Francia pide a los empresarios marroquíes que inviertan en territorio galo

Redacción Atalayar
El embajador de Francia en Rabat, Charles Fries, pidió a los empresarios marroquíes que inviertan en territorio galo. El diplomático hizo esta petición durante un seminario organizado en Casablanca –la capital económica de Marruecos- bajo el lema “Invertir en Francia”. Fries, que es un embajador de la máxima confianza del presidente francés, François Hollande, señaló que “Marruecos ha hecho considerables progresos a nivel económico en los últimos años y cuenta con un capital que podría ser invertido en el extranjero”. Por ello,  el embajador expresó el deseo de París  de ver a los empresarios marroquíes invertir en Francia. En la misma línea, Fries aseguró que conseguir inversiones foráneas  es una de las prioridades de la diplomacia francesa en la actualidad, y puso el ejemplo de Marruecos como país emergente que en los últimos años ha experimentado un crecimiento económico notable. El crecimiento marroquí ha tenido lugar a pesar de la crisis que desde 2008 golpea a Europa, y sobre todo a los dos principales socios comunitarios del país magrebí, España y Francia. El diplomático galo alabó las reformas emprendidas por Marruecos para consolidar los equilibrios macroeconómicos y destacó que este país “se está expandiendo en África gracias a sectores como los servicios financieros, las telecomunicaciones, la promoción inmobiliaria y los productos farmacéuticos”. El llamamiento de Fries a los empresarios marroquíes hubiera pasado desapercibido si no lo hubiese hecho el representante diplomático de un país que considera que Marruecos es su patio trasero y lo mira por encima del hombre. 
 
Un país en crisis
Francia es un  país que ha contribuido decisivamente a la construcción de Europa, pero hace tiempo que  dejó de ser una gran potencia. Hoy en día, no tiene suficientes recursos económicos, políticos y militares para dominar el mundo como en el pasado. En la Unión  Europea (UE), Alemania es la locomotora económica y marca la pauta de lo que tiene que hacer Bruselas. En el mundo, hay grandes potencias emergentes que le hacen sombra a Francia. Pero París no se entera y sigue comportándose como si Napoleón no hubiera sido derrotado y el Ejército francés no hubiera hecho el ridículo ante la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Después, Francia perdió ante Indochina y Argelia, y poco a poco sus colonias africanas fueron separándose de la metrópoli.  Pero Francia sigue soñando con un poder que se ha desmoronado con el paso del tiempo. El peso económico de algunas de sus multinacionales y su fuerza nuclear no pueden ocultar que el país del general Charles de Gaulle ha entrado en una profunda decadencia que se ha visto agravada por la crisis. Por eso mismo, el planteamiento del embajador francés en Rabat resultó sorprendente a algunos analistas. 
 
Mal momento diplomático
Sobre todo teniendo en cuenta que las relaciones diplomáticas entre París y Rabat no pasan por su mejor momento desde que el pasado 20  de febrero un tribunal francés decidió perseguir judicialmente al director de la Dirección General de la Vigilancia del Territorio (DGST, servicio secreto exterior) de Marruecos, Abdelatif Hammuchi, por su presunta “complicidad en torturas” contra ciudadanos franceses de origen marroquí. El Ministerio de Asuntos  Exteriores marroquí convocó al embajador Charles Fries para transmitirle  su “fuerte protesta” por este asunto. Después, París y Rabat hicieron esfuerzos por superar progresivamente este desencuentro bilateral, que un ministro galo calificó de “incidente desafortunado”. Los especialistas en las relaciones franco-marroquíes están convencido de que las aguas han vuelto a su cauce, porque ni desde el punto de vista político ni económico Francia y Marruecos se pueden permitir el lujo de un conflicto diplomático durante mucho tiempo. Ahora bien, la superación de la crisis bilateral no significará que la justicia francesa deje de actuar contra el jefe de la DGST. Francia es el primer socio económico de Marruecos, y aunque España le pise los talones, sigue desempeñando un papel hegemónico en el país magrebí en el ámbito político, geoestratégico, social y cultural. Pero Francia ya no está sólo en Marruecos, tiene que competir con España, pero también con otros países europeos y con algunas monarquías del Golfo Pérsico que tienen suficiente dinero e influencia en el mundo para hablar de tú a tu con el país de “la grandeur”.
 

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