Y como colofón, el hecho grotesco e que adquirieran lo cuchillos en un comercio chino poco antes del ataque. Sencillamente no encaja.
Como vemos muchas preguntas que por sí solas construyen una historia lógica y que nos habla de un plan muy elaborado, con más implicados de los que conocemos y que nos demuestra una infraestructura muy profunda. Y como último aspecto para apoyar este último punto, hemos de regresar al atropello de las ramblas. Younes no sólo huyó tranquilamente, sino que estuvo tres días huido, sin que se tuviera rastro alguno de él. Y cuando apareció, lo hizo al aproximarse a una vivienda tratando de buscar a alguien conocido, con una ropa diferente a la que llevaba cuando huyó y con un chaleco explosivo falso que tampoco llevaba en ese momento. Es claro que tuvo apoyo y refugio.
5.- Conclusiones
En lo que se refiere a las conclusiones iremos, como ha sido la pauta, de lo general a lo concreto. El objetivo de cualquier grupo u organización terrorista es la desestabilización, y el Daesh busca lo mismo con ataques en suelo europeo. Y eso incluye desde luego a España.
El hecho de golpear en nuestro país es debido a que en el momento actual es considerado el punto más débil. El Daesh está en permanente búsqueda de objetivos, y no nos referimos a objetivos físicos que atacar, sino a zonas, países o lugares más proclives a crear ese efecto desestabilizador.
Del mismo modo que en la zona del Sahel el Daesh aprovecha aquellos lugares donde la situación económica, la desesperanza y el vacío de poder crean un caldo de cultivo perfecto para implantarse, en Europa busca aquellos lugares donde un ataque ayude en cierto modo a crear esas condiciones óptimas donde sus ideas puedan arraigar entre la población musulmana. Sus ataques buscan golpear allí donde según sus criterios la estabilidad social puede verse afectada más fácilmente, y llevarla así a entrar en esa espiral perniciosa en la que el rechazo a un ataque se transforma o vende adecuadamente como islamofobia, calando en los musulmanes tanto en Europa como fuera de ella el sentimiento de rechazo, lo cual a su vez los hace más vulnerables a aproximarse a los postulados más radicales.
Eso nos lleva a identificar como clave esos puntos de “fractura social” como países, lugares o situaciones que pueden convertirse en objetivos del Daesh.
Descendiendo al caso concreto de España y a lo sucedido en Cataluña, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que ese y no otros fue el motivo para elegir el blanco. El terreno abonado era perfecto para sus intenciones. Y es por ello que buscaron asestar el más duro golpe posible. Golpe que debió llevar meses de preparación y que difícilmente pudo ser ideado, planeado y diseñado por un grupo de jóvenes sin experiencia alguna.
Del mismo modo, esto ha puesto en evidencia la existencia de una sólida infraestructura en la región, que les ha permitido moverse sin ser detectados, establecer una base de operaciones preparar más de 100kg de explosivos y, cuando han tenido un imprevisto, reaccionar creando el suficiente caos como para conseguir parcialmente sus objetivos y permitir la huida de parte de los integrantes de la célula.
Esto nos lleva a concluir que, por un lado, sólo la unidad a todos los niveles, así como una sociedad fuerte, tanto en sus convicciones como en su respuesta puede protegerse de este tipo de ataques, y que son precisamente esos mismos factores los que pueden ejercer como la mejor vacuna para evitarlos, pues nuestro enemigo nunca atacará, nunca malgastará sus recursos en un objetivo que le sea estéril en su más deseado botín, la desestabilización.
Bibliografía
- “Terrorist Trends in Europe” Geopolitics/Geopolitical futures, Keeping the future in focus. https://geopoliticalfutures.com
- “Reflections on the terror attacks in Barcelona” Sergio Carrera, Elspeth Guild, Valsamis Mitsilegas. Policy Insights. CEPS nº2017-32 Agosto 2017