Fallece Miguel Pajares, el sacerdote español enfermo de ébola

Redacción Atalayar 
Foto: El sacerdote Miguel Pajares estaba siendo tratado en un hospital madrileño  con un medicamento experimental de Estados Unidos. 
 
El sacerdote  Miguel Pajares contagiado de ébola, falleció este martes en el Hospital Carlos III de Madrid, según  informaron  fuentes del centro sanitario. El religioso había sido repatriado desde Monrovia (Liberia) y estaba recibiendo el medicamento experimental ZMapp, que se puso el  10 de agosto a disposición de los médicos del hospital madrileño  tras ser autorizado por el Ministerio de Sanidad. El medicamento experimental fue administrado con éxito a varios pacientes en Estados Unidos, según confirmó este lunes el director de Juan Ciudad ONGD, José María Viadero. El suero, nunca antes probado en humanos, es producido a base de anticuerpos creados en la sangre de ratones que se adhieren a las células infectadas con ébola para evitar su avance. Desde que fue repatriado desde Liberia, Pajares  había permanecido “estable”, según las últimas informaciones sobre su estado de salud aportadas por su orden religiosa y su familia. En las últimas horas, no tuvo fiebre ni hemorragias, uno de los mayores riesgos del virus. Junto al religioso fue repatriada desde Liberia en un avión medicalizado fletado por el Gobierno español la monja Juliana Bonoha, quien por el momento no tiene síntomas de infección, ya que los dos análisis que le practicaron para saber si estaba infectada con el virus del ébola dieron negativo. El Hospital Carlos III  anunció que este martes se le practicará un tercer test y se podrá conocer si está contagiada. La muerte del sacerdote español, que tenía 75 años, se produjo después de la de sus compañeros religiosos George Combey y Chantal Pascaline.  
 
Carga viral 
Según señalan los médicos y expertos, la carga viral y el estado del paciente influyen en la rapidez con la que avanza la enfermedad y esa velocidad es clave, pues el cuerpo humano puede no tener tiempo suficiente para generar anticuerpos, que son células que fabrica específicamente para atacar y eliminar el virus.  Cuando una persona, como era el caso del sacerdote español, sufre además una enfermedad previa tiene más riesgo de fallecer debido a que su organismo no está en buenas condiciones como para responder a una infección de estas dimensiones. El virus tiene una gran capacidad de multiplicarse rápidamente en el cuerpo humano y, una vez allí, bloquea el sistema defensivo, lo que por sí mismo puede originar la muerte. Pajares contrajo la infección al estar en contacto con un infectado, el director del Hospital San José en Monrovia, el camerunés Patrick Nshamdze.  
 
Más de 1.000 muertos 
El virus del ébola ha matado a 1.013 personas y 1.848 están infectadas, según el último balance de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estados Unidos envió el suero experimental que se administró con éxito a dos estadounidenses a Liberia, uno de los países más golpeados por el ébola. Washington tomó esta decisión tras haberlo solicitado la presidenta de Liberia,  Ellen Johnson Sirleaf, el pasado 8 de agosto, a su homólogo estadounidense, Barack Obama. La agencia de la salud de la ONU todavía no ha tomado una decisión oficial sobre la oportunidad de utilizar medicamentos experimentales con enfermos de ébola. La muerte del sacerdote español añade aún más complejidad al asunto. “¿Es ético emplear medicamentos en fase experimental? Y si lo es, ¿en qué condiciones podemos administrar este tratamiento y a quién podemos tratar?”, se pregunta Marie-Paule Kieny, ayudante  del director general de la OMS.

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